Publicado el 10-03-2006
El cineasta Juan Gerard finalmente presenta su filme en Miami
Cuba Libre - Imagen de Archivo
Por Jesús Hernández
DIARIO LAS AMERICAS
Nostalgia, drama y suspense son los tres ingredientes principales que componen a Cuba libre. Una película cuyo título parece anunciar una declaración política más, no obstante sorprende por su fuerte contenido pragmático.
Realizada hace tres años por el cineasta cubano afincado en Estados Unidos Juan Gerard y que finalmente veremos en Miami este fin de semana como parte del Ciclo de Cine Cubano de Miami Dade College.
El filme, conducido en inglés, subtitulado en español y filmado en un remozado barrio de Santo Domingo, es portador de varios galardones internacionales y cuenta con un reparto estelar compuesto por Harvey Keitel, Reinaldo Miravalles, Gael García Bernal, Gabino Diego y Diana Bracho.
Es la historia narrada de un pequeño de 11 años que soñaba sus días yendo al cine con la abuela y ve su vida cambiar a partir de un apagón perpetrado por la guerrilla de Fidel Castro a mediados de 1958. Un recuento que rememora parte de la vida en la pequeña ciudad de Holguín, en el oriente de Cuba, salpicada con memorias que evocan la familia, la convulsión sociopolítica del momento y la inocencia de un niño tentado por la curiosidad propia de sus días, la salida del padre al exilio tras la instauración de la dictadura en 1959 y su posterior partida junto a la madre y pequeña hermana.
El guión fue escrito por el director y su esposa Letvia M. Arza-Goderich. Un binomio que nutre la trama de la cinta con un marcado romanticismo dado primero por el embeleso del niño hacia la magia del cine, la familia y reforzado por cada uno de los más de diez personajes que aportan sus propias inquietudes, reservando un buen espacio para los siempre atractivos conflictos humanos, la fantasía, la frustración y la infidelidad.
Cuba libre no parece ser una producción fílmica de índole política, aunque su nombre pudiera sugerir lo contrario. Sin embargo, la película plantea perspicazmente la pena de la expropiación de bienes, la separación de la familia, incluso parte de la deshumanización del cambio sociopolítico y la salida del cubano al exilio. Una lectura planteada entre líneas por medio de imágenes y sucesos.
“Este filme es autobiográfico”, aclara el director, “Yo soy ese niño que soñó y tuvo que separarse de los suyos. Cuento lo que presencié como niño. Una triste historia por medio de imágenes y anécdotas”.
Una técnica muy válida e igualmente sensible, que parece fallar al final cuando el narrador no aclara porqué el niño, ya adulto, no pudo regresar al pueblo para visitar los abuelos. Un impedimento que fue dado entonces por la prohibición absoluta que imperaba en la Isla para cubanos del extranjero visitarla.
De hecho, la cinta fue originalmente presentada en el Festival de Cine de Tokio 2003 con el título de Dreaming of Julia, (Soñando con Julia) en alusión al personaje de Julie que interpreta Doris Day en el filme de Andrew L. Stone de 1956 y que el pequeño no pudo terminar de ver entonces por causa del apagón en el pueblo. Un nombre que se repite en el personaje de una enigmática americana que casualmente vive retirada en aquella localidad. El porqué del título Cuba libre fue la primera pregunta que le hicimos a su creador.
“El nuevo nombre fue propuesto por una firma alemana distribuidora de filmes”, explica el director, “un título que captara mayor atención y que, según me explicaron, basaban primero en el nombre del famoso trago de ron y luego en un estado de ánimo”. Un deseo aún por alcanzar.
¿Por qué han demorado en presentar Cuba libre en Miami?
“Pensábamos presentarla en Miami durante el festival de cine hace un par de años”, argumenta Juan Gerard, “pero aquella presentación coincidió con los cambios ocurridos en el certamen y la salida de su director Nad Chediak”, de quien Juan es amigo.
Uno de los mayores atractivos de esta película es precisamente la actuación dada por el elenco y la cinematografía de Kramer Morgenthau, que junto a la dirección conforman una atractiva presentación de imágenes. Sin embargo, la cita fluye marcada por los capítulos que la componen y el tema central parece difuminarse por momentos.
“Todo lo que se plantea en ese filme ocurrió de esa manera. El guión recrea la vida en aquel pueblo. Sus personajes y sucesos. Por eso planteo varios episodios que luego fluyen en uno final”.
Además de los personajes de Che, que es el abuelo y ejemplo de familia para el niño, que nada tiene que ver con la tristemente célebre figura guerrillera, interpretado por Harvey Keitel, y el propio niño, encarnado por Andhy Méndez, se destaca la presencia de Bum, el loco del pueblo, como lo presenta el narrador del filme, personificado por Georg Standford Brown. Un peculiar vagabundo y bohemio caminante, que adereza el guión con acertadas reflexiones.
“Todos los personajes existieron y Bum fue uno muy popular en aquellos tiempos. Alguien que se hacía pasar por loco para decir verdades”.
Otro detalle que realza la cinta es la caída de la noche. Cuando el pueblo queda a oscuras y tiene que alumbrarse con velas y lámparas. Unos componentes que aportan sensibilidad a la trama.
“Fue una película hecha con un bajo presupuesto de 3 millones de dólares”, recuerda el director, “y aún así logramos un buen producto del cual nos sorprendemos”. Un filme que progresivamente denota un visible cambio anímico. Un efecto adquirido por el equipo de producción por medio de la disminución de la brillantez en los colores e incluso la aplicación de cierto grado de abandono en las fachadas a medida que la Revolución llega al pueblo.
Cuba libre se presenta en Teatro Tower, 1508 S.W. Calle 8, del jueves 5 al domingo 8 de octubre a las 8:00 p.m. Entrada general 5 dólares. El director asistirá a las funciones los días 5 y 6 para conversar con el público luego de las proyecciones.
Hola! Les comparto una canción que compuse para Cuba Libre!
ResponderEliminarwww.myspace.com/clavedege
Saludos,
Gé!