domingo, 8 de diciembre de 2013

HUYENDO DEL PARAÍSO
ALFONSO CHARDY Y JUAN O. TAMAYO
JTAMAYO@ELNUEVOHERALD.COM
Publicado el sábado, 12.07.13

Era mediados de julio y una clínica de salud pública en Miami experimentaba un incremento tan pronunciado de nuevos inmigrantes cubanos, que venían para hacerse los exámenes necesarios, que tuvo que extender sus horas de trabajo rápidamente.

El numero de cubanos que asistía a la clínica del Departamento de Salud de la Florida había aumentando en un 20 por ciento en junio, en comparación con el promedio para el mismo mes durante los tres años anteriores. Y otras autoridades en el sur de la Florida estaban notando incrementos similares en las llegadas de cubanos.

Pero para finales de agosto, la clínica había retornado a sus horas de trabajo regulares y Keyler Rodríguez de 27 años, una trabajadora de hospital, oriunda de Santa Clara, quien llegó a Miami hace un mes, se hizo su chequeo médico a fines de noviembre sin ningún retraso.

“Yo creo que todos los cubanos quieren irse”, bromeó Rodríguez, quien salió de Cuba para Ecuador en octubre y se unió al flujo clandestino que lleva a los cubanos por tierra a través de Centroamérica hasta la frontera de Estados Unidos con México.

La llegada de inmigrantes cubanos ha caído ahora. Pero al menos 44,000 llegaron a Estados Unidos en el año fiscal que terminó el 30 de septiembre (FY13 por sus siglas en inglés) —el total más alto desde 1994 y 10 por ciento por encima de las 40,000 que se estima llegaron en el FY12.

Detrás de este aumento hay toda una variedad de factores: aumentos en las visas estadounidenses que se entregan a los cubanos; rumores de que se podría recortar los beneficios del gobierno federal para los inmigrantes cubanos; la crisis económica de España; la relajación de las leyes de inmigración de Cuba el 14 de enero; y una campaña contra cubanos que viven en Ecuador.

Inmigrantes ilegales

La misión diplomática de Estados Unidos en La Habana entregó 24,727 visas migratorias en el FY13, un leve descenso en comparación con 26,720 en el FY12, según cifras del gobierno estadounidense obtenidas por El Nuevo Herald.

Washington prometió entregar un mínimo de 20,000 visas migratorias a cubanos por año después de la “Crisis de los Balseros” en 1994, durante la cual 35,000 inmigrantes salieron en embarcaciones de fabricación casera, para desanimar travesías tan peligrosas.

Pero el número de visas turísticas entregadas durante el mismo período aumentó en más del doble, de 14,362 a 29,927, según las cifras. Funcionarios estadounidenses afirman que, como promedio, el 20 por ciento de los que recibieron visa turística se quedaron viviendo en Estados Unidos en los últimos años, lo cual indica que alrededor de 6,000 de los 29,927 visitantes se convertirán en inmigrantes.

El aumento en las visas turísticas, solicitadas en su mayoría por cubanos de la tercera edad que quieren visitar a familiares en Estados Unidos, tuvo lugar a medida que los empleados del consulado pusieron al día una enorme cantidad de aplicaciones atrasadas y procesaron un número mayor de solicitudes después de las reformas del 14 de enero.

El cruce de la frontera

El segundo grupo de inmigrantes cubanos por su tamaño entró a través de la frontera con México, sin visas pero acogiéndose a “pies secos, pies mojados”, la política que permite a los cubanos que ponen pie en suelo estadounidense que se queden pero hace regresar a la mayoría de los que son interceptados en alta mar.

Las llegadas a través de la frontera de México alcanzaron un total de 13,122 en los 11 meses que terminaron el 31 de agosto, según las cifras más recientes disponibles de Aduanas y Protección de Fronteras. Ese fue el total más alto desde el FY05, y un aumento del 27 por ciento con respecto a los 10,315 reportados para los 12 meses del FY12.

Entre los llegados por la frontera hubo muchos que salieron de Ecuador, donde amistosas leyes de inmigración permitieron que 40,000 cubanos se establecieran allí desde hace varios años. Pero recientes campañas contra inmigrantes indocumentados persuadieron a algunos a dirigirse al norte.

“Se puso malo en Ecuador”, dijo Yuraldi Medina, de 41 años, quien vivió en la nación sudamericana durante cuatro años antes de abandonarla hace cuatro meses y viajar por tierra hasta México sin los permisos de viaje adecuados para cruzar la frontera.

El flujo de España

Otro grupo de inmigrantes cubanos, cuya magnitud se desconoce, pero que muchos creen está creciendo, ha estado llegando de España, donde una profunda crisis económica y un desempleo de más del 20 por ciento ha estado forzando a irse a algunos de los 125,000 cubanos que viven allí.

