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viernes, 26 de enero de 2007

Se divisan cambios para una Cuba post Castro.

NUESTROS PAÍSES - 01/22/2007
Maribel Hastings

WASHINGTON, DC/La Opinión — El exilio cubano ha tenido su propia evolución, por lo que para Joe García, quien integra la Junta de Directores de la Fundación Nacional Cubanoamericana (CANF) y encabeza el Centro de Estrategia Hispana del New Democrat Network (NDN), “un porcentaje significativo del liderato cubanoamericano en Estados Unidos está más propenso al diálogo”.

Ante la muerte de Fidel Castro, García entiende que se darán cambios graduales a corto y a largo plazo, “porque los elementos ultra de ambos lados no están en la capacidad física para hacer nada”.

“Pienso que el gobierno de Estados Unidos está seriamente estudiando su política hacia Cuba, no en su totalidad, pero aspectos de esa política, porque la realidad es que en Cuba ya está ocurriendo un cambio y es que el líder de los pasados 48 años está saliendo de la escena”, dice García.

García pronostica que en la primera mitad del 2007 se levantará la prohibición de viajes hacia Cuba, primero permitiendo los viajes de los cubanoamericanos a la isla y posteriormente autorizando todos los viajes. A eso se suma, indica, el cambio de actitud de los líderes del exilio más abiertos al diálogo. Y en tercer lugar, agrega, los dos principales partidos políticos de Estados Unidos se darán cuenta de que tienen que involucrar más a la comunidad cubanoamericana. Ese debate, agregó, se dará más en Miami que en Washington DC.

Pero cualquier cambio requiere que Cuba tome una serie de pasos, lo que será gradual, comenta.

Una vez se liberen los viajes y las remesas “vamos a ver un cambio enorme por parte de la comunidad cubana y del gobierno a moverse hacia la nueva realidad”.

Los extremos existen, pero según García la comunidad cubanoamericana debe decidir si da la lucha de los años 60, 70 u 80, o la actual, que está en manos “de una generación que ha vivido la realidad del fracaso del exilio” de tratar de imponer políticas despegadas de la realidad que vive la nación cubana.

Frank Calzón, politólogo y director ejecutivo del Center for a Free Cuba, opina que nadie tiene una bola de cristal para predecir qué ocurrirá cuando muera Fidel Castro. Lo ideal, sin embargo, sería “una transición lo más rápida y pacífica posible hacia un estado de derecho y de seguridad donde se respeten los derechos humanos”.

Según Calzón, hay modelos previos donde las transiciones fueron pacíficas y citó a Chile, entre otras naciones.

Pero uno de los problemas, agrega, es que se ha tratado de establecer una dinastía Castro. Raúl Castro ha dicho que Fidel es el papá de todos los cubanos, de la misma forma que Francois Duvalier, en Haití, era “Papá Doc” y pasó el poder a su hijo, Jean Claude, “Baby Doc” Duvalier, sostiene Calzón.

En este caso, Raúl sucedería a Fidel y de inmediato trataría de evitar el diálogo necesario entre todos los cubanos, de aquí y de allá, para garantizar una solución pacífica “en la que todos puedan participar”.

Por eso, la decisión de Raúl de hablar de diálogo con Estados Unidos “es una vieja fórmula desacreditada”, afirma Calzón. “Cada vez que dicen que quieren conversar supone que no quieren que los cubanos hablen entre sí mismos para solucionar sus diferendos”.

Estados Unidos, dice, ha hecho una oferta generosa de asistir a una Cuba democrática. Pero primero debe permitírsele a los cubanos reunirse y dialogar. Además, señala Calzón, Estados Unidos sólo debe lidiar con un gobienro legítimo y el actual no lo es, porque no es producto de elecciones libres, afirma.

maribel.hastings@laopinion.com

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