CAMILA MENDOZA Y OSMÍN MARTÍNEZ
DIARIO LAS AMÉRICAS
Willy Chirino posa en su estudio de grabación durante la entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS. (ÁLVARO MATA)
Dicen que fue porque su historia de destierro comenzó como la de tantos en Miami, o porque su sonrisa de niño bueno y su imagen de guajiro abrazando su guitarra como quien se abraza a Dios, conquistó el corazón de su pueblo y enamoró generaciones. Quién sabe por qué sería, pero lo cierto es que el nombre de Willy Chirino esta tallado en la cultura hispana y, 40 años después del lanzamiento de su primer álbum, sigue presente.
No movía las caderas como Elvis, pero algo en su inquieto sonido conmovió a miles cuando salió a la venta 'One Man Alone' (1974), del cual su tema 'Soy' hizo historia al ser grabado en cuatro idiomas y tener más de 40 versiones. Pero el impacto real de su música supera la anécdota estética de los números, ya que Chirino con sus acordes abrió un nuevo episodio bautizado como ‘el sonido de Miami’. Y eso nadie, ni siquiera él, lo niega.
Su figura está ligada a los lugares más icónicos de una ciudad, desde el desaparecido salón Tropicagala del Hotel Fontainebleau hasta el legendario y renovado Hialeah Park Racing & Casino.
Autor, compositor e interprete, sus frases lo promueven entre quienes lo consideran un genio, y aumentan la ira de quienes quisieran catapultarlo lejos del éxito por no entender su ecléctico estilo. Lo cierto es que él sigue creando, respaldado por un oído que sabe escuchar y una fidelidad casi enfermiza a sus raíces. De ese modo sigue concibiendo maravillosas canciones, las que hay que escuchar y volver a escuchar, porque como los astros, su obra está en eterno movimiento, fiel a una causa: la música.
Este intérprete no cayó en la trampa del ego en la que tropiezan hasta los más grandes artistas. Se concentró en lo que hay que concentrarse: en crear canciones para que sean tan perfectas como una flor. Y allí está su público esperándolo, con la paciencia y la soledad con la que esperan los fanáticos, el día que lance al mercado su nuevo disco, donde de seguro su ritmo lo llevará nuevamente a lo más alto en la escena musical.
Porque Willy Chirino está muy lejos del silencio, tiene la mente en el futuro y su apuesta sigue siendo alta: convertirse en inmortal a través de su obra. Y sin duda lo logrará, porque a sus pies tiene un legado complejo y fecundo, con tópicos que dan cuenta de alegría, destierro, dolor y amor.
No se puede hablar de Miami sin mencionar a Willy Chirino, quien ha sido a lo largo de 40 años de carrera artística el “tipo típico”, el “amigo de la noche”, “el guajiro de Consolación del Sur”, en su añorada Cuba. Willy, el de corazón rockero y voz sonora, trabaja hoy en el estudio de grabaciones de su casa en otro disco para que la banda sonora de esa fiesta en la que ha convertido nuestras vidas nunca tenga fin.
Un tipo completamente atípico
“No me gusta encasillarme. Básicamente le dicen salsa a la música que yo hago, pero no, es una fusión. A veces hago un bolero, canto una balada o hago algo de rock, basado en la influencia de The Beatles, porque dentro de un disco de ellos podías escuchar música country americana, música folclórica inglesa, rock pesado y baladas preciosas. Yo trato de mantenerme así, no busco hacer un disco de ‘salsa’, como hacen muchísimos artistas”.
Con el peso de Cuba a cuestas
"Cuando mis padres llegaron de Cuba empezó el drama económico. De pronto mi hermanita y yo vendíamos donuts después de la escuela, casa por casa. Yo tenía una ruta de periódicos en Bal Harbour. Iba con 300 periódicos en una época en la que no se pagaban por correo, había que cobrar casa por casa. Lavaba los platos en el colegio y empecé a trabajar con 16 años en los night clubs. En nuestra peor época fue la música la que nos salvó"
"Todos los días de mi vida deseo cantar en Cuba. Ese es el sueño. Pero más que tocar, es un sueño el hecho de regresar allí y contribuir a lo que va ser la reconciliación del país, que no es fácil, es un proceso muy complicado. Eso es lo que yo sueño, y también hacer un concierto en La Habana".
El sonido de Miami
“El primer disco que salió con ‘el sonido de Miami’ fue el mío. Fuimos los primeros en hacer la fusión de la música pop americana con los sonidos del caribe. