Cubanos sin Fronteras
Joely R. Villalba
2/22/2009
En su momento, cada ser humano logra desprenderse de todo aquello que le ha sido inculcado gracias a la fuerza arrolladora de su innato sentido de libertad. En esos momentos, se encontrará enfrentado con la responsabilidad intrínseca a todo ser pensante: el discernimiento intelectual sobre los verdaderos valores de su realidad humana. Por ende, se podría afirmar que cada ser humano –en su momento– logrará percibir que los flagelos propios a su naturaleza a través de toda la historia de la Humanidad, se han cebado en ausencia de los valores morales dictados como fundamentales al bienestar de todos los hombres. Pero nunca ha imperado la inmoralidad a tal grado de desfachatez común como en los tiempos de hoy. Tiempos, donde el fraude y la violencia campean por sus anchas a tal punto, que se podría llegar a afirmar que el Apocalipsis de la Humanidad se centra en el abismo destructivo de la corrupción moral colectiva: nuestro verdadero enemigo.
Es muy triste que aquí, en los Estados Unidos de América, sus siniestros tentáculos hayan logrado permear la conciencia y la voluntad cívica de tantos. A los Estados Unidos se le identifica, internacionalmente, como una sociedad materialista. Por lo tanto, elucidemos que el materialismo –como modus vivendi– no aporta beneficio alguno a los seres humanos. En este país nuestro, los valores morales han sido reemplazados por los valores materiales; paulatinamente afectando a todos por igual, ya sea a nivel social, institucional o gubernamental...
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