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lunes, 21 de mayo de 2007

Miles vuelven a vivir la Cuba del ayer.

NICHOLAS SPANGLER
The Miami Herald

Fotos: Ángel Luis Martínez Acosta (Cubanos sin Fronteras)

Ampliar imagenUna vez al año, el festival cultural llamado Cuba Nostalgia se presenta en los terrenos de la feria de Miami-Dade, y este año Teresa González decidió que sus hijos Sean y Tess podían beneficiarse un poco de la cultura, idea que a los niños no les pareció mal.

Empezaron a caminar en círculo en el primer salón de exhibiciones. Marc, de 7 años, no decía casi nada, ya que le faltaban solamente tres niveles para un logro importante en su juego de video Pokemon y se estaba concentrando mucho. Tess, de 14 años, dijo que tenía laringitis.

Ampliar imagenLa mamá le quitó la gorra de Superman de la cabeza a su hijo y le puso un sombrero blanco tipo fedora. ''Son bellos, ¿verdad?'', dijo.

''Cuando los hombres se vestían bien y salían a los conciertos por las tardes, se ponían trajes elegantes y estos sombreros''. El niño lo rechazó: No era su estilo. Su madre dijo que pensó que le gustaría, pero no insistió.

Ya en su noveno año, Cuba Nostalgia atrae a 300,000 visitantes y llena dos salones de exhibiciones con kioscos que venden comida cubana, música, ropa, libros antiguos y piezas de arte. El evento de tres días, que comenzó el viernes, concluye hoy.

Ampliar imagenLa actividad, que coincide con el día de la Independencia de Cuba, que se conmemora hoy, y que el gobierno de la isla no celebra, ha crecido hasta convertirse en un gran evento de fin de semana.

En la actividad se presentan cientos de exhibiciones que permiten a cubanos de todas las generaciones entrar a lo que algunos podrían llamar una máquina del tiempo.

En una atracción, los visitantes se tomaban fotos frente a una imitación de un muelle cubano. Cerca de allí, otros caminaban sobre un mapa de la isla que está sobre el piso.

Ampliar imagenPara Sean González, parte de las piezas de arte a la venta tienen el mismo tema: Gente tocando bongoes, bebiendo mojitos y gallos de colores.

El joven de 18 años, que se apresta a iniciar estudios en la Universidad Internacional de la Florida en otoño, lo toma todo de buen grado.

''Mi abuelo jugaba dominó en las reuniones familiares, pero nunca fumó cigarros ni tocábamos bongoes'', afirmó.


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