domingo, 10 de febrero de 2013

El año pasado las autoridades descubrieron a 333 cubanos en ruta ilegal hacia Estados Unidos.
Por: REDACCIÓN JUSTICIA | 10:04 p.m. | 09 de Febrero del 2013

“En Pasto hay un retén a la salida del terminal. No falla: con 50 dólares se cuadra (...) En Honduras, la Policía, los buseteros y los ‘coyotes’ son uno. Tienen que ser duros para no dejarse quitar el dinero (...) De Chiapas a Veracruz (México) hay 12 horas de camino y más de 20 retenes; cada uno pedirá de 500 a mil pesos” (10 dólares).

Recomendaciones como esas son las que tiene la ‘biblia’ de los ilegales cubanos que buscan coronar el ‘sueño americano’ a través de una ruta que empieza en Quito –Ecuador no les pide visa–, pasa por Colombia y termina 4.000 kilómetros al norte, en la frontera de México y Estados Unidos.

El documento lo tenía uno de los cubanos detectados hace algunas semanas en los controles de Migración Colombia, autoridad de control de entrada y salida del país y clave para develar cómo operan las mafias que se lucran de ese tráfico humano. Lo mandó, vía electrónica desde Miami, Ignacio, un ilegal que hizo el azaroso recorrido entre junio y julio del 2012.

En siete páginas, que hoy se distribuyen de mano en mano entre los cubanos, el hombre reconstruyó la ruta, con costos de hoteles y comida, riesgos y tarifas de la corrupción a lo largo de ocho países. Al menos 1.500 dólares vale el viaje (el sueldo que recibe un médico en la isla en 5 años), y casi una tercera parte de esa plata se queda en las redes que los mueven desde Ipiales hasta la frontera con Panamá.

Explotados en Ecuador

Los que tienen familiares en Estados Unidos reciben plata para el viaje a través de giros. Pero a la mayoría les toca trabajar en condiciones de explotación en Ecuador para juntar más dólares para el resto del trayecto.

El solo paso por mar de Turbo a la frontera con Panamá, donde acaban de hallarse siete cuerpos de ilegales náufragos, cuesta 300 dólares. “Los precios pueden subir, pues en cuanto la guerrilla y los paramilitares se enteran de un lugar de donde salen cubanos, piden a los lancheros parte en el negocio. Ya eso ha pasado en Turbo y Buenaventura”, dice el mensaje de Ignacio. En el 2010, un reportaje de este diario por la ruta del tráfico de personas comprobó que tanto Farc como nuevas bandas se lucran del negocio en sus zonas de influencia.

Al llegar al otro lado del golfo de Urabá, los cubanos y otros traficados hacen tres horas de camino por la selva, para llegar a Panamá.

El camino, señala una fuente que lo conoce, está lleno de prendas: son las señales que les dejan a los que vendrán detrás, para que no se pierdan en la manigua.

La instrucción al llegar a los puestos de control en el vecino país es “entregarse y decir que son cubanos”. Allá reciben un permiso de tránsito que aprovechan para viajar, por avión, hasta Ciudad de Panamá. De ahí siguen por tierra a Costa Rica, por donde usualmente pasan sin problemas. “Atención: siempre digan a las autoridades de cualquier país que van de tránsito a EE. UU”, es la recomendación. Mientras que en Colombia fueron detectados 333 cubanos ilegales el año pasado, 2.658 llegaron a Panamá y pidieron asistencia humanitaria . Todos pasaron por nuestro país.

En las siguientes paradas de la ruta, la situación vuelve a complicárseles. “En Nicaragua, si te cogen, te devuelven para Costa Rica; si te cogen cerca de Honduras, te cobran 100 dólares y te dan salvoconducto para seguir”, dice el mensaje de Ignacio.

En este último país, que tiene un convenio con EE. UU. para facilitar el tránsito de cubanos, suelen retenerlos para sacarles algo de dinero, pero el consejo es resistirse porque legalmente no pueden detenerlos. Guatemala y México se atraviesan entonces entre ellos y el ‘sueño americano’.

