Palmeiro ha jugado casi 2.800 partidos, ha conectado más de 560 cuadrangulares y bateado para los 300 de porcentaje en seis temporadas diferentes, pero pese a todos estos números, ha sido ignorado mayormente y casi nadie reconoce sus logros.
"Es un verdadero talento, uno que pienso que ha pasado realmente bajo el radar durante años, por alguna razón, pues calladamente ha bateado 500 jonrones", señaló el lanzador estelar de los Yankees de Nueva York Randy Johnson.
La capacidad de Palmeiro de conectar una pelota de béisbol no sólo es producto de su swing de zurdo, suave e impecable. También puede conectar imparables para promedio, una cualidad que lo ha colocado al borde de integrarse en una de las fraternidades más exclusivas y prestigiosas de la historia del béisbol.
Al concluir el juego ante los Medias Rojas el domingo, Palmeiro de los Orioles, de 40 años de edad, estaba a 2 imparables de unirse a peloteros legendarios y miembros del Salón de la Fama como Willie Mays, Hank Aaron y Eddie Murray, los únicos beisbolistas en la historia en sumar 3.000 imparables y 500 jonrones.
Esta es una hazaña que ciertamente certificará la calidad del primera base de los Orioles como uno de los bateadores más importantes de este deporte.
Sin embargo, Palmeiro no ha recibido siquiera una pequeña fracción de las alabanzas que le han dado a peloteros con estadísticas mucho menos importantes a las suyas.
"No me preocupa. He hecho un buen trabajo en mi carrera, y mientras pueda verme a mí mismo en el espejo y diga que lo he dado todo, eso es lo que importa para mí", señaló Palmeiro con su característica modestia.
Palmeiro fue tres veces considerado jugador estelar de la Universidad Estatal de Misisipí, sin embargo, 21 peloteros fueron seleccionados antes que él en la ronda de reclutamiento amateur de 1985 antes de que los Cachorros de Chicago lo eligieran.
B.J. Surhoff, quien ahora es compañero de Palmeiro con los Orioles, fue el primer pelotero seleccionado en ese año.
Surhoff ha tenido una carrera sólida en Grandes Ligas, pero sus estadísticas ni siquiera se comparan con las que ha compilado Palmeiro en las últimas dos décadas.
"Sus numeritos casi no tienen paralelo", dijo Surhoff.
Los aficionados al parecer nunca se han dado cuenta, pues Palmeiro nunca ha llegado al Juego de Estrellas por votación popular ni ha gozado siquiera de una fracción de la adulación que se le brindaba al ex astro de los Orioles, Cal Ripken, quien jugó 2.632 partidos consecutivos, pero que nunca una amenaza grande en el plato de bateo como Palmeiro.
"Tuve el placer de jugar con Raffy (como le dicen afectuosamente a Palmeiro) y pude verlo batear diariamente durante varios años. Es uno de los bateadores más naturales que jamás haya visto y tiene uno de los mejores movimientos al bate del béisbol", señaló Ripken.
"El hecho de que haya alcanzado 3.000 imparables y 500 jonrones no debería de sorprender a nadie. Terminará en el Salón de la Fama algún día, a menos que juegue para siempre, lo cual parece una posibilidad real", indicó Ripken.
Palmeiro emigró de Cuba a Estados Unidos en 1971, sin soñar el futuro que le aguardaba. A su llegada a Chicago en 1986, nunca previó que lograría acumular cifras como las que tiene ni que jugaría hasta los 40 años de edad.
"Si alguien te dice cuando tiene 19 o 20 años que va a batear 500 jonrones y 3.000 imparables, debe estar soñando, porque uno no piensa en ello. Uno sólo quiere establecerse como pelotero y tratar de consolidar una carrera", indicó Palmeiro.
Pero vaya carrera que se ha labrado. Palmeiro bateó su jonrón 563 el martes para empatar a Reggie Jackson en el noveno lugar de la lista de todos los tiempos, ha conectado al menos 20 en cada una de sus últimas 14 temporadas y parece encaminarse a lograrlo de nuevo en la campaña actual.
Palmeiro inició la temporada con un promedio de bateo de por vida de ,289 y aunque no es un Ripken, ha jugado en por lo menos 140 partidos en 16 temporadas, incluidas las últimas 10 de manera consecutiva.
Durante todo este tiempo, Palmeiro ha jugado a la sombra de potentes primeras bases como Mo Vaughn, Mark McGwire, el cubano José Canseco, Jason Giambi, e incluso su ex compañero de la Universidad Estatal de Misisipí Will Clark.
"En el béisbol, todos respetamos mucho lo que ha logrado, aunque ha jugado en una posición donde han habido grandes peloteros que han recibido mucha atención. Palmeiro es más un tipo de pelotero que te consigue el imparable y que también conecta cuadrangulares, y no lo acompaña toda la atención que viene con ello, aunque para jugar tanto tiempo y a ese nivel, eso es algo muy especial", comentó el piloto de los Yankees, Joe Torre.
Sin embargo, sus compañeros sí se han dado cuenta, aunque los fanáticos no lo hayan hecho.
"Rafael Palmeiro es un ejemplo para mí, para cualquiera que respeta este deporte y para cualquiera que luche por ser un gran pelotero", señaló el tercera base de los Yankees de Nueva York, Alex Rodríguez.
"El es uno de los iconos, pues cuando uno piensa en peloteros como Roger Clemens y Barry Bonds, uno tiene que incluir a Rafael Palmeiro como uno de los grandes peloteros de la historia", indicó Rodríguez.
Sin embargo, Palmeiro recibió mucha atención desagradable este año cuando fue convocado por la Comisión de Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes para que testificara sobre el consumo de esteroides en el béisbol.
Canseco, en un libro, escribió que en alguna ocasión inyectó a Palmeiro con un esteroide cuando fueron compañeros de equipo con los Rangers de Texas.
Palmeiro negó rotundamente haber consumido jamás esteroides y abiertamente desmintió una acusación que tenía el potencial de haber manchado una por demás inmaculada carrera de pelotero.
"No hay ninguna duda sobre él, salvo lo que surgió del libro de Canseco y uno lo toma como una anécdota", indicó Johnson. "El (Palmeiro) es simplemente un magnífico jugador de béisbol y si uno necesitara contratar a un primera base, ciertamente estaría entre sus principales candidatos, por todo lo que es capaz de hacer", agregó Johnson.
Palmeiro está a punto de hacer lo que ningún otro bateador zurdo ha logrado anteriormente: unirse al grupo selecto de los 3.000 imparables y 500 jonrones. Mays y Aaron eran derechos, y Murray era ambidiestro.
Al preguntarle el significado de esta hazaña, Palmeiro respondió con su muy característica modestia: "No lo sé aún. Supongo que hablaré de ello cuando lo logre".
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