Por Luis de la Paz
Diario Las Américas
Publicado el 02-27-2010
Cuando las respuestas que ofrece un entrevistado son tan puntuales, se hacen innecesarias las largas introducciones. Este es el caso Eddy Díaz Souza (Jaruco, Cuba, 1965), quien desde niño se ha dedicado al arte y la creación. Tras cosechar éxitos en Cuba, sale en 1991 a Venezuela, donde de inmediato comienza a recibir reconocimientos, como el Premio Fundarte de Literatura Infantil, por su libro Bernardino Soñador y la cafetera mágica. Ya en Miami, donde reside en la actualidad, el nombre de Eddy Díaz Souza, ha alcanzado un sitial importante en los escenarios locales.
1.—Parte de tu trabajo está dirigido al público infantil y juvenil. ¿Qué te ha llevado a escribir ese tipo de literatura y cómo definirías las “reglas” de escribir para menores?
—Comencé a escribir desde temprana edad. A los diez años ya fusionaba o interrumpía mis apuntes de materias escolares para darle espacio a mis narraciones y escritos poéticos. Tenía una fantasía desbordante que lograba comunicar a través del juego, la escritura creativa y la representación escénica. Esa primera etapa marcó profundamente mi vocación literaria y artística. Creo que escribo para niños porque nunca me interesó desligarme de aquella primera fuente, porque entendí la manera en que se construían las historias en la infancia y ello me sirvió luego como táctica para el desarrollo de mi discurso literario, y también como recurso aplicable a la escena...
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