Para ese momento llevarán un mes viajando, abandonados en las manos de los ‘coyotes’ de cada país. En México, a donde entran en balsas, normalmente no los detienen. Pero los que tienen problemas de papeles deben buscar paso a Estados Unidos por ‘el hueco’. Ese servicio puede valer hasta 2.300 dólares.

De los 700 extranjeros descubiertos el año pasado por Migración Colombia en la ruta hacia el norte del continente, casi la mitad eran cubanos.

Hasta hace un par de años entraban desde Venezuela (usualmente, médicos desertores de los programas asistenciales del gobierno Chávez), pero ahora vuelan de La Habana a Quito aprovechando que Ecuador no les pide visa y por la apertura en el régimen de salida de las isla. Son miles los que deciden usar una ruta más larga y costosa, pero casi siempre menos peligrosa que la de los famosos ‘balseros’ que retan el Caribe hasta las costas de Miami.

Los chinos también siguen entrando ilegalmente a Colombia, pero ya no solo buscan paso hacia Estados Unidos. Y los casos descubiertos por los investigadores de Migración Colombia muestran que decenas de dominicanos están entrando a Colombia de camino hacia Brasil, a través de redes manejadas por haitianos. El destino final es Guyana Francesa, donde obtienen nacionalidades falsas y visa a Europa.

Venezuela, nuevo destino de los chinos

Los chinos, que pagan hasta 30.000 dólares para salir ilegalmente de su país y llegar hasta Estados Unidos (donde trabajan por años para pagar esa deuda), están cambiando de destino.

Eso es lo que muestran las cifras de las autoridades colombianas. Si bien los casos de los que buscan como sea –incluso en contenedores de barcos que salen de Buenaventura– paso hacia Panamá siguen siendo frecuentes, lo que Migración Colombia ha detectado en los últimos meses es un inusitado interés de los ciudadanos chinos por llegar a Venezuela.

Un enorme complejo industrial chino-venezolano que se está construyendo en la ciudad de Valencia, estado Carabobo, parece ser el destino de muchos de los 125 nacionales de ese país asiático descubiertos en controles migratorios.

Una nueva modalidad de ingreso es llegar en tránsito al aeropuerto Eldorado, donde deliberadamente pierden sus conexiones. Se investigan posibles complicidades de funcionarios que les permiten salir del aeropuerto, de donde viajan hacia Norte de Santander y de allí a Venezuela.

Las redes de traficantes también los están trayendo con visados irregulares (los tramitan en Beijing o Hong Kong con papeles de empresas que requieren personal especializado en Colombia); o con el pretexto de adelantar estudios superiores en el país.

Hubo varios casos de chinos que se matricularon en una universidad de Barranquilla y que asistieron apenas la primera semana. Después los hallaron trabajando ilegalmente en restaurantes, juntando plata para seguir viaje hasta EE. UU.

Traficantes aprovechan vacíos migratorios

El director de Migración Colombia, Sergio Bueno, advierte que las mafias aprovechan cualquier resquicio legal en los países de la región para mover su tráfico ilegal, el tercero más lucrativo después del de drogas y el de armas.

“Están pendientes de dónde se levantan los visados o se flexibilizan los controles de ingreso para abaratar sus costos”, señala. Las investigaciones muestran que en cada país de la ruta hacia el ‘sueño americano’ existen ‘coyotes’ locales que se lucran de los migrantes y los exponen a riesgos mortales.

“Seguimos en la misión de fortalecer los controles para detectar a estos extranjeros y protegerlos, porque son víctimas”, dice Bueno. Y agrega que centenares de personas en el país que ayudan a mover a los ilegales –conductores de buses, empleados de hoteles, lancheros– no tienen en cuenta que se exponen a penas de hasta 12 años de cárcel por tráfico de migrantes.

REDACCIÓN JUSTICIA

Tomado de: El Tiempo

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