Posted on Mon, Sep. 25, 2006
RUI FERREIRA
El Nuevo Herald
En lo que constituye una importante interceptación de indocumentados, el Servicio Guardacostas recogió el fin de semana en alta mar a unos 108 cubanos que pretendían alcanzar Estados Unidos a bordo de cinco embarcaciones.
Los indocumentados fueron llevados a un escampavías de la entidad federal, donde el lunes las autoridades procedían a identificarlos y escuchar sus casos.
Es la primera vez que los cubanos son interrogados bajo el nuevo método implantado el mes pasado, que permite a los familiares en Estados Unidos tomar conocimiento de su presencia a bordo de los escampavías y así poder entregar toda la documentación necesaria que avale la reclamación de quedarse en territorio estadounidense.
En este grupo, según familiares y fuentes de la oficina del congresista republicano Lincoln Díaz-Balart, hay varios médicos, por lo menos un menor de edad, varias madres con infantes y algunos tienen en su poder una visa de ingreso a Estados Unidos, pero nunca recibieron el necesario permiso de salida por parte de las autoridades cubanas.
Los portavoces del Servicio Guardacostas no quisieron detallar las condiciones de los indocumentados, ni siquiera confirmar su existencia, a la jefa de despacho de Díaz-Balart en Miami, Ana Carbonell, quien dijo a El Nuevo Herald que los familiares que acudieron a su oficina aportaron datos sobre la presencia de estos cubanos en el escampavías.
"Este fin de semana que pasó fue el primero en muchos meses con buen tiempo, por eso esta gente llegó toda de un tiro", dijo Carbonell.
Explicó que su oficina recopiló todos los datos y los envió al mando de los Guardacostas, y ahora aguarda que éstos les comuniquen la identidad de los balseros e informen sobre las entrevistas.
"Estamos pidiendo a los familiares que nos firmen un permiso para que los Guardacostas puedan informar sobre esta situación en detalle", añadió Carbonell.
Para Agnerys González, quien al parecer tiene a su sobrino Yalier Martin, de 19 años en el grupo, lo deseable sería que todos ellos pudieran desembarcar, pero con la existencia de la polémica política de "pies secos-pies mojados" es poco probable.
Sin embargo, enviarlos a la Base Naval de Guantánamo mientras se define su situación o se verifica la documentación, pudiera ser una opción de momento.
"Guantánamo no es del todo una buena idea para mí, pero es una oportunidad, con mayores posibilidades de que reevalúen los casos. Es que si los devuelven a Cuba, como los médicos, por ejemplo, pueden tomar represalias con ellos", dijo González.
Martin ha sido reclamado por su madre, quien es residente en Estados Unidos, y casualmente, explicó González, ayer recibieron la confirmación por parte de los servicios de inmigración de que le han otorgado al joven la visa de reunificación familiar.
Pero "mi preocupación en lo inmediato es confirmar si mi sobrino se encuentra o no en el escampavías", agregó.
rferreira@elnuevoherald.com
Los indocumentados fueron llevados a un escampavías de la entidad federal, donde el lunes las autoridades procedían a identificarlos y escuchar sus casos.
Es la primera vez que los cubanos son interrogados bajo el nuevo método implantado el mes pasado, que permite a los familiares en Estados Unidos tomar conocimiento de su presencia a bordo de los escampavías y así poder entregar toda la documentación necesaria que avale la reclamación de quedarse en territorio estadounidense.
En este grupo, según familiares y fuentes de la oficina del congresista republicano Lincoln Díaz-Balart, hay varios médicos, por lo menos un menor de edad, varias madres con infantes y algunos tienen en su poder una visa de ingreso a Estados Unidos, pero nunca recibieron el necesario permiso de salida por parte de las autoridades cubanas.
Los portavoces del Servicio Guardacostas no quisieron detallar las condiciones de los indocumentados, ni siquiera confirmar su existencia, a la jefa de despacho de Díaz-Balart en Miami, Ana Carbonell, quien dijo a El Nuevo Herald que los familiares que acudieron a su oficina aportaron datos sobre la presencia de estos cubanos en el escampavías.
"Este fin de semana que pasó fue el primero en muchos meses con buen tiempo, por eso esta gente llegó toda de un tiro", dijo Carbonell.
Explicó que su oficina recopiló todos los datos y los envió al mando de los Guardacostas, y ahora aguarda que éstos les comuniquen la identidad de los balseros e informen sobre las entrevistas.
"Estamos pidiendo a los familiares que nos firmen un permiso para que los Guardacostas puedan informar sobre esta situación en detalle", añadió Carbonell.
Para Agnerys González, quien al parecer tiene a su sobrino Yalier Martin, de 19 años en el grupo, lo deseable sería que todos ellos pudieran desembarcar, pero con la existencia de la polémica política de "pies secos-pies mojados" es poco probable.
Sin embargo, enviarlos a la Base Naval de Guantánamo mientras se define su situación o se verifica la documentación, pudiera ser una opción de momento.
"Guantánamo no es del todo una buena idea para mí, pero es una oportunidad, con mayores posibilidades de que reevalúen los casos. Es que si los devuelven a Cuba, como los médicos, por ejemplo, pueden tomar represalias con ellos", dijo González.
Martin ha sido reclamado por su madre, quien es residente en Estados Unidos, y casualmente, explicó González, ayer recibieron la confirmación por parte de los servicios de inmigración de que le han otorgado al joven la visa de reunificación familiar.
Pero "mi preocupación en lo inmediato es confirmar si mi sobrino se encuentra o no en el escampavías", agregó.
rferreira@elnuevoherald.com
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