lunes, 2 de octubre de 2006

LOCALES - 10/02/2006
CRISTINA LOBOGUERRERO/edlp


Los Angeles, CA — Uno de los albaceas de Celia Cruz y Pedro Knight concedió a EL DIARIO/LA PRENSA una entrevista exclusiva dentro de la habitación del Hospital Torrance, en California, centro donde el viudo de la Guarachera de Cuba se encuentra internado desde el 21 de septiembre.

Después de un año que se desatara la explosiva noticia de la demanda contra el viudo de Celia Cruz y sus albaceas, Omer Pardillo y Luis Falcón, este último accedió a hablar con este rotativo y decir las cosas que, según asegura, “la gente no las sabe”.

“No quiero lástima para Pedro Knight”, dijo Luis Falcón. “Lo único que me decidió a dejar que se le tome una foto a Pedro, es para demostrar en el estado en que está y para terminar con los rumores de que yo lo estoy enfermando a mi conveniencia”.

Del “Cabecita de algodón”, apodo que le diera su esposa Celia, sólo queda un hombre de aproximadamente 120 libras de peso, con la parte izquierda de su cuerpo paralizada por un derrame. Se alimenta por medio de un tubo conectado a su intestino, necesita una máquina de oxígeno para respirar mejor y tiene conectado dos sueros, uno de ellos para nivelar el potasio.

Aunque está consciente y lúcido, no habla claro. Se la pasa dormitando en el día y balbucea cuando se le pregunta algo. El único gesto claro que tuvo Pedro fue en un momento cuando Falcón le preguntó si quería hablar con su hija Ernestina y él, con expresión de enojo, movió su cabeza negativamente.

Sobre su condición médica el hospital no dio mayor información porque tiene que cumplir con una política de confidencialidad con sus pacientes, pero Falcón dijo que Pedro sufre de diabetes, tiene una infección y comienzos de neumonía.

“Lo tuve que traer aquí después que se descompuso al ver por televisión a su hija y a su cuñada Gladys Bécquer una vez más saliendo en un programa matutino de alcance nacional. Todo el mundo dice que es un montaje mío pero qué mejor prueba que ésta”, agregó.

En el hospital confirmaron la fecha de su ingreso. Jennifer Sakurai, de la oficina de relaciones públicas del nosocomio, dijo que “una de las políticas de nuestro hospital para admitir a un paciente es que sólo se hace cuando éste presenta una condición que requiere ser tratada médicamente. No recibimos a nadie por el solo hecho de traerlo”.

“Lo único que deseo es que Pedro pueda pararse de esa cama. No quise hacer público su nuevo ingreso, porque estoy cansado de que se digan tantas mentiras acerca de mi persona y de que supuestamente lo tengo ‘secuestrado’. Yo vivo aquí y nadie más que yo estoy a su lado, acompañándolo con otras personas que lo quieren”, dijo Falcón.

Anteayer, 30 de septiembre, Pedro cumplió 85 años.

Al preguntársele a Falcón acerca de la demanda que enfrenta junto a Pedro y Pardillo por supuestamente apoderarse de 830 mil dólares de una “anualidad” que dejó Celia —las demandantes son Gladys Bécquer, hermana de Celia, y Ernestina Knight, hija de Pedro— dijo: “Hay muchas cosas que yo, por respeto a Celia, a quien consideré como una madre para mí, no voy a decir. Pero sí tengo que recalcar que a mí me han tratado de ladrón y eso además de decirlo hay que probarlo”.

Sobre el engaño del que Bécquer asegura haber sido víctima por parte de Falcón, que después de varias conversaciones la convenció para que entregara los cheques que sumaban la cantidad de 415 mil dólares, producto de la mitad de la “anualidad” en que aparece como beneficiaria, el albacea dijo: “Yo sí hable con ella porque en aquel momento Pedro y Gladys no se hablaban y yo serví de puente entre ellos”.

