domingo, 26 de febrero de 2006

Posted on Sun, Feb. 26, 2006
CARLOS M. LUISEspecial/El Nuevo Herald

Bajo ese título situa David Castillo en su galería las coordenadas geográficas de una importante exposición de pintores cubanos. Precisemos que no se trata de una exposición restropectiva, ni siquiera de una muestra abigarrada de maestros de la pintura cubana de la década de los cuarenta a los cincuenta. Se trata de la selección de una decena de cuadros, en su mayoría emblemáticos, dentro de la historia de un proceso creativo que comenzase en Cuba a ver sus primeras luces a partir de los años treinta. Los pintores en cuestión son los siguientes: Cundo Bermúdez, Mario Carreño, Wifredo Lam, Amelia Peláez, Fidelio Ponce y René Portocarrero. Todos pintores que representaron en Cuba una nueva manera de ver.

Cundo Bermúdez está representado por tres cuadros. Uno de ellos posee, para mí, un significado especial ya que tuve oportunidad de presenciar al pintor en su proceso de crearlo. Se trata de Mediodía en la playa. Sol al mediodía cuadro fechado en 1953 y que vi en el estudio de Cundo en el Vedado, durante una de mis frecuentes visitas a ese estudio, muchas veces en compañía del pintor Jorge Camacho. A Jorge y a mí nos sorprendió de entrada, su intenso cromatismo de colores naranjas y amarillos y su escenario donde con aparente inocencia (rasgo característico de Cundo en algunas de sus pinturas) introducía una cierta sensualidad. ¿Acaso estaría escuchando a Ravel cuando lo pintó? Es muy problable dada la inclinación del pintor hacia la música. Tanto Ravel en su Dafne y Cloe como Debussy en su Preludio a la siesta de un Fauno (ambas composiciones favoritas de Cundo), introdujeron un ambiente intensamente sensual en sus obras, sensualidad que se refleja en este cuadro. Se trata, pues, de una obra que define el rumbo que Cundo Bermúdez quería darle a su pintura en aquellos años, cosa que logró plenamente.

Mario Carreño, por su parte, fue un pintor que gustaba de navegar por diversas aguas. Su Guitarrista con pareja bailando (1946) obedece a una visión nacionalista que prevalecía aún en el ambiente cultural cubano. El cuadro, estructurado dentro del cubismo, introduce las máscaras africanas con las cuales Picasso ya había deformado el rostro de sus Demoiselles de Avignon. Este cuadro es paradigmático de su proceso creativo, el cual siempre regresaba a las raíces nacionales que lo vieron formarse.

Lo que podemos llamar La piece de resistance de la exposición es el doble cuadro de Wifredo Lam: La Table (1938) y en su anverso Portrait (1938) ambos pintados sobre papel en tempera, lápiz, gouache y pastel. Este doble cuadro expuesto al público por primera vez, representa un valioso ejemplo de las influencias iniciales de Lam, influencias que como bien señala David Castillo en sus palabras escritas para el catálogo, encuentran sus trazos en Matisse y desde luego en el arte africano. Un detalle en el cuadro de La Table me llamó la atención: los peces. Estos peces reaparecen más tarde en muchas composiciones de Amelia Peláez. ¿Estudió Amelia ese cuadro de Lam? Sería interesante seguirle la pista a esa posible influencia.

Amelia Peláz está representada con una Naturaleza muerta con peces, gouache sobre papel pintado en el 1961. Aunque no es de las obras más importantes de la pintora, refleja sin duda todo su virtuosismo tanto en el color como en la composición. Después de años practicando la cerámica, cuando su dibujo adquirió una cierta dureza, Amelia retomó la soltura de su mundo barroco en muchas de sus grandes composiciones a partir de la década de los sesenta. Esta composición demuestra que la gran pintora no había perdido el gracejo que caracterizó su obra a partir del momento en que incorporara a la misma la rica ornamentación de su etapa barroca.

Fidelio Ponce es un caso aparte en la historia de la pintura cubana, ¿de dónde sale esa ausencia de colorido en su obra? ¿De dónde esa temática tan ajena al resto de la pintura cubana de su momento? El magnífico óleo Las tres niñas (1937) demuestra que esas preguntas pueden hacerse frente a una obra como la suya tan desprovista de la ''cubanía'' prevaleciente en su época. El expresionismo de Ponce proviene de otras fuentes que habría que encontrar no en la tradición pictórica cubana, sino en la poética de un Julián del Casals o Rafael Poveda. De ahí su extrañeza y su indiscutible atractivo.

Uno de los pintores más prolíficos de Cuba fue René Portocarrero. Su imaginación lo llevó a numerosos caminos y en todos dejó huellas de su creatividad. En el caso de su óleo Arlequin (1960) algunas de sus mejores virtudes se encuentran presentes. Especialmente el calidoscópico uso del color que también sorprendemos en sus catedrales y ciudades. El estudio de la obra de Portocarrero siempre nos llevará por unos caminos conducentes a la poesía. No en balde Lezama lo situó en el centro mismo de sus referencias poéticas con relación al mundo de la pintura.

En suma: una exposición que en pocos cuadros logra hacer un recorrido histórico por un período especialmente creativo de la pintura cubana. A manera de diálogo con la exposición, la artista Quisqueya Henríquez está presentando una instalación titulada Intertextualidad.

'París, Barcelona, Miami'. Galería David Castillo, 2234 NW 2da. Ave. (305) 573-8110. e-mail:

www.castilloart.com


Posted by Picasa Guillermo Cabrera Infante (Gibara, 22 de abril de 1929-Londres, 21 de febrero de 2005).

Posted on Wed, Feb. 22, 2006

ENRIQUE CORDOBA

En este 22 de febrero, día en que se cumple el primer aniversario del viaje a la eternidad de Guillermo Cabrera Infante, me viene a la mente aquella mañana cuando lo llamé (a Londres, la ciudad que el mismo escogió para sufrir el dolor de exilio y padecer su lejanía de La Habana) con ocasión de su septuagésimo cumpleaños y resultamos conversando de cine y de Cuba, los temas insistentes de su parábola vital.

Cabrera Infante veía, escribía y comentaba de cine dormido y despierto.

--¿Qué películas te llevarías a la isla desierta? --le pregunté en esa ocasión.

--Yo me llevaría el Ciudadano Kane, de Orson Welles, porque es una película que mientras más la veo más cosas descubro dentro de ella --dijo.

``Es un poco como El Quijote --añadió--, donde hay secretos que uno no ve en la primera visión, como yo la tuve cuando la vi en un cine de los barrios extremos de París, en los años sesenta, porque antes no había podido verla, había desaparecido de la circulación.''

Hablaba de las películas como si acabara de verlas.

--Cuando la vi --dijo--, para mí todo lo que había dicho acerca de ella todo el mundo se quedaba verdaderamente muy por debajo del extraordinario impacto de esta película.

Escucho en mi cabina de Radio Caracol de Miami el sonido de su encendedor, prendiendo un puro. Luego agregó:

--Ha habido otras, como por ejemplo En un lugar solitario, que descubrí gracias a la televisión, en que Humprey Bogart y Laurent Bacall, que es una de mis actrices favoritas, tenían una relación tormentosa de odio-amor que era muy conmovedora realmente, y el final es desolador. Está también El beso mortal que es para mí la mejor película de la serie negra de todos los tiempos, que descubrí en la La Habana y que después he visto muchas veces, al extremo de que tengo dos copias en mi filmoteca, una copia termina bien y la otra termina mal.

Se limpió la garganta y dijo:

--Voy a explicar cómo termina bien y cómo termina mal esa película. Están encerrados en una casa, junto a la playa, en que hay un loco vesánico que está persiguiendo una maleta que contiene uranio radioactivo y uno de los cómplices, una mujer, lo mata para robarle la ma- leta, y entonces llega el héroe que está buscando a su secretaria, a la que han secuestrado, y la encuentra en uno de los cuartos. Salen porque la bomba atómica ha comenzado a explotar y ellos caminan hacia la playa y se meten en el mar. Ese es el final feliz. El final trágico es que la bomba estalla y los coge dentro de la casa. A mí me produjo una gran satisfacción saber que tenía una película que terminaba de dos formas diferentes.

--¿Qué recuerdas de Vértigo?

--Vértigo es para mí la más maravillosa historia de amor jamás contada. También Intriga internacional', que se llamó en España, copiando el título francés Con la muerte en los talones. Es una película de Hitchcock, es una película del año 58, una maravillosa película de aventuras y de intrigas, como dice el título en español.

--¿Estás satisfecho de premios y más premios? --le pregunté.

--Yo hubiera cambiado eso por treinta y cinco años.

--¿Qué sientes al cumplir setenta en Londres?

--Bueno podría ser peor. Podría cumplir setenta años en Cuba, que eso sí sería un desastre. En Londres estoy muy bien. Vivo en el centro y recibo a quien me da la gana, no tengo compulsión de ningún tipo, nadie me obliga a escribir nada en elogio de nadie y eso hay que agradecerlo siempre.

--¿Guardas la esperanza de volver a vivir en Cuba?

--(Carcajadas.) Es una muy aguda pregunta. No puedo responderla, yo volvería después de que se fuera Fidel Castro, pero no en el primer avión. Desearía que me invitaran a regresar, no plantarme de pronto en el aeropuerto de Rancho Boyeros, como prácticamente un recién venido.

--¿Cómo reaccionarás el día que desaparezca Fidel?

--Yo tendría que asegurarme que es verdad, porque tantas veces se ha corrido esa noticia de que Castro ha muerto, se ha ido, no aparece... Yo la cogería con un grano de sal primero, antes que decidir absolutamente nada. Yo espero que ese suceso ocurra de veras.

--¿Cuál es el balance de tus setenta años?

--Bueno, yo me convertí en escritor por decisión propia en los años cuarenta. Mi primer cuento se publicó en el 48, que es una larga, larga fecha. Después seguí publicando porque me pagaban para escribir, porque hay un sabio inglés que se llamó el Dr. Johnson que decía ''solamente un tonto escribe sin que le paguen''. Por supuesto yo la he hecho mía, como una divisa, esa frase memorable.

``Seguí escribiendo y me seguían pagando hasta que esto se fue convirtiendo en un hábito, como quien habla de droga, porque eso es lo que ha sido para mí la literatura: ha sido una droga mágica, un ungüento maravilloso, como decía Don Quijote.

Recuerdos imborrables de Cabrera Infante.

Director de `Cita con Caracol'.
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Otros trabajos interesantes sobre Cabrera Infante:

miércoles, 8 de febrero de 2006

Por Rocío Ayuso Posted February 7, 2006
Los Angeles, 7 feb -- La familia televisiva de George López cuenta con un nuevo miembro en el actor de origen cubano, Andy García, quien se ha brindado a ser el cuñado del humorista hispano en la popular serie "The George López Show".

"Nos conocíamos de hace tiempo, del barrio, de jugar al golf, de que mi esposa (Ann López) es cubana... esa es la verdadera conexión", bromea con EFE el intérprete de origen mexicano.

Mientras le escucha, a García se le ilumina la cara con picardía.

"Supongo que ahora, como su esposa le ha donado un riñón, él también tiene algo de cubano", responde chistoso el intérprete de "The Godfather III", quitando hierro a la dolencia renal de López.

Ese es el ambiente que se respira en el hangar 4 de los estudios Warner mientras se rueda el nuevo episodio de la serie "The George López Show".

A su reparto habitual encabezado por López, Constance Marie (Angie López) y Masiela Lusha (Carmen López) se le suma esta semana García que hace de cuñado del protagonista de la serie.

