martes, 22 de mayo de 2007

KETTY RODRIGUEZ
El Nuevo Herald

EL PUENTE Rickenbacker de Key Biscayne se ha convertido en una incógnita para las autoridades estadounidenses por el arribo de grupos de cubanos a ese punto.
EL PUENTE Rickenbacker de Key Biscayne se ha convertido en una incógnita para las autoridades estadounidenses por el arribo de grupos de cubanos a ese punto - TIM CHAPMAN / The Miami Herald

Un grupo de 26 personas, formado por 10 hombres, 10 mujeres y seis niños apareció en la madrugada de ayer en el viaducto Rickenbacker que conduce a Key Biscayne.

Es el grupo número 15 que aparece en el puente. ¿Por qué allí?

Las razones por la cuales la mayoría de los cubanos últimamente llegados a Miami en forma ilegal han escogido el viaducto para ''desembarcar'' y entregarse, es un misterio que las propias autoridades no saben explicar.

A la vez, a ese ''triángulo de las Bermudas'' a la inversa puede contribuir un número insuficiente de agentes y guardacostas vigilando el área para detectar lo que parece ser la labor de contrabandistas organizados que todos los años dejan a cientos de cubanos en el sur de la Florida.

Esas son preguntas sin respuestas que apuntan hacia actividades de contrabando humano, señalaron ayer oficiales de la Patrulla Fronteriza y del Departamento de Aduanas y Protección Fronteriza, dos de las agencias que manejan e investigan estos casos.

Las estadísticas indican que, desde comienzos de año, al menos 145 cubanos han llegado a este puente repartidos en 15 grupos. En total 1,780 cubanos han llegado en el 2007 a Miami en forma ilegal.

En el 2002, el mismo puente fue escenario de la reaparición en masa de decenas de haitianos, la mayoría de los cuales fue devuelto a su país por no estar amparados por la legislación de ''pies secos/pies mojados'' que protege a los cubanos para obtener un estatus legal una vez que logran pisar tierra firme.

''No sabemos por qué escogen ese puente. Quizá es conveniente para los contrabandistas, pero no lo sabemos. Lo estamos investigando... hasta ahora, las llegadas más recientes de cubanos han ocurrido en esa localidad'', dijo Víctor Colón, un portavoz de la Patrulla Fronteriza.

Esta agencia recibió a la 1:30 a.m. de ayer una llamada de la Policía de Miami Dade para reportar el arribo de 26 cubanos, los cuales fueron interrogados, procesados en la oficina de Pembroke Pines y finalmente liberados el mismo día.

El relato del viaje que contaron los recién llegados no coincidió con la realidad, comentó Colón.

Aseguraron haber llegado por mar en una embarcación, pero la misma no apareció. Estas personas, además, según los guardacostas, no presentaban signos de deshidratación, quemaduras de sol u otros problemas de salud asociados a largas travesías por mar.

Todo indica, según los funcionarios, que este grupo pudo haber arribado a Miami con ayuda de contrabandistas que cobran hasta $10,000 por persona.

Para la Patrulla Fronteriza, estos grupos de cubanos ''no llegan en bote'' al viaducto.

Primero llegan en barcos rápidos a otra lugar, y luego son conducidos por tierra al Rickenbacker, indicó Colón, quien no sabe si los contrabandistas usan carros, camionetas o autobuses para dejar a los nuevos inmigrantes.

También, la madrugada parece ser el mejor momento para no ser detectado.

''Se cubren con la oscuridad de la noche, porque es más difícil verlos. Actúan como lo haría cualquier operación criminal de contrabando tradicional. Escogen la noche para dejar la carga ilegal, sin ser detectados en una carretera solitaria en horas de la madrugada'', explicó Zachary Mann, un agente especial y vocero del Departamento de Aduanas y Protección Fronteriza en Miami.

Si bien las autoridades son conscientes de que el viaducto se ha convertido en la zona escogida por los contrabandistas, admitieron que ``no cuentan con suficiente personal para vigilarlo todo''.

Aunque saben que ese punto es ''caliente'', los agentes especiales y guardacostas no tienen garantías de atrapar a los contrabandistas.

''Agarramos a muchos, pero otros se mueven a otros puntos, como South Beach, Haulover Beach y los Cayos'', indicó Mann.

Este tipo de actividad de contrabando, agregó Mann, además de ser peligrosa y arriegada para los que se escogen esta vía, distraen a las agencias involucradas en operaciones de vigilancia fronteriza e inteligencia de un mayor objetivo, que es evitar la entrada de terroristas y criminales al país.

''El público juega un papel importante si colabora e informa a tiempo sobre éste tipo de actos ilícitos... y al resto de los inmigrantes les aconsejamos la vía legal para entrar a este país sin correr peligro'', reiteró Mann.

Al cierre de este edición, se desconocía el paradero de un grupo de 7 jóvenes cubanos que salió de Cuba en una balsa el pasado 5 de mayo.

''Estamos desesperados. Esta es la tragedia cubana que nunca termina'', indicó Nelson Rodríguez, uno de los familiares.

Para reportar cualquier operación de contrabando, llamar al 1-800-232-5378.

kerodriguez@elnuevoherald.com


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