La diáspora cubana estadounidense no es homogénea en sus valores y posturas respecto a la sucesión de poderes de Fidel Castro.
Año VII - Madrid, viernes 11 de agosto de 2006
Equipo Americaeconomica.com
Los cubanos que viven en EEUU y en otros países tienen diferentes puntos de vista sobre lo que está pasando dentro de la isla después de la sucesión de poderes de Fidel Castro a su hermano Raúl. Los medios de comunicación occidentales han reflejado las posturas más extremistas del exilio, como las tesis de los miembros de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), que incluso amenazaron con una invasión bélica en la isla para derrocar a Raúl Casto. Pero al margen de estas minorías radicales, los cubanos que han emigrado fuera de su país forman una realidad mucho más compleja.
Las distintas generaciones de cubanos en el exilio tienen actitudes distintas con respecto al castrismo. También influye de manera decisiva el momento en el que éstos emigraron y las razones por las que lo hicieron.
Según el Grupo de Estudios Estratégicos, la primera generación del exilio cubano corresponde a los que salieron en los primeros años inmediatamente después de la toma del poder por parte de Castro. Compuesta en su mayoría por empresarios, profesionales liberales y personas afines al ideario liberal, se refugiaron en gran parte en EEUU. Su grado de integración en la sociedad americana fue muy notable, organizándose en poco tiempo como grupo de presión (lobby) y alcanzando elevadas cotas de prosperidad.
La segunda generación del exilio está formada por los hijos del exilio histórico, muchos de ellos nacidos en Cuba, pero criados en EEUU. Están completamente integrados en la cultura y sociedad americana. Tanto es así, que sólo una parte minoritaria de ellos está involucrada de manera activa en actividades anti-castristas y su interés por los asuntos cubanos es menos intenso. Con todo, aunque sus posturas son más moderadas y pragmáticas, en general su oposición al régimen castrista es total y el apoyo al embargo es mayoritario.
En estos dos grupos anteriores se podrían enmarcar la mayoría de los exiliados que ha encabezado las celebraciones en Miami cuando se conoció la enfermedad de Fidel Castro.
Unos festejos protagonizados por unas 1.000 personas según las estimaciones más "optimistas", mientras que la población de origen cubano en el Condado de Dade, o Gran Miami, ronda los 650.000 habitantes.
Por último, existe una tercera generación de cubano-americanos, caracterizados por el hecho de que muy posiblemente no hayan estado nunca en Cuba y porque a pesar de ser conscientes de su herencia cultural, se sienten más estadounidenses que cubanos y tienen sus vidas absolutamente orientadas hacia EEUU. No suelen estar interesados en la vida política cubana y contemplan un eventual retorno como algo bastante improbable. No obstante, están muy influenciados por las posturas de sus progenitores.
En paralelo, a lo largo de los más de 45 años de duración de la dictadura de Castro, se ha ido produciendo una emigración de índole no estrictamente política hacia EEUU y otros países desarrolladoscomo Canadá, España, etc.
Con respecto a EEUU, ya fuera como un goteo de desesperados que se arriesgaban en balsas o las recurrentes crisis de refugiados en embajadas, existe una emigración movida por la desesperación económica más que por las diferencias ideológicas, que ha terminado recalando en Miami y que con el tiempo ha ido aumentando en tamaño.
Esta compleja realidad que conforma la diáspora cubana (estimada en más de dos millones de personas -en Cuba viven 11 millones-) se traduce en las diferentes reacciones de los emigrantes o exiliados a EEUU, desde las posturas más radicales de la FNCA, hasta otros que han anunciado festejos para celebrar el 80 cumpleaños de Fidel Castro en Nueva York.
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