"Fue algo que surgió así como así. Una de éstas de ¿por qué no te pasas por el programa un día?", recuerda García.

Una invitación de lo más vaga que el actor no pudo llevar a cabo durante muchos meses, demasiado liado con el rodaje de su primera película como director, "The Lost City", pero que no cayó en saco roto.

"Pensé en dirigir un episodio porque tengo varias ideas para la serie", recuerda el actor ya animado con esto de la realización.

Sin embargo, a López le resultó más divertida la idea de añadir un nuevo miembro a su familia televisiva.

Al fin y al cabo su serie se basa en sus propias experiencias familiares y como subraya el actor "tengo un tío igualito que el personaje de Andy".

No se trata de un retrato muy adulador para este galán de Hollywood ya que el personaje es un advenedizo "que va dejando un reguero de baba" por donde pasa, según dice el diálogo del episodio.

El hermano perdido de la esposa televisiva de López, es un personaje más conocido por timar a todos, especialmente a sus propios familiares.

La opinión de López sobre García no tiene nada que ver con esto.

"Es un actor increíble, es mi amigo y me está ayudando mucho con su presencia porque hacer una comedia con éxito en televisión no es tan fácil", subraya, ahora en serio.

Aunque "The George López Show" está a punto de cumplir sus primeros cien episodios en antena, la competencia no se hace más fácil.

"Lo único que importan son los niveles de audiencia del último episodio", suspira.

"Por eso es muy importante este tipo de ayuda, cuando Andy o Sandy (Sandra Bullock, productora de la serie) nos apoyan con su presencia como antes hicieron Hillary Duff o Paris Hilton", recuenta el actor que también contó con el alcalde de Los Angeles, Antonio Villaraigosa, en el programa.

Los ensayos continúan y entre broma y broma García tiene que sacarse las gafas de cerca del bolsillo para echarle un último vistazo a sus frases antes de la toma final.

El resto del reparto le espera con tranquilidad y respeto, mucho más habituados al acelerado ritmo de los rodajes de televisión pero también ilusionados de la energía que la presencia de García da a su serie.

"Yo todavía no he podido ver su película porque con el trasplante de riñón he estado enfermo mucho tiempo", se disculpa López por no haber visto todavía la última cinta de García que se estrenará el próximo marzo.

"Pero mi esposa la ha visto y se quedó completamente devastada, por la historia y por la emoción. Y por el orgullo de ser cubana", recuerda López de una cinta centrada en los últimos días de Cuba antes de la revolución.

García le mira con humor por encima de sus gafas mientras se prepara para la siguiente toma.

"Pero si me llamó cuatro días más tarde gritando eso de 'Oye Andy, ¿qué le has hecho a mi esposa? Todavía está llorando'", sonríe con amistad pero también con una punzada de orgullo. EFE

ra/mla/bg


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Coordinó desde sus inicios la programación literaria de la «Semana negra»

El escritor cubano afincado en Gijón Justo Vasco (La Habana, 1943) falleció ayer en el Hospital Central de Asturias en Oviedo como consecuencia de un derrame cerebral que le sobrevino en los últimos días, según informaron fuentes familiares del autor.

Responsable de varias novelas y experimentado traductor, Vasco era además bien conocido en medios literarios de la ciudad como coordinador literario de la «Semana negra», donde se había convertido en un estrecho colaborador del director, el escritor mexicano nacido en Gijón Paco Ignacio Taibo II.

Fue justamente su labor en la «Semana negra» la que le llevó a conocer Gijón, ciudad de la que se enamoró, y en la que también conoció -igualmente en el marco del festival literario en el que trabajó- a la que se convertiría en su mujer, la escritora y traductora Cristina Macía. Vasco era padre de una niña.

El narrador cubano estaba considerado por la crítica literaria como una de las voces más importantes dentro del género negro en la isla caribeña. Su obra ha sido traducida al francés, al italiano y al griego, entre otros idiomas.

