sábado, 14 de noviembre de 2015

Ha sido descrito como el gran bailarín de su generación, un virtuoso que parece volar por el escenario como si estuviera suspendido del cielo.
Redacción - BBC Mundo
13 de noviembre 2015

Carlos Acosta con su hija Aila
Carlos Acosta se despidió del Royal Ballet en Londres tras 17 años. Saludó al público con su hija Aila

Y es que los más refinados superlativos no parecen alcanzar para describir el talento de Carlos Acosta, el bailarín cubano que este jueves se despidió con su propia coreografía de Carmen, del escenario que fuera su hogar durante 17 años, el Royal Opera House, sede del Royal Ballet, en Londres.

Acosta, de 42 años, se retira esta temporada del ballet clásico, pero seguirá como bailarín en obras contemporáneas y como coreógrafo.

¿Pero cuál es el secreto de Acosta? ¿Cómo se explica que aquellos que lo ven en un escenario, aunque no sepan nada de ballet, sientan como un torrente la más sublime y sutil belleza, transmitida junto a la más sólida y avasallante energía masculina?

"Musculoso y poderoso"

Para la editora de arte del diario británico The Daily Telegraph, Sarah Crompton, el talento de Acosta se hizo aún más profundo y refinado a lo largo de su carrera con el Royal Ballet.

Carlos Acosta tras su última actuación en el Royal Opera House
Carlos Acosta tras su última actuación en el Royal Opera House

"Acosta es uno de los hombres más musculosos y más poderosos en el escenario, pero sus actuaciones tienen tantas capas y subcapas de poder dramático que cada una de sus danzas se vuelve un evento que no puedo darme el lujo de perder", escribió Crompton en una reciente columna.

Ha sido desde un maravilloso príncipe Sigfrido en el Lago de los Cisnes, hasta un guerrero poderoso en Espartaco o un Albrecht que agoniza en Giselle.

La versatilidad y pasión de Acosta ha dado vida a numerosos clásicos, siempre con su potencia masculina y fluidez como un sello inconfundible.

La bailarina española Tamara Rojo, quien compartió el rol principal en Romeo y Julieta con Acosta ante más de 13.000 personas en Londres en 2012, definió así la singularidad del bailarín.

Tamara Rojo y Carlos Acosta
Tamara Rojo y Carlos Acosta

"Carlos es uno de esos poquísimos artistas que son capaces de trascender su propia arte y convertirse en parte de la conciencia pública", dijo a BBC Mundo Rojo, directora artística del English National Ballet.

"No es sólo un gran bailarín, sino escritor, actor, coreógrafo, productor, además de un hombre de gran inteligencia emocional, curiosidad y calidez".

Por su parte, Kevin O’Hare, director del Royal Ballet, dijo a BBC Mundo que "a lo largo de los 17 años que Carlos ha estado con el Royal Ballet siempre ha estado dispuesto a tomar el desafío de proyectos nuevos, como el de Romeo y Julieta en el escenario 02 Arena ante más de 13.000 personas, o las iniciativas para inspirar el amor a la danza en jóvenes."

"Esperamos seguir trabajando juntos en el futuro en la formación de nuevas generaciones. Carlos siempre será parte del Royal Ballet", agregó O’Hare.

Acosta ha recibido numeros galardones internacionales, incluyendo el Premio Olivier por Logros Notables en la Danza en 2007 y el Premio de Danza de la Fundación Princesa Grace, de Estados Unidos. También recibió el año pasado de la reina Isabel II de Inglaterra la medalla de Comendador de la Excelentísima Orden del Imperio Británico (CBE).

"Soñar en grande y trabajar duro"

La historia personal de Acosta es tan cautivante como sus actuaciones.


Acosta recibió de la reina Isabel II de Inglaterra la medalla de Comendador de la Excelentísima Orden del Imperio Británico (CBE)

El menor de 11 hermanos, creció en la pobreza en Cuba, donde su padre lo llevó a clases de ballet porque pensó que serían buenas para su disciplina.

Acosta fue a regañadientes, pero su rebeldía pronto abrió paso a la expresión de un talento natural para la danza.

A los 13 años comenzó a tomar el ballet en serio y tras descubrir esta pasión comenzó a hacer lo que hoy recomienda a otros bailarines jóvenes, soñar en grande y trabajar duro.

A los 17 años ganó la medalla de oro en el prestigioso Prix de Laussane, en Suiza, que lo lanzó a su carrera internacional.

