Enrique Flor
eflor@elnuevoherald.com
Un grupo de 35 profesionales de la salud, la mayoría médicos y enfermeros cubanos que fugaron de las misiones internacionalistas Barrio Adentro, se graduó el miércoles como la primera promoción de asistentes de cirugía en un nuevo programa de reinserción laboral en los Estados Unidos.
Tras participar en ciclos intensivos virtuales y presenciales en la sede de Solidaridad Sin Fronteras (SSF), en Hialeah, los emocionados graduados recibieron los diplomas que los certifican como asistentes de cirugía.
Este es un gran orgullo para nosotros, destacó el director de (SSF), Julio César Alfonso. Estas personas, muchas de las cuales llegaron huyendo de sus países, ahora tienen la oportunidad de encontrar un camino real para ejercer profesionalmente en el sistema médico estadounidense.
Para Marvel Iglesias, una enfermera pinareña que actualmente trabaja como empleada de limpieza en un hotel de Doral, el programa representa una alternativa para superarse en esta nueva etapa como inmigrante.
Estoy segura de que esta certificación me abrirá nuevas puertas, dijo Iglesias, quien ejerció la enfermería en Cuba durante dos décadas. Desde que llegue el año pasado, estoy trabajando y estudiando mucho. Hubo veces en que apenas he dormido un par de horas al día.
El programa fue organizado por SSF en estrecha coordinación con la Junta de Asistentes de Cirugía de Estados Unidos (ABSA), con sede en Denver, Colorado.
El presidente de ABSA, Paul F Weeks, felicitó a los graduados y en medio de los aplausos del público resaltó las altas calificaciones obtenidas de estos.
Durante la ceremonia, el director de educación del programa, Víctor Escalante, resaltó el sacrificio de los estudiantes.
Muchos de ustedes llegaron y se dedicaron a limpiar oficinas o colocar bloques [ ], pero ahora tendrán nuevas oportunidades para trabajar en su área como mano de obra calificada, dijo Escalante. Son profesionales con muy buena base de los países que vienen.
De los graduados, 22 son cubanos, nueve haitianos, dos dominicanos, un colombiano y un venezolano.
Alfonso sostuvo que desde el 2006, cuando se puso en marcha un programa del Departamento de Seguridad Interna de entrega de visas a médicos cubanos que cumplen misiones en terceros países, al menos 4,000 de estos profesionales escaparon por diversas vías a Estados Unidos.
Sin embargo, al llegar, estos profesionales se estrellaban contra una serie de barreras que les impedía ejercer: desde el idioma inglés hasta las trabas impuestas en la isla para conseguir certificados de estudios universitarios.
En enero del 2010, el Ministerio de Salud Pública de Cuba aprobó una resolución que denegaba las solicitudes de instituciones estadounidenses para verificar calificaciones de médicos que se establecen en este país.
Para superar este problema, Alfonso sostuvo que se firmó un convenio con ABSA para que ésta reconociera el entrenamiento de SSF como válido, por lo que dejó de ser necesario gestionar documentos en Cuba.
Tomado de: El Nuevo Herald
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