Publicado el 06-21-2007
Diario Las Americas
Sol Carrera
MIAMI (EFE)
Cada año llegan cientos de refugiados a las costas de Florida, en su mayoría cubanos y haitianos, que huyen de su país en situaciones trágicas a EE.UU. por “afinidad cultural y más oportunidades” y se recuerdan en el Día Internacional del Refugiado.
El cubano Marciel Basanta consiguió llegar a Miami en 2005 tras dos intentos frustrados, el primero en 2003 cuando partió de la isla con su mujer, dos hijos y ocho amigos en un coche que transformaron en barco, pero fueron interceptados por la guardia costera y devueltos a Cuba, donde estuvo tres meses en la cárcel. Un año después volvió a intentarlo con la misma mala suerte, hasta que en 2005 se acogió al programa de refugiados y junto con su familia aplicaron a la ley de ajuste, que permite a los cubanos que llegan a EE.UU. permanecer en el país un año y un día hasta que inicien los trámites para tratar de normalizar su estatus.
Para ello Basanata, que está a punto de empezar sus propio negocio, cuenta con la ayuda de la organización Comité de Rescate Internacional (IRC siglas en inglés), con la que consiguió trabajo en la misma empresa de coches con el que trató de llegar a Miami.
En su sede de Miami (Florida) IRC orienta a aquellas personas, en su mayoría cubanos y haitianos, que a consecuencia de guerras, revoluciones o persecuciones políticas, se ven obligadas a huir de su país.
“Deciden venir aquí porque Miami es la capital de Suramérica y Centroamérica”, dijo hoy en una entrevista telefónica con Efe Mariam Falzchuck, encargada de desarrollo de recurso de IRC en Miami, con motivo del Día Internacional del Refugiado.
Añadió que la mayoría de los casos de refugiados que llevan tienen que ver con reunificaciones familiares, ya que los cubanos tienen parientes en Miami, por lo que no les resulta práctico irse a otro lugar donde no hablan su idioma y la cultura es diferente.
Según Falzchuck, el sur de Florida es el lugar del país donde entran más refugiados y personas pidiendo asilo, y Miami es una de las 23 oficinas de la organización, con sede en Nueva York, que atiende más personas anualmente, el año pasado ayudaron a 2.000 familias y en todo EE.UU. fueron 6.000.
“Son personas que nunca han tenido nada y que al llegar a este país viven un choque cultural, tratamos de guiarlos y llevarlos de la mano en todo lo que necesiten para adaptarse en el menor tiempo posible”, comentó.
Falzchuck explicó que mientras los refugiados ya entran al país con ese estatus los asilados salen voluntariamente de su país por razones políticas y solicitan el asilo al llegar a EE.UU.
Según cifras de un informe de refugiados y asilados de la Oficina de Estadísticas de Inmigración, en 2005, EE.UU. acogió a 5.000 refugiados de Latinoamérica y el Caribe. Cuba, con 6.361, es el tercer país del mundo del que procedieron más refugiados tras Somalia con 10.405 y Laos con 8.517, mientras que Colombia se posiciona como el segundo país del mundo a cuyos habitantes se le han concedido más asilos políticos con 1.150 casos tras China con 3.008, acorde a las mismas estadísticas.
Uno de los servicios más desarrollados por IRC en Miami es el programa de empleo “Matching Grant Program”, dirigido a refugiados, asilados y aquellos cubanos que pueden acogerse a la ley de ajuste, que consiste en ofrecerles asistencia económica durante cuatro meses hasta que consiguen un puesto de trabajo. La organización también ofrece donaciones de muebles y servicios de inmigración, que incluyen consultas en los procesos de obtención de residencia y ciudadanía y ayuda para completar formularios de inmigración, además de un programa de ayuda a las víctimas de tráfico humano.
“Son personas que han venido a este país engañados, mujeres y niños a los que les han prometido algo y cuando llegan les tienen como esclavos”, señaló Falzchuck, que comentó que este servicio se concentra en el apoyo psicológico y psiquiátrico a los afectados.
La portavoz de IRC comentó que con motivo del Día Internacional del Refugiado tienen previsto celebrar una vigilia en Miami en la que se escucharán testimonios de refugiados y se encenderán velas en recuerdo de aquellos que “siguen pasando atrocidades y todavía no han podido llegar a un país de libertades como Estados Unidos”.
“Todas las personas del mundo sueñan con venir a EE.UU., empiezan desde cero, es un país de oportunidad”, aseguró Falzchuck, convencida de que si trabajan incluso las personas que llegan sin nada pueden cumplir sus sueños.
“Un refugiado no es un ilegal si no una persona que sale de su país a la fuerza porque si se queda lo matan o se muere de hambre”, concluyó.
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