jueves, 17 de julio de 2008

MANUEL EDUARDO SOTO
El Nuevo Herald


El retrato de la venerada salsera cubana descansaba al lado derecho del altar en La Ermita de la Caridad teniendo como marco flores blancas, y flanqueada por las banderas de su adorada Cuba y de Estados Unidos, su país adoptivo - Pedro Portal / El Nuevo Herald

Los admiradores de la desaparecida Celia Cruz que llegaron en la noche del miércoles a la Ermita de la Caridad del Cobre para recordar los cinco años de la muerte de su estrella quedaron un poco confundidos cuando vieron entrar al templo católico al cónsul de Chile y a un grupo de miembros del Club de Huasos del país sudamericano que ocuparon las primeras filas del sector derecho.

Pero el obispo de Miami, Agustín Román, fue el encargado de poner las cosas en orden cuando dio por iniciada la misa de las 8 de la noche, citando los nombres de las personas para las que sus seres queridos pedían oraciones y rogando por el descanso de las almas de las personas fallecidas, comenzando con Celia, quien murió el 16 de julio de 1993.

El retrato de la venerada salsera cubana descansaba al lado derecho del altar teniendo como marco flores blancas y flanqueada por las banderas de su adorada Cuba y de Estados Unidos, su país adoptivo.

En el otro extremo, entretanto, había una imagen de la Virgen del Carmen, la santa patrona de Chile cuyo día se celebraba el miércoles, junto a una bandera chilena que cargó el cónsul general de ese país en Miami, Manuel Hinojosa, acompañado de hombres y mujeres pertenecientes a la filial local del Club de Huasos, cuyos miembros llegaron vestidos con trajes típicos caracterizados por un sombrero cordobés, una chaquetita corta, pantalones oscuros a raya y botas con espuelas. Las mujeres usan el mismo sombrero, pero lucen vestidos largos de tela floreada.

Los chilenos también se sorprendieron de que el templo estuviera de bote en bote con la presencia de la comunidad cubana local, destacándose figuras como Omer Pardillo, quien fue representante de Celia, y Hansel, el cantante del dúo Hansel y Raúl.

"No me explico por qué no hay otros artistas que compartieron con Celia'', dijo Hansel a El Nuevo Herald. "Me imagino que no se enteraron. A mí me llamaron para invitarme y aquí estoy con mi familia''.

Uno de los auxiliares de monseñor Román fue el encargado de leer un texto relacionado con la carrera de la llamada "reina de la salsa'' antes del comienzo oficial de la ceremonia religiosa, en el que destacó que la intérprete de temas inolvidables como Burundanga, Que le den candela y Químbara había visitado en numerosas ocasiones La Ermita de la Caridad del Cobre durante su vida.

"El Señor la tenga en su presencia junto a sus seres queridos, que descanse en paz'', expresó el sacerdote, recordando que tras su muerte, Celia tuvo "un renovado brillo'', batiendo récords de ventas de su CD póstumo, Regalo del alma, que incluso fue premiado con el Grammy.

"Ni Estados Unidos ni el mundo la han olvidado'', concluyó.

En seguida tomó la palabra el obispo de la ciudad chilena de Melipilla, monseñor Enrique Troncoso Troncoso, quien saludó a los cubanos que estaban en el santuario y resaltó la importancia de Celia Cruz, la que también tuvo oportunidad de hace presentaciones en el país sudamericano.

esoto@herald.com


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