Sus amigos gijoneses le recuerdan, además de por sus textos, por su placidez y bonhomía, y por sus frecuentes paseos por la zona de Poniente con su familia y con su inseparable perro. Se da la triste circunstancia de que Justo Vasco se encontraba superando las consecuencias de una operación por otra grave enfermedad.

sábado, 4 de febrero de 2006


De izquierda a derecha: José Cardenal Dupond, en el centro el comandante Cubelas y el de la derecha con traje oscuro el autor del artículo Guillermo Milán Reyes. Posted by Picasa

El hombre que esta a mi lado reparte unas camisetas de regalo a todos y cada uno de los participantes en el histórico encuentro de Madrid entre demócratas cubanos, el pasado 10 de Octubre, en el centro del pecho de la misma un contundente cartel que denuncia y a la vez reclama “CUBA DEMOCRACIA YA”. Observo que se la están entregando a un hombre de avanzada edad y del cual escucho: “Mi mujer ya tiene la suya desde hace un par de años, pues ustedes se la regalaron cuando ella les apoyo en una manifestación frente a la embajada cubana, la guarda con mucho amor y cariño, dice, es una admiradora vuestra, como yo”. Me llamó tanto la atención sus palabras y el respeto con que recogía su camiseta, una gorra y también una exquisita enguatada en negro, como le llamaríamos en Cuba, todo con el mismo mensaje, que le pregunto a otro compatriota a mi derecha: ¿Quién es ese Señor?, ¿No lo conoces? ¡Es el Comandante Rolando Cubela, una leyenda viviente!
La verdad que poco conocía yo de su historia y creo que aún sigo sin saber mucho, pero he visto la reproducción de la entrevista a Carlos Bringuier en un canal de televisión de Miami que circula por Internet y la cual la tengo yo montada en mi página, donde se le atribuye al comandante Rolando Cubela ser un doble agente secreto y me cuesta creerlo después de ver su fervorosa participación firmando la Posición entre Demócratas cubanos. Me pongo en contacto con uno de mis amigos en Madrid para preguntarle sobre este asunto y el me responde: “lo que pasa con Cubela es que aún no le perdonan aquella comparecencia en la televisión cubana a raíz de su detención” y no me comento más, ya que desde que se ha visto a Cubela participando públicamente junto a nuestra Plataforma Internacional Cuba Democracia ¡Ya! y tocando una de las cuarentaiseis campanadas que se dieron ese día en Madrid para despertar conciencia y solidaridad, mi amigo esta recibiendo llamadas para que intermedie o facilite su localización y poderlo entrevistar en varios medios de comunicación.
Creo me quede por el momento sin saber mucho sobre el asunto después de ver a un histórico comandante de esa mal llamada revolución guardarse con satisfacción y orgullo la misma camiseta que también yo llevo y que sigue reclamando con justicia para nuestro amado país CUBA DEMOCRACIA ¡YA!
Por Guillermo Milán
Representante de Cuba Democracia Ya
Suecia
Colaboración
La Nueva Cuba
Febrero 3, 2005

Por Félix José Hernández
Columnista
Jefe de Buró
París
Francia
La Nueva Cuba

Febrero 3, 2005


París, 3de febrero de 2006.

Mi querida Ofelia,

con gran placer acabé de leer el libro que me mandó de regalo desde España, la Dra. Marta Frayde. Se trata de “Indagación del Choteo”, obra que Jorge Manach escribió en el ya lejano 1928.

Es el segundo tomo de la colección “Lecturas para la democracia”, que publica el Comité Cubano pro Derechos Humanos ( España), cuya presidenta es la Dra. Frayde.

El Dr. Jorge Mañach Robato nació en Sagua la Grande, provincia de Las Villas, el 14 de febrero del crucial año de 1898. Nacido de padre gallego, Eugenio, y de madre cubana, Consuelo, nieta de italianos, en 1907 se trasladaron a Madrid primero y después al pueblo de Tembleque, provincia de Toledo. Allí, según los biógrafos, absorbió la esencia de la España eterna y popular que tan bien conocía.

