CAROL MARBIN MILLER
The Miami Herald
La batalla privada por la custodia de una niña cubana de 4 años que fue a parar a la protección estatal cuando su madre intentó suicidarse, salió a relucir ayer, con acusaciones, gritos y emociones.
En una de las pequeñas salas de la corte juvenil de Miami había alrededor de una docena de abogados, cuatro psicólogos, trabajadores sociales, guardianes, un intérprete y un juez, reunidos en público luego de que una Corte de Apelaciones ordenara que se abrieran las audiencias, que se habían llevado a cabo a puertas cerradas durante más de un año.
Está en juego el destino de una niña de 4 años que le ha dicho a un trabajador social que ella tiene dos padres, uno en cada hombro.
El caso también lleva el lastre de medio siglo de conflicto geopolítico: El deseo de un padre cubano de criar a su hija, aunque sea en un país comunista y una comunidad exiliada orgullosa, que quiere proteger a la niña de la tiranía de la cual huyeron.
''Todo el mundo está atacando a todo el mundo'', dijo la jueza de circuito Jeri B. Cohen que está presidiendo el raro caso, en la audiencia de ayer. ``No los puedo controlar a todos''.
La niña, cuyo nombre el Miami Herald no revela para proteger su privacidad, entró legalmente a Estados Unidos en marzo del 2005 cuando su madre se ganó una visa por lotería. Pero para fines de ese mismo año, estaba bajo la protección del Departamento de Niños y Familias (DCF), que le pidió a la jueza que declarara inepta a la madre.
Ahora la niña vive con una familia de cubanos exiliados que la quiere adoptar. Su padre natural, que es pescador y oficinista en el pueblo de Guayos, en Cuba, vino a Miami hace seis semanas para plantear su caso.
Su abogado, Ira Kurzban, un prominente abogado de inmigración, cree que el padre de la niña está recibiendo un trato injusto.
Kurzban dijo que la disputa sobre la custodia está ''sumamente parcializada'' y que se basa mayormente en los alegatos de la agencia estatal de niños, que aparecen en una petición actualizada, de que la niña puede ''peligrar'' si se reúne con su padre.
''Mi cliente no ha hecho nada indebido'' añadió Kurzban. ``Ha hecho lo que haría cualquier padre: tratar de recuperar a su hija''.
Cohen admite que la petición del DCF de declarar ''inepto'' al padre ''tiene poca evidencia'' de que él no sea un padre apto.
El DCF le está ofreciendo al padre la oportunidad de ganarse la custodia de su hija completando una serie de tareas, como las visitas, aunque una abogada de la propia agencia, Rebecca Kapotsa, dijo que el DCF quisiera que por último la familia que está cuidando a la niña adquiera su custodia legal permanente.
Alan Mishael, el abogado de dicha familia, precisó: ``Lo que está ocurriendo, incluso con las visitas limitadas, es dañino para la niña''.
Desde que vino de Cuba, al padre se le han permitido solamente visitas filmadas y supervisadas con la niña de dos o tres horas de duración. Durante una visita reciente, un psicólogo nombrado por la corte instó mucho al padre natural a decirle a la niña que las buenas personas con las que ella vive ahora no son su verdadera familia y que él es su padre verdadero.
El padre le enseñó a la niña fotos de ella cuando era un bebé en Cuba, y le indicó su parecido físico con su familia de allá y su apellido, según dice Julio Vigil, el psicólogo. ''Ella reaccionó muy fuertemente a eso'', dijo Vigil. ``Lloró y le gritó, y le dijo que ella tenía ya un padre y que ella lo quería''.
Andrew Legomasino, un terapista nombrado por la corte para el padre, dijo que el plan de visitas es ''un fracaso preparado'', porque no son lo suficientemente largas ni frecuentes.
La jueza Cohen admitió que sería difícil para el padre ganarse a la niña en visitas tan cortas, y ordenó que se le permitan visitas de un día entero no supervisadas la semana próxima en la casa donde ella está, donde ambos pueden nadar juntos en una piscina.
Las audiencias, (no está claro cuántas ha habido porque todos los documentos son confidenciales en relación con casos de bienestar infantil) habían estado cerradas al público hasta ayer, y Cohen ha dispuesto que se les ordene silencio a todos los participantes en relación con el caso.
cmarbin@MiamiHerald.com
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