“Ahí no hay trabajo para nadie”, dijo Varinia Colunga, de 40 años, oriunda de La Habana, quien vivió 23 años en España. Usando su pasaporte español, voló a Miami como turista en julio y recibirá su residencia después de un año bajo la Ley de Ajuste Cubano (CAA, por sus siglas en inglés).

Se estima que unos 100,000 cubanos obtuvieron la ciudadanía española en los últimos años bajo una ley de Madrid para beneficiar a los descendientes de inmigrantes españoles. Aunque muchos siguen viviendo en Cuba, todos pueden entrar a Estados Unidos como turistas y obtener la residencia bajo la CAA.

El peluquero Lázaro Aguilar, de 40 años, oriundo de La Habana, dijo que emigró a España hace tres años y luego decidió trasladarse a Miami. Como no tenía pasaporte español, usó un documento de viaje de la Unión Europea para viajar a Ciudad México, y luego se dirigió por tierra a la frontera de Estados Unidos.

Menos llegan por mar

Una categoría de inmigrantes que disminuyó fue la de los cubanos llegados por mar, de 423 en el FY12 a 359 en el FY13, tal vez debido al intenso patrullaje de la Guardia Costera estadounidense, o quizás porque es más fácil salir de la isla después de las reformas migratorias del 14 de enero.

Funcionarios de La Habana reportaron que 226,877 cubanos hicieron viajes personales al extranjero en los primeros 10 meses de este año, un marcado aumento con respecto a los 167,688 del mismo período en el 2012. El promedio, desde el 2000 hasta el 2011, era de 82,000 por año, una cifra asombrosamente baja para una nación de 11 millones de personas.

Las cifras muestran por qué las reformas de inmigración se han convertido en los cambios más populares llevados a cabo por el gobernante cubano Raúl Castro desde que él sucediera oficialmente a su hermano Fidel Castro en 1998 por razones de salud.

Raúl Castro eliminó el detestado permiso de salida del gobierno conocido como la “tarjeta blanca”; terminó con la confiscación de propiedades de aquellos que emigran; y expandió de 11 a 24 meses el tiempo que los cubanos pueden permanecer fuera del país sin perder beneficios tales como la atención médica gratuita. Eso significa que pueden vivir en Estados Unidos durante un año, obtener la residencia estadounidense bajo la CAA y regresar a la isla a tiempo para conservar su residencia cubana.

Expertos en inmigración cubana afirmaron que parte del aumento en el FY13 fue provocado por los rumores en Miami y Washington a fines del 2012 y principios del 2013 sobre la posibilidad de reducir el alcance de la Ley de Ajuste Cubano. El entonces representante federal David Rivera, republicano de la Florida, propuso en un momento denegar o demorar la residencia estadounidense a todo cubano que regresara de visita a la isla.

“Nuestras cifras empezaron a aumentar… de agosto a septiembre” del 2012, dijo Hiram Ruiz, jefe del programa para refugiados del Departamento de Niños y Familias de la Florida, el cual administra los servicios a los inmigrantes cubanos recién llegados. “Siguieron aumentando en enero, febrero, marzo…nos dijimos: ¡ wow! Nuestras cifras este año van a ser astronómicas”.

Pero entonces las cifras empezaron a disminuir, y para fines del FY13 su agencia había asistido a 26,850 recién llegados de Cuba, solamente 1,015 más que en el año fiscal anterior, dijo Ruiz. Sus cifras sólo cubren sólo a los cubanos que vienen a la Florida y reciben beneficios.

Mas algunos de los recién llegados se han estado dirigiendo a ciudades con mejores oportunidades de trabajo y costos de vida más bajos que Miami, tales como Houston, Dallas, Fort Worth, Las Vegas y Los Angeles.

Peter Stranges de Catholic Charities en Houston, una de varias agencias que atienden a los inmigrantes cubanos en esa área de Texas, dijo que sólo su agencia atendió a 600 cubanos en el período de un año que terminó en mayo del 2013, en contraste con los 150 del período anterior.

En un cálculo informal, Teo Babún, director ejecutivo de EchoCuba, la cual ayuda a las iglesias independientes en Cuba, estimó que cada inmigrante que llega al sur de la Florida cuesta a los contribuyentes $19,000 por concepto de alojamiento, seguro de salud y otros servicios.

Pero Randolph P. McGrorty, de Catholic Charities Legal Services of Miami, dijo que el sur de la Florida ha creado a través de los años un eficiente sistema de entrada capaz de manejar grandes cantidades de inmigrantes cubanos. “No veo señales de exceso alguno”, dijo.

Tomado de: El Nuevo Herald

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