Acosta siempre ha reconocido el gran impacto que tuvieron en su vida artística y personal sus profesores cubanos, como Ramona de Sáa, antes de desfilar por los grandes escenarios del mundo, bailando con el English National Ballet, el Ballet Nacional de Cuba, Houston Ballet, American Ballet Theatre, Bolshoi Ballet y otras grandes compañías, además del Royal Ballet.

Ha sido un miembro permanente del Royal Ballet desde 1998 y en 2003 fue promovido a artista principal invitado, una posición que le dio más libertad permitiéndole concentrarse también en tours y actuaciones internacionales.

Acosta actor y escritor

La larga carrera de Acosta le impuso también numerosos sacrificios. En el prestigioso festival literario Hay, Acosta mencionó el año pasado cuánto extrañó la familia de la que debió separarse y habló de su profunda soledad hasta que conoció a su esposa, Charlotte, con quien tiene una niña, Aila.

Carlos Acosta
Acosta es uno de los hombres más musculosos y más poderosos en el escenario", escribió la crítica Sarah Crompton

Acosta fue a Hay para presentar su primera novela, Pig´s Foot, Pata de Puerco, una historia sobre la vida en Cuba a lo largo de tres generaciones.

Para Sarah Crompton, Acosta no sólo se distingue de otros bailarines por su tremenda habilidad técnica, sino por su mente inquieta, que lo ha impulsado en múltiples direcciones.

"No puedo pensar en otro bailarín que haya publicado una novela", escribió Crompton en el Daily Telegraph.

"Y este logro increíble se suma al éxito de su autobiografía, No Way Home".

También ha puesto en escena una version de su vida en "Tocororo: una historia cubana", que batió records de taquilla en la sala Sadler´s Wells.

"Ha apoyado además y sigue apoyando a nuevos coreógrafos. Él mismo ha creado coreografías como la de Don Quijote para el Royal Opera House y tiene planes de crear una escuela de danza en Cuba".

De hecho, ya ha fundado su propia compañía de danza contemporánea en La Habana, con la que está montando sus primeras piezas para llevarlas a diversos escenarios del mundo.

Además, ha incursionado en el cine, como actor, en películas como New York, I Love You y Day of the Flowers, y está trabajando en otros proyectos cinematográficos.

Más allá del miedo

Para la crítica de danza, tal vez sea demasiado pronto para hablar del legado de Acosta, pero no para decir que es muy poco problable que jamás se vea en los escenarios a alguien como él.

En los múltiples mensajes en el sitio del Royal Opera House tras su última actuación este jueves, quienes tuvieron el privilegio de verlo en el escenario destacan sus palabras de despedida y sus consejos a bailarines jóvenes.

Consejos que resumen una forma de ver la vida y que se extienden a todos.

Carlos en su camerino, después de su última función con el Royal Ballet
Carlos en su camerino, después de su última función con el Royal Ballet. Foto: Manuel Toledo

"No hay que tener miedo a cometer errores", dijo el bailarín cubano, quien habló también de la importancia de ver la vida como un largo proceso de constante aprendizaje.

"Fue muy emocionante verlo despedirse de un público que lo siguió durante tantos años. Después, en una fiesta que le organizó la compañía, le regalaron un turbante y uno de sus trajes favoritos", nos contó uno de sus amigos cercanos, Manuel Toledo, periodista de la BBC.

"También el Royal Ballet acaba de publicar un libro bellísimo con fotos de su carrera y citas que a Carlos lo conmovieron mucho, no sólo de grandes bailarines que han compartido con él el escenario, sino también hasta de porteros y jefes de escena de la compañía".

"Pero el mejor regalo que le hicieron fue el reconocimiento a su talento y las oportunidades que le brindó esta compañía que, durante dos décadas, fue para él como una gran familia."

"Una vez Monica Mason, quien dirigió el Royal Ballet durante diez de los 17 años que Carlos bailó con ellos, me pidió que le tradujera a la madre de Carlos – quien falleció hace pocos años – que la disciplina y la dedicación de Carlos eran legendarios y un ejemplo único tanto para los bailarines más jóvenes como para los más consagrados", señaló Toledo.

"Además de ser un gran artista, Carlos es un amigo extraordinario, muy generoso con su tiempo y muy humilde. De hecho, anoche le decíamos, medio en broma, que es mejor amigo que bailarín - que es mucho decir".

Tomado de: BBC Mundo

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