Armando Domínguez
Publicado el 08-01-2006
Por Ariel Remos
DIARIO LAS AMERICAS
Armando Domínguez, hijo, es un pintor cubano cuyo motor de vida es su pasión por la pintura. Recuerda siempre con íntima complacencia que su primera acuarela la obtuvieron sus abuelos en Cuba en intercambio con leche, arroz y huevos, cuando tenía 6 años de edad...
Pintor difícil de clasificar, tiene la suficiente versatilidad para captar el paisaje de manera convincente, la figura humana, y cuanto tema mueve su pasión. La originalidad y valor de su pintura quedaron demostrados con el reciente triunfo obtenido con su retrato de “Mr. Williams”, maestro de sus hijos en el Palmetto High. Domínguez fue escogido con ese cuadro “Mr. Williams” como uno de los 60 pintores entre 4,000 concursantes a la Exposición 2006 Outwin Boochever Portrait Competition en la Galería Nacional de Retratos del Museo Smithsonian, para figurar en esa exposición desde el primero de julio de este 2006, hasta el 18 de febrero de 2007. Y quedó incluido también entre los 10 de esos 4000 concursantes, que figuran igualmente en el Internet del Smithsonian. La razón de haber sido seleccionado ese retrato para estar en el Internet, fue la intensidad de su colorido y la expresión del rostro de Mr. Williams. Domínguez llegó de Cuba con su familia, a los 11 años y desarrolló sus facultades en el exilio, dándole todo el crédito de su éxito como pintor a su maestro Emilio Estévez. Este del Smithsonian, es sin duda un triunfo artístico de gran envergadura, tanto por el número de participantes, como por la institución convocante.
Pintar para Domínguez es una necesidad, movida por la pasión. “Sólo a través de la pasión es que puedo entender la vida. Sólo la pasión nos permite llegar al fondo de las cosas. Y es la pintura el gran vehículo...He aprendido a usar el arte no sólo como medio de expresión, sino también como ejercicio de meditación y oración, para, con observación y paciencia, alcanzar mis metas”, nos dice.
Sobre el cuadro premiado –por así decir--, nos dice que Mr. Williams quiso toda su vida tener un retrato que reflejara su herencia africana. “El retrato fue una labor de paciencia. Yo recreé todo detalle sencillo para captar las asombrosas tonalidades que reflejaba su piel, así como las diferentes texturas y estructura ósea de su rostro, que reflejan su espíritu. Eso como parte de su concepción del retrato. De la naturaleza, nos dice con dejo panteísta, que es para él un constante recordatorio de la presencia de Dios en nuestra vida diaria. “Y eso es lo que quiero reflejar en mis cuadros”.
En términos generales, Domínguez no concibe la vida sin color, los días sin luz ni las noches sin estrellas. “El hombre todo lo hereda, pero sólo triunfa cuando adopta el cambio como bandera”... "Cuan afortunados somos de convivir con personas que practican lo que sienten, que aman lo que hacen y que viven la pasión en su entrega”.
Sobre su Cuba natal, expresa que es una suerte conocer el verde de sus campos y el rojo carmín de su tierra, “impactos de colores que se graban como huellas digitales”.
Pero hay para Domínguez algo más importante que la pintura, independientemente de cuanto ella y la pasión por ella significan, cuando dice que “Mi obra más importante es el amor a mi familia, la pieza de arte que nunca se termina, el jardín que requiere constante cuidado”.
Domínguez fue objeto recientemente de la Proclama que le otorgara el alcalde de Miami-Dade por razón de su triunfo en el Museo Smithsonian, hecho que fue dado a conocer en la Cámara de Representantes, por la congresista Ileana Ros-Lehtinen.
Domínguez trabaja para la cadena de televisión Univisión como técnico diseñador gráfico.
Ver algunos de sus cuadros: http://www.diariolasamericas.com/news.php?nid=9915
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