sábado, 10 de junio de 2006


SALTILLO, COAH. JUNIO 9, 2006 (VANGUARDIA).- Un espectáculo que combina la danza clásica con la danza tradicional, el ejercicio metódico del ballet con la algarabía de los ritmos cubanos, y el gusto del baile con la historia de un pueblo, fue presentado por la Academia Cuba Dance en el Teatro de la Ciudad.

Para cerrar un ciclo, que inició el año pasado, Adrián Puig, creador de esta coreografía, presentó una propuesta que dio a conocer al público los orígenes de Cuba y la danza que caracteriza a la isla.

“El proceso de montaje lleva tiempo de maduración, primero surge la inspiración y la idea, después de eso viene escoger música y diseñar toda una secuencia de baile para que se narre una historia. En esta ocasión, el espectáculo contó a través de la música y la danza el desarrollo de la historia cubana”, precisó el también bailarín profesional.

“Entonces, mostramos el desarrollo del pueblo cubano desde la época precolombina, y a modo de introducción se presentó una pieza que narra cuando Colón llega a la isla”, comentó Puig.

Pero para el coreógrafo, el reto consistió en realizar un ensamble que mostrara los dos lados del baile, en uno, el rigor del ballet clásico, y en el otro, la calidez del baile cubano.

“Participaron alrededor de 60 bailarines; en primer término actuó la compañía de ballet clásico de la universidad, que contó la historia de la música cubana con pasos de ballet clásico y la academia Cuba Dance contó esta historia a la manera de Cuba, con los ritmos de los bailes tradicionales”, dijo entusiasmado.

Agregó que esta idea nació después de buscar propuestas innovadoras y, principalmente, para crear un público conocedor, “un público que con gusto asista a este tipo de eventos”.

Si bien la Academia Cuba Dance tiene poco tiempo, cerca de un año, Puig enseña ritmos cubanos desde hace ocho años.

“Con las señoras y los señores de Cuba Dance hicimos el montaje en un mes y con los muchachos de ballet clásico tomamos más tiempo, cinco meses”, precisó el cubano.

El estreno de este espectáculo fue el año pasado, en el Festival Internacional de las Artes 2005.

“De hecho, me tocó inaugurar el primer festival de las Artes con una coreografía basada en la música del Huapango de Moncayo”, recordó el coreógrafo.

Pero en esta ocasión, la presentación fue completa y ofreció al público una coreografía distinta en donde el público pudo disfrutar la conjunción de lo clásico con lo tradicional.

“Mi idea es que se apreciara un concepto donde aparecen el bailarín clásico y el tradicional, de tal modo que el público se puede identificar con el espectáculo y pueda pensar que también es capaz de bailar eso”, agregó.

Un espacio para distintas inquietudes

Adrián Puig comentó que la academia que él dirige ofrece un espacio para distintas inquietudes, tanto para quienes desean aparecer sobre el escenario, como para aquellos que desean ejercitarse a través del baile.

“El objetivo de Cuba Dance es brindar un espacio para que todo tipo de persona, no importa la edad, pueda ejercitar su cuerpo mediante un programa innovador que he implementado, que consiste en hacer ejercicio a través del baile, de los ritmos cubano”, precisó Puig.

Agregó que gracias a su formación de bailarín clásico, ha hecho una combinación de los ritmos cubanos con ejercicios. De tal manera que al mismo tiempo que la persona aprende a a bailar, está haciendo ejercicio y desarrollando la coordinación.

“Si alguien quiere participar en un espectáculo lo vamos hacer una o dos veces al año como el resto de las academias en Saltillo, pero si lo que desean es aprender a bailar, divertirte y hacer ejercicio, de forma diaria lo hacemos en la academia”, aclaró el cubano.

En cuanto a los pequeños, la academia tiene un espacio para los niños de cuatro años en adelante.

“La técnica que se imparte es la técnica cubana de ballet que actualmente es una de las mejores del mundo, y el termómetro para medir esto es que los bailarines que participan en concursos a nivel internacional como el de Jackson, Missisipi o Nueva York los han ganado cubanos. Actualmente dos de los mejores bailarines del mundo son cubanos, Carlos Acosta y José Manuel Carreño”, consideró Puig.

Respecto al panorama de la danza en Saltillo, Puig considera que existe un crecimiento palpable, pero que hace falta que las autoridades se involucren con las cuestiones artísticas.

“Llegué en 1994 a Saltillo y desde ese entonces, se ha dado un enorme salto, aunque todavía falta un poquito más de sensibilidad hacia el arte en aquellos que manejan todos los espacios culturales”, consideró.

“En la medida que nuestros gobernantes sean sensibles al arte, abran nuevos espacios y otorguen más apoyos a la cultura, el pueblo va a ser más culto, un pueblo libre”, finalizó.

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