sábado, 12 de agosto de 2006

Posted on Sat, Aug. 12, 2006

WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald

En una estrategia para desestimular la inmigración ilegal desde Cuba, el gobierno de Estados Unidos anunció ayer un paquete de medidas que favorece sensiblemente la reunificación familiar, castiga a los cubanos interceptados en el intento migratorio y abre las puertas a los médicos desertores en terceros países.

El otro portazo significativo del programa es contra los partidarios del régimen de Fidel Castro responsabilizados con violaciones de derechos humanos, quienes no podrán obtener beneficios como inmigrantes en territorio estadounidense a partir de ahora.

En un comunicado difundido el viernes, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) reafirmó su decisión de enfrentar el contrabando humano desde la isla con legislaciones más severas y, a la vez, promover una inmigración ''segura y ordenada'' mediante nuevas alternativas legales.

Se trata del primer protocolo de medidas concretas que la administración de George W. Bush pone en vigor luego de producirse el traspaso temporal del poder en Cuba por enfermedad de Castro, el pasado 31 de julio, en momentos de latente preocupación en Washington por un éxodo masivo desde la isla como eventual resultado de una crisis interna.

''Exhortamos a los cubanos a que permanezcan en la isla y así puedan laborar por una sociedad libre y democrática; desalentamos a quienes ponen a riesgo sus vidas en el mar tratando de viajar a Estados Unidos'', expresó el secretario adjunto del DHS, Michael P. Jackson. "Si eligen reunirse con sus familiares en EEUU, respaldamos la inmigración legal, segura y de una forma ordenada''.

El plan dispuesto por el DHS, en coordinación con su Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) y el Departamento de Estado, tiene entre sus aspectos esenciales:

Incrementar hasta 7,500 el número de visas anuales destinadas a la reunificación familiar y eliminar los retrasos en los viajes de personas que ya han sido admitidas como refugiados.

Negar la eligibilidad para los beneficios de reunificación familiar a toda persona que sea capturada en un intento de entrada ilegal en Estados Unidos.

Implementar un sistema que permita a los familiares residentes en EEUU recibir información sobre sus seres queridos interceptados en alta mar por los guardacostas. El procedimiento autorizará a un familiar hacer la petición a través del congresista de su distrito, a quien el USCIS tendrá que actualizarlo sobre la situación y estado de salud del inmigrante.

Utilizar la potestad de parole en favor de personal médico cubano que se encuentre en una misión gubernamental en un tercer país y tome la decisión de desertar. Esta política beneficiará también a la familia de estos profesionales, las cuales regularmente permanecen en Cuba.

Impedir la entrada en EEUU y la obtención de beneficios migratorios a los violadores de derechos humanos en Cuba. Aquellos inmigrantes que hayan detentado posiciones de autoridad dentro del régimen castrista o se hayan involucrado en actos represivos también serán considerados inelegibles.

Aunque durante semanas se especuló sobre la posibilidad de cambios radicales en la política migratoria hacia Cuba, el plan presentado ayer deja intacto el alcance legal de la Ley de Ajuste Cubano (CAA) --vigente desde 1966-- y de la política de ''pies secos/pies mojados'', establecida tras los acuerdos migratorios de 1994 y 1995.

De hecho, las nuevas regulaciones no cambian el monto de 20,000 visas anuales que fue fijado por los acuerdos bilaterales entre La Habana y Washington, sino que reduce a 5,000 las entradas otorgadas por la lotería (el llamado ''bombo'') para aumentar hasta 7,500 las visas por reunificación familiar.

El promedio anual de visados concedidos para inmigrantes cubanos entre 2001-2005 fue de 21,600.

El anuncio oficial del programa --filtrado en los medios periodísticos desde el pasado lunes-- fue considerado por expertos como un bloque preventivo para la inmigración ilegal de cubanos.

''Por primera vez Estados Unidos se adelanta a la posible crisis migratoria con esfuerzos razonables'', comentó anoche Willy Allen, abogado de inmigración en Miami. "A pesar de que quedan por dilucidar muchas cuestiones prácticas del programa, se trata de un paso positivo''.

Pero Allen indicó que un aspecto esencial de estas regulaciones estará marcado por la voluntad que muestre Cuba para cooperar con una política migratoria que ''introduce elementos desestabilizadores'' para sus misiones de cooperación internacional.

''¿Va Cuba a permitir la salida de los familiares de los médicos que deserten en el extranjero, cuando tradicionalmente los ha castigado con largas retenciones en la isla?'', se preguntó el abogado. "¿Cabe esperar buena voluntad de un gobierno que ni siquiera ha permitido la salida de los 14 cubanos del Puente de las Siete Millas, retenidos con visa hace ya cuatro meses?''

Según estadísticas del Departamento de Estado, el gobierno cubano retiene a unas 530 personas con visas para emigrar, de los cuales más de 200 son familiares de médicos y militares desertores.

Los congresistas cubanoamericanos del sur de la Florida saludaron anoche las medidas anunciadas, fruto de largas jornadas de negociación en Washington.

''La administración Bush muestra nuevamente su solidaridad con el pueblo cubano extendiendo visas a las personas que están separadas de sus familias y ayudando a los médicos cubanos que Castro utiliza para su malvada propaganda política'', dijo Ileana Ros-Lehtinen en un comunicado conjunto con sus colegas Mario y Lincoln Díaz-Balart.

wcancio@herald.com


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