“En cuanto a que (Bécquer) fue al banco, pero debido a su limitado conocimiento del inglés no sabía que estaba abriendo una cuenta, eso es mentira. Primero, ella ya está mayorcita para que alguien le haga firmar un documento sin saber lo que está haciendo y, segundo, el hombre del banco le explicó en inglés, idioma en el que se defiende muy bien, de lo que se trataba, e incluso ella le pidió copia de los papeles”, explico Falcón, quien indicó que para Celia y Pedro él fue como el hijo que nunca tuvieron.

“Bécquer voluntariamente dio los cheques y le dijo a Pedro delante de testigos, incluyendo Ernestina, que no necesitaba ese dinero, que no le hacía falta, y de forma muy grosera (le dijo) que podía metérselo por donde pudiera”, agregó.

“Si aquí se cometió un error fue de Pedro”, declaró Falcón. “Fue la persona que llenó el ‘annuity’, que es una inversión asegurada y no un seguro de vida como los medios lo han dicho. Y también del banco por no haberlo asesorado bien para llenar la planilla”.

Falcón aseguró que lo único que quiere es que Knight se recupere y pueda por sus propios medios explicar qué fue lo que pasó, y “que si se hizo lo de los cheques fue una decisión de él, que ni yo ni Omer tenemos nada que ver con eso. Pedro trabajó junto a Celia por 50 años y él seguirá pensando hasta el último minuto de su vida que ese dinero es de él y de nadie más”.

“Cuando empezó el primer proceso, como en mayo del 2004, contratamos a un abogado y en una reunión donde acudieron Ernestina y su hija que es abogada, para asesorarla, admitieron al final que ese dinero era de su padre”, indicó Falcón.

“Yo traté que Pedro se quedara a vivir con Ernestina en la Florida, pero después de varios intentos Pedro no lo soportó porque ella es de una religión donde después de cierta hora el viernes no se cocina y no vuelven a comer hasta el día siguiente”, señaló el albacea. “Pedro decidió venirse a vivir conmigo a California, porque él quería el calor de una familia, al quedar sin Celia, que fue su compañera por tantos años. No quería tampoco vivir en el apartamento de New Jersey porque eso le traía muchos recuerdos”.

Sobre Ernestina, Falcón dijo: “Siempre le interesó más el dinero que su papá y que no lo ha podido ver. En enero la llamé para avisarle que Pedro había sido internado y me contestó que ella estaba también muy enferma. Si no ha podido ubicarme, por qué no ha tratado de hacerlo a través de los abogados o de los medios de comunicación, si en realidad quería verlo”.

“En marzo del 2004, cuando había ya rumores sobre que Gladys iba a poner una demanda criminal en contra de nosotros, empezamos a recibir amenazas de muerte que superaron las 20, en las mismas decían que Omer era malo, que yo también y que Pedro no quería darle dinero a su familia. Tuvimos que empezar a contratar seguridad. A Pedro le preocupaba mucho que a Omer o a mi nos pasara algo por eso también decidió que no quería seguir en el área de Nueva York”, indicó.

“En la dirección puesta en cada uno de los sobres con las amenazas, el nombre de la calle de mi casa estaba mal deletreado y, pocas semanas después, recibí un sobre de la Fiscalía de Manhattan con el mismo error del nombre, como si la misma persona hubiera dado a la fiscalía mal la información. Yo no estoy acusando a nadie”, dijo Falcón.

“En septiembre del año pasado, cuando se dio a conocer la segunda demanda, ya que de la primera habíamos salido limpios, a Pedro le da un derrame porque él no pudo soportar el por qué le estaban reclamando un dinero que él trabajo”, comentó.

“No quiero aclarar más nada ni que la gente me tenga lástima ni a mí ni a Pedro. Este caso se va a solucionar en la corte, porque yo no he pedido ni quiero mediación alguna, porque llegar a un acuerdo en este momento es como aceptar que sí soy responsable de algo que no hice”, finalizó.

maria.loboguerrero@eldiariony.com

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