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jueves, 2 de agosto de 2007

Ocho mil cubanos entraron al país vía legal en 2006.

En enero-junio de este año dieron más de 4 mil permisos.

LaJornada.com
GERARDO ARREOLA

La Habana, 1º de agosto. Más de 8 mil cubanos viajaron el año pasado desde la isla a México por vía legal, lo que significa 11 por ciento más que en 2005. La mayoría de las salidas ocurrió por medio de gestiones de entidades de gobierno, de acuerdo con informes oficiales.

El total de cubanos documentados en 2006 en la embajada mexicana fue de 8 mil 666, contra 7 mil 745 de 2005, según reportes a que tuvo acceso La Jornada.

De acuerdo con los informes, en 56 por ciento de los casos de 2005, entidades oficiales cubanas solicitaron el visado para su personal, y en 58 por ciento del total el año siguiente.

El registro de trámites muestra que la estructura de la migración legal tiene un segmento mayoritario integrado por intelectuales y profesionales: músicos, escritores, bailarines, actores, pintores, atletas, instructores deportivos, médicos, investigadores o educadores de distintos niveles. El año pasado, 58 por ciento de las peticiones de documentación para viajar a México lo realizaron los ministerios de Cultura, Educación Superior, Salud Pública y Educación, y el Instituto Nacional del Deporte.

La tendencia se mantuvo en el primer semestre de 2007, en el que se han documentado 4 mil 137 cubanos, cuyas solicitudes han sido auspiciadas en 52 por ciento por los ministerios de Cultura, Educación Superior, Salud Pública y Educación, en ese orden. La tramitación de esos visados por vía oficial se debe a que el Estado es el empleador único de la mayoría de los trabajadores cubanos y las unidades laborales se subordinan sectorialmente a los ministerios.

Para viajar al extranjero, los cubanos requieren, además de la visa correspondiente, una autorización expresa de su ministerio y un permiso individual, expedido por el Ministerio del Interior.

En los casos de personal adscrito por cualquier vía a una institución oficial, las gestiones internas ante las autoridades cubanas y luego las solicitudes ante las embajadas y consulados se realizan por medio de un empleado especialmente comisionado en las instituciones oficiales: el "tramitador", el cual está acreditado ante las embajadas, lleva los expedientes de los solicitantes, recoge los pasaportes visados y mantiene el contacto con el personal cubano que aspira a viajar.

Poco menos de la mitad de viajeros cubanos a México gestiona su visado fuera de la vía oficial, y puede corresponder a casos como reunificación familiar (cónyuges, hijos, padres), turistas, hombres de negocios, transmigrantes, ministros de culto, estudiantes u otros.

Requisitos para el acceso

En todos los casos, los requisitos mexicanos para otorgar la visa están señalados en un prontuario detallado, país por país, que elaboran sistemáticamente las secretarías de Gobernación y Relaciones Exteriores, y se llama Instructivo Conjunto.

Dicho documento refleja, para cada caso particular, por país, por calidad y característica migratoria, los requisitos que debe cumplir el extranjero para acceder a un visado mexicano, de acuerdo con la Ley General de Población y su reglamento, y según las circunstancias políticas y sociales que impacten los flujos de personas en cada periodo.

En el caso de Cuba, el instructivo tiene 12 páginas. Entre los requisitos para el visado, uno de los sustanciales es el de definir con claridad el propósito del viaje, la identidad de quien asume el patrocinio, individual o institucional, y el tiempo de estancia, si se trata de una actividad no lucrativa.

En algunos casos, si el patrocinador del viaje es una persona moral mexicana sin antecedentes de invitaciones previas a cubanos, se solicita copia del nombramiento oficial del funcionario responsable, o del segmento correspondiente del acta constitutiva, si es una empresa. Para actividades lucrativas siempre es necesario un permiso de internación expedido por el Instituto Nacional de Migración.

Según las fuentes, hay casos de especial agilidad en los trámites, cuando hay entidades mexicanas auspiciadoras y contrapartes cubanas que conocen los procedimientos y los ejecutan con diligencia.

Es el caso, por ejemplo, del gobierno de Michoacán, del lado mexicano, y de los ministerios de Cultura y de Educación, del lado cubano. El caso típico es el del personal que realiza trabajo de alfabetización en varios estados de México.


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