En 1914 regresaron todos a Cuba y fue enviado a Boston, EE.UU. terminando bachillerato en el Gambridge High School, y de ahí a la prestigiosa Universidad de Harvard donde recibió el influjo de maestros como Josiah Royce y George Santayana.

Se incorporó a las luchas políticas en la universidad y fue uno de los firmantes de «la Protesta de los Trece» contra el gobierno Zayas el 18 de marzo de 1923 por la compra fraudulenta del convento de Santa Clara, inicio de la protesta uni­versitaria.

Al año siguiente se adscribió al Grupo Minorista con Abela, Carpentier, Brull, Villena, Roig, Tallet y Roldán entre otros. Fundó en 1927 «la Revista de Avance» que duró hasta 1930. Tras participar en la lucha contra el dictador Machado, en 1940 fue miembro de la Asamblea Constituyente, senador, y llegó a Ministro de Educación y de Estado (Exteriores). En la misma época se pronunció contra el comunismo en una polémica con el dirigente del Partido Socialista Popular (Comunista) Juan Marinello.

En la emisora de radio CMQ fue director del programa «La Universidad del Aire» en 1950 que emitió las ideas de los mejores pensadores y políticos del momento. Se integró en el Partido Ortodoxo de Eduardo Chibás como candidato a senador. Tras el golpe de Batista en 1952 Mañach creó el Movimiento de la Nación junto a Rufo López Fresquet, Justo Carrillo y José Pardo Llada, que fracasó como aglutinador político. No obstante, ganó por oposición la cátedra de historia de la Filosofía en la Universidad de la Habana y fue invitado a impartir cla­ses en la Universidad de Columbia, Nueva York.

Se incorporó a la revolución en 1959 pero pronto se percató de que se tenía que exiliar. Marchó a Puerto Rico donde, quebrantada su salud, el 25 de junio de 1961 falleció prematuramente en Río Piedras, fiel a su rechazo del comunismo.

Es uno de los intelectuales cubanos más brillantes de la primera mitad del siglo XX y su cubanía entronca con pensadores del siglo XIX como Varela, del Monte, Saco, Luz y Caballero y Martí.

Entre sus obras más señeras citaremos: Glosario (1924); La pintura en Cuba desde sus orígenes hasta 1900 (1924); Estampas de San Cristóbal (1925); Indagación del choteo (1928); La crisis de la alta cultura en. Cuba (1925); Martí, el apóstol, (su obra cumbre) (1933); Historia y estilo (1944); Hacía una filosofía de la vida (I951); El espíritu de Martí (1951); Examen del quijotismo (1951); Imagen de Ortega y Gasset (I956); Paisaje y pintura de Cuba (1957) y Teoría de la frontera (197I), editada póstumamente.

Pero quién mejor que el propio Mañach para hablar de su libro. A continuación te reproduzco las dos primeras páginas del prólogo:

“La reivindicación de lo menudo

Tal vez haya sido motivo de extrañeza para al­gunos de ustedes el tema de esta conferencia. No parece un tema serio.

Esto de la seriedad, sin embargo, precisamente te va a ocupar hoy un poco nuestra atención. El concepto de lo serio es en sí sobremanera difuso. Muchas cosas tenidas por serias se revelan, a un examen exigente, inmerecedoras de ese prestigio; son las cosas Pacheco. Y, al contrario, las hay que, tras un aspecto baladí e irrisorio, esconden esencial importancia, como esos hombres que andan por el mundo con alma de ánfora en cuerpo de cántaro.

