miércoles, 26 de marzo de 2014

En el ajiaco, nuestro plato nacional, todo se mezcla y libera lo mejor de su sabor y sus aromas. Lo dulce y lo salado se toquetean y se abrazan cuando el fuego los aprieta; el ácido del limón, atempera los excesos para que caldo no se negree demasiado. Todo junto pero no revuelto. Quinta esencia de la mescolanza que somos. Ajiaco y no caldosa porque el primero es una creación colectiva y enriquecedora y la segunda son las sobras y el mal gusto.
Madrid | 27/03/2014

El último ajiacoDía: Jueves, 27 de marzo de 2014
Hora: 20:00
Lugar: Centro de Arte Moderno, Calle Galileo 52 - 28015 Madrid

ENTRADA LIBRE Y GRATUITA

Participan: Carmen Rubio y Emilio Surí Quesada

Después de más de veinte años fuera de la Isla, Emilio Surí Quesada y yo, sabedores de que la vida y la muerte se intercambian las bragas antes de robarnos el tiempo y la existencia, no queremos morir en tierra extraña. Ambos sabemos que es una idiotez pero así somos. Nosotros, después de haber copulado con la vida y con la muerte tenemos hambre de Cuba, es decir ganas de comer ajiaco y para ello, una vez más, nos volveremos a jugar el pellejo. Queremos y tenemos la necesidad de degustarlo como un acto de fe, como si fuera la hostia bendita. Nosotros, después de pasar balance a nuestras vidas, hemos llegado a la conclusión que vamos a regresar a lo nuestro sin que nadie tenga que autorizarlo y sin que nadie pueda prohibirlo. Cuba, como escribió una poeta, es una isla de exilios y destierros y nosotros dos estamos decididos a terminar con nuestro exilio y con nuestro destierro. Sabemos, lo olemos, que hay miles de cubanos que quisieran hacer lo que nosotros, pero no se atreven.

Después que uno saborea poder ir donde le plazca y hablar lo que piensa es más difícil regresar que irse. Surí Quesada repite que “si es una locura irse, regresar es una doble locura porque el exilio de afuera frustra menos que el exilio de adentro”. Como cubanos estamos cansados de pensar y, sobre todo, de no querer pensar porque se nos funde el cerebro y todo, aparentemente, sigue igual.

Si nos reciben a balazos o nos acusan de agentes enemigos, allá ellos. Nosotros lo único que queremos es comernos en la Isla nuestro ajiaco y que suenen los tambores y que la gente se abrace, baile, singue y cante “ya vienen llegando” o lo que quieran. No se dejen confundir si, como ha pasado otras veces, “nos ocurre un accidente” y no llegamos. Vamos sin odio. Si ya una vez multiplicaron los panes y los peces ¿por qué no puede haber ajiaco para todos? (Ramón Rivera)

Emilio Surí Quesada (Camagüey, Cuba, 1952- Alcalá de Henares, España). Poeta, narrador y periodista. Es uno de los más laureados corresponsales de guerra cubanos en las últimas décadas y uno de los impulsores del periodismo literario y de participación en la Isla. Como Corresponsal de Guerra y Enviado Especial ha cubierto conflictos en Angola, Nicaragua, El Salvador, México, Estados Unidos, Chile, Perú, Argentina, Bolivia, antigua Yugoeslavia, Francia, antiguo Sahara Español con el Frente Polisario, Argelia, Namibia, Sudáfrica y Rumanía donde reconstruyó los últimos días de los Ceaucescu, reportaje que se incluye en este libro.

Ha sido ganador en varias ocasiones de los premios naciones de periodismo de Cuba en diferentes géneros y en 1988, mereció el “Premio Internacional de Periodismo José Martí” por su libro Los Cachorros andan sueltos, en donde cuenta sus vivencias en el Batallón de Lucha Irregular Rufo Marín en las montañas de Nicaragua cuando éste se enfrentaba a las fuerzas antisandinistas; dicha obra también mereció recomendación en el Concurso Casa de las Américas en el género testimonio y fue record de ventas en Cuba y Nicaragua en donde fue el segundo libro más leído en 1989. En 1974, Emilio Surí Quesada con su poemario Historia por si vienen nietos fue Premio en el Concurso 13 de marzo de la Universidad de la Habana con Eliseo Diego como Presidente del jurado. También su obra ha sido recogida en varias antologías de poesía entre ellas la de Poetas cubanos en el exilio de Odette Alonso.

Entre los libros de Emilio Suri Quesada se encentran, además, No vine a morir (novela sobre Angola); Y nadie se cansa de pelear (crónicas entrevistas y reportajes acerca de la guerra); El mejor hombre de la guerrilla (testimonio que abarca la vida de uno de los capitanes de la guerrilla del Che); Canción del suicida (poesía) y la novela El instrumento de Changó.

Carmen Rubio Díaz es escritora, bióloga, alpinista y empedernida viajera. Desarrolla así mismo su actividad como guionista y productora de las películas de La Najarra Producciones, sello audiovisual creado junto a su marido, el fotógrafo y realizador José Manuel Oñoro. Participa habitualmente en los programas de Fomento de la Lectura del Centro Andaluz de Las Letras y es una activa conferenciante sobre temas literarios y de viaje. Ha publicado nueve libros: “Niños del Mundo” (2006), “Pajaritas de papel” (2007), “Caballeros de las cimas y otros relatos de montaña” (2008), “Sueño de faquir” (2010), “Luna de Ramadán” (2011), “Una mecedora de rama y viento” (2011), “Sin ánimo de lucro, sin ánimo de triunfo, sólo por agradar” (2012) , “Niños del Mundo” 2ª edición corregida y aumentada (2013) y “Susurro de drizas, tintineo de mosquetones” (2014) - obra finalista del XV Premio Desnivel 2013 de Literatura de Montaña, Viajes y Aventuras.

Tomado de: Cuba Encuentro

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