miércoles, 28 de marzo de 2007

Miércoles, 28 de marzo de 2007

M. SUÁREZ
Los individuos convencieron a una mujer de 74 años de que vivía con malos espíritus, por lo que la víctima vendió bienes y pidió créditos.

La convencieron de que estaba rodeada de malos espíritus y pagó más de un millón de euros para que se los quitasen de encima. Llegó incluso a hipotecarse. De ahí que la familia de la mujer de 74 años que ha sido víctima de esta supuesta estafa decidiese denunciar esta situación en Comisaría. Como consecuencia de las investigaciones emprendidas por la Policía, resultaron detenidos dos individuos de nacionalidad cubana, que se hacían llamar doctores parapsicólogos y ofertaban servicios de adivinación mediante conchas y santería. El juez les ha puesto en libertad con cargos.

Agentes del grupo de delincuencia económica de la Comisaría de Gijón detuvieron el viernes a dos individuos de nacionalidad cubana como presuntos autores de un delito de estafa continuada a una mujer de 74 años. La víctima realizó a su favor disposiciones patrimoniales por un importe superior al millón de euros. El supuesto timo se produjo a través de prácticas adivinatorias y santería.

Las investigaciones policiales comenzaron a principios de marzo, a raíz de una denuncia presentada por un familiar de la mujer. Dicho familiar informó de que había observado en ella un cambio brusco de actitud. De una vida austera y exenta de caprichos había pasado a vender derechos hereditarios y a enajenar propiedades por un valor inferior al de mercado. Incluso había llegado a hipotecarse sin dar ninguna explicación sobre el uso que le estaba dando al dinero.

Según los testimonios de sus allegados, además de realizar extraños movimientos patrimoniales, la mujer había perdido peso y presentaba un deterioro físico evidente. Datos que hicieron intervenir a la brigada especialista en sectas. La Policía examinó sus cuentas e indagó en su círculo de amistades la posibilidad de que estuviera sometida a una estafa o extorsión.

Como fruto de esas pesquisas, los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía descubrieron que desde el año 2000 la mujer solicitaba los servicios de dos individuos que se hacían llamar doctores parapsicólogos. Les había conocido a través de una amiga. Supuestamente, tenían dotes adivinatorias y conocimientos en santería.

Estos dos individuos, C. P. V., de 42 años de edad, y J. A. F. F., de 46 años, son de nacionalidad cubana y tienen su «consulta» en el centro de Gijón. La especialidad de C. P. V. consistía en adivinar el futuro a través de unas conchas lanzadas sobre la mesa con un cubilete, ritual que denominaba «hacer la concha». Mientras, su compañero se transformaba en médium y empezaba a hablar en nombre de familiares de sus clientes que estaban muertos.

En el caso de esta mujer de 74 años también realizaban servicios a domicilio. Le habían hecho creer que convivía con brujerías y malos espíritus. Los dos parapsicólogos se desplazaban a su casa con el objeto de alejar esas supuestas influencias negativas. Trabajo por el que pedían sumas considerables, siempre bajo la excusa de que el dinero serviría para evitar enfermedades o problemas a sus seres queridos.

La víctima explicó a la Policía que para la obtención del dinero vendió propiedades y pidió préstamos. Hasta tal punto creía en los dos cubanos que estaba convencida de que los 160.000 euros que guardaba en la caja fuerte se habían convertido en virutas y las joyas habían desaparecido como consecuencia de los malos espíritus que la rondaban.

Una vez identificados estos dos individuos, la Policía comprobó que ya habían tenido que hacer frente a otra denuncia, interpuesta en 2002 por la mujer que les trajo a Asturias y que les ayudó a montar su consulta de videntes. Ella también había confiado en sus dotes de adivinación y había pagado más de 300.000 euros para que la pusiesen en contacto con su padre fallecido. Incluso les había entregado unos lingotes de oro para que los limpiaran de energía negativa. Esta mujer asegura que los lingotes que le devolvieron eran de plomo.

Entonces, el juez archivó el caso, pese a que la denunciante constató que ni C. P. V. ni J. A. F. F. tenían un título que les facultase para ejercer sus actividades parapsicológicas. En cuanto a la denuncia que ahora está en curso, la Policía ha concluido que C. P. V., persona a la que se atribuye un gran poder de persuasión, es el organizador de este supuesto montaje y J. A. F. F., su cómplice. Las dos víctimas de las que se tiene conocimiento hasta la fecha son mujeres de elevada posición social que tienen una edad avanzada y que viven solas.

Los presuntos estafadores fueron detenidos el pasado viernes. Anteayer, lunes, pasaban a disposición judicial. El juez decretó su libertad con cargos. C. P. V. y J. A. F. F. alegaron que se dedican a la parapsicología de forma esporádica y que reciben de sus clientes únicamente «la voluntad». La Policía, que intervino numerosa documentación al que consideran el cerebro de esta supuesta estafa, mantiene abierta la investigación para averiguar si hay más personas afectadas y dónde ha ido a parar el millón de euros que su última víctima dice haberles entregado, ya que su forma de vida parece modesta. El hecho de que los ingresos fuesen voluntarios dificulta la demostración policial de que hubo timo.

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