A las ideas les acaece otro tanto. Ciertas épocas han exhibido una marcada tendencia a revestir de gravedad ideas más o menos fatuas. Por ejem­plo, el siglo pasado, que por su exaltación román­tica y su devoción casi supersticiosa a “los princi­pios”, infló mumerosos conceptos, atribuyéndoles un contenido real y una trascendencia que los años posteriores se han encargado de negar. Esas ideas-globos gozaban hasta ahora de un envidiable prestigio de excelsitud. El realismo moderno les ha dado un pinchazo irónico, desinflándolas de lo que en criollo llamaríamos su “vivío”. Esta misma época nuestra, arisca a toda gravedad, in­siste en reivindicar la importancia de las cosas tenidas por deleznables o ridículas, y se afana en descubrir el significado de lo insignificante. Los temas, que no son sino cosas por explorar, se han renovado con esta preeminencia concedida por nuestro tiempo al estado llano de las ideas. Nos urgen los más autorizados consejeros a que abandonemos las curiosidades olímpicas y observemos las cosas pequeñas y familiares, las humildes cosas que están en torno nuestro.

Hay un interés vital en esto. Todo lo que nos afecta debe ser conocido. Lo mentido e inmediato es lo que constituye nuestra circunstancia, nues­tra vecindad, aquello con que ha de rozarse nues­tra existencia. Más por lo mismo que lo tenemos tan cerca y tan cotidianamente, se le da por cono­cido y se le desconoce más. Nu somos bastante forasteros en nuestro propio medio, dice Christo­pher Morlev: no lo miramos con la debida curiosidad. Tenemos que aplicarnos, pues, a la indagación de esa muchedumbre de pequeñeces que “empiedran la vida”.

Cuando se trata de hechos psicológicos y de re­lación, como lo es el choteo, el escudriñamiento puede tener alcances sociológicos insospechados. Ya Jorge Simmel subrayó la conveniencia de lle­var a la sociología el procedimiento microscópi­co, aplicando “a la coexistencia social el principio de las acciones infinitas e infinitamente pequeñas que ha resultado tan eficaz en las ciencias de la sucesión” . En vez de estudiar la sociedad por abstracciones voluminosas, la exploraremos en sus menudas concreciones, en sus pequeños mó­dulos vitales.

El choteo -cosa familiar, menuda y festiva- es una forma de relación que consideramos típica­mente nuestra, y ya esa sería una razón suficiente para que investigásemos su naturaleza, con vista a nuestra psicología social. Aunque su importancia es algo que, se nos ha venido encareciendo mucho, por lo común en términos jeremíacos, desde que Cuba alcanzó uso de razón, nunca se decidió nin­gún examinador nuestro, que yo sepa, a indagar con algún detenimiento la naturaleza, las causas y las consecuencias de ese fenómeno psicosocial tan lamentado. En parte por aquella afición de época a los grandes temas, en parte también porque ha sido siempre hábito nuestro despachar los pro­blemas con meras alusiones, los pocos libros cubanos que tratan de nuestra psicología se han con­tentado, cuando más, con rozar el tema del cho­teo. Esquivando casi siempre esta denominación vernácula, se ha tendido a desconocer la peculia­ridad del fenómeno y a identificarlo con cualida­des más genéricas del carácter criollo, como la “ligereza”, la “alegría” y tales. También aquí nuestro confusionismo ha hecho de las suyas.”

Trataré de hacértelo llegar a mi querida San Cristóbal de La Habana, para que puedas leer algo deliciosamente cubano. Algo (como decía mi madre), de cuando Cuba era Cuba.

Un gran abrazo desde estas lejanas tierras de la Vieja Europa,

Félix José

“Indagación del Choteo”

Jorge Mañach

Lecturas para la democracia N° 2.

79 páginas. Madrid. 2005.

Comité Cubano pro Derechos Humanos ( España).

Apartado de Correos 45011

28008. Madrid .

España

Fax: 55 97 731


* Félix José Hernández es un exiliado cubano residente en Francia. Es profesor de Civilización de América Latina en la Université de Marne-la-Vallée y fue redactor de Les Cahiers d'Histoire Sociale.

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