jueves, 5 de octubre de 2006

Publicado el 10-04-2006
Por Miguel Fernández Martínez

Un recital en la intimidad



Cristina Rebull - Foto de Archivo

Cristina Rebull se alista para subir a escena en el Centro Cultural Latin Quarter de la Pequeña Habana, 1501 SW Calle 8, teléfono 305 649 9797, el viernes 6 a las 9 de la noche en “Concierto íntimo”, un recital donde interpretará tangos, boleros y aprovechará para estrenar nuevos temas y donde compartirá con sus músicos Frank Laucerica y Jorge A. Gómez, los que siempre están junto a ella cada sábado en”Hoy como Ayer”.

Cristina es una inquieta mujer que le encanta cocinar para sus amigos, porque disfruta verlos comer de los platos que salen de sus manos. Riega sus plantas, responde todos los correos electrónicos que le llegan, pero sobre todas las cosas, le encanta disfrutar del silencio de su hogar y de la noche. Una adoradora de su espacio que no admite interrupción en sus rutinas.

Pero no solo de estas divinidades mundanas se alimenta Cristina, quien además, tiene tiempo suficiente para desarrollarse como actriz, cantante, escritora, y directora teatral. Una conjunción de profesiones que la convierten en una mujer intensa que no se cansa de vivir amasando sueños. Según ella misma asegura, si existen horas reales de plenitud y felicidad, las de ella son esas cuando está inmersa en un acto creativo, ya sea dirigiendo, escribiendo, asumiendo un papel como actriz o haciendo música.

Me contó que alguna vez se cuestionó qué es la felicidad y descubrió que es justamente el momento de la creación. Porque para Cristina el escenario es un acto de servicio por el que el artista tiene que transitar humildemente y agradecer a todos aquellos que decidieron asistir a su espectáculo en medio de tantas opciones. El escenario, para esta joven artista que no duda entregarse hasta la última célula de su cuerpo y de su alma, es un laboratorio y un viaje de respeto mutuo.
Graduarse en la Facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte de La Habana, a donde llegó después de estudiar música y canto, le permitió descubrir que había un mundo inmenso de posibilidades para el futuro. Desde que empezó a estudiar Artes Escénicas, sabía que algún día iba a dirigir actores, esa posibilidad apasionante de poder desentrañar la médula emotiva de un personaje o de una puesta en escena. Pero también aprendió muy temprano que no hay distingos entre la actuación y el acto de cantar, momento que reconoce como una pequeña escena con música, donde un personaje tiene dos o tres minutos para reclamar atención, pedir ayuda o morir.

La carrera profesional de la Rebull ha sido sostenida y ascendente. Reconocida popularmente en Cuba por sus actuaciones en la pequeña pantalla, un día apareció, menuda y frágil, pero con la seguridad propia de los triunfadores, defendiendo la canción “Hoy que no estás” de Carlos Miguel Ojeda, en la XXIV edición del afamado Festival de la Canción OTI celebrado en la ciudad de Asunción, Paraguay en 1995, donde se alzó con el tercer lugar entre un nutrido grupo de participantes iberoamericanos y que le permitió pasear su voz por diferentes países de América del Sur y tener contacto con diversos públicos, convirtiéndose en una de las experiencias más importantes de su vida.

Pero más que los aplausos y los galardones, Cristina prefiere recordar como un premio divino cuando tuvo la posibilidad única de cantar en la misa de recordación a la fallecida estrella española Rocío Jurado. Una artista que admiraba por su entrega y de pronto, la potente voz de Cristina Rebull, que muchos han comparado con la mítica Edith Piaf, cantó el tema que popularizara Rocío, “Como una ola”, convirtiendo su interpretación en ofrenda a la diva española, algo que considera un privilegio que la emociona cada vez que revive el momento.

Otro de sus instantes más felices es cuando la llaman de una compañía teatral interesada en llevar a escena una de sus obras. Cada vez que sucede, se emociona como si dejara escapar una parte de ella misma.

Ávida lectora, disfruta repasar las historias de Peter Pan, quizás como si pretendiera, al igual que el pequeño personaje, tener la facultad de volar y no crecer. Un mundo de maravillas que le permite mantener vivas las memorias de sus amaneceres de la infancia en que la abuela la despertaba y parecía que la vida iba a ser eternamente así. Como escritora, Cristina va labrando letras sobre terrenos seguros. Siente una predilección especial por su obra “Frijoles Colorados” y según ella misma asegura, una “debilidad” muy especial por “El último bolero”, su primera obra escrita a “cuatro manos” junto a Iliana Prieto, una excelente escritora, quien además reconoce como una hermana de vida.

Ahora, a punto de regalar otra noche de canciones, nos preparamos para disfrutar una vez más la voz de esta mujer que alguna vez vio un ángel en su ventana y que se abre el corazón en cada presentación para mostrarlo al público que agradece la energía incalculable de su entrega.

1 comentario:

  1. Anónimo14:47:00

    CRISTINA TE FELICITO POR TU HERMOSA TRAYECTORIA DE TU CARRERA ARTISTICA YO ME LLAMO MIGNON DE LA PAZ AQUI PEREZ SOY PRIMA HERMANA DE TU ABUELA AMELIA.P.D.

    ALGUN DIA TE VERE AQUI EN CHICAGO
    SALUDOS
    MIGNON
    CubaLinda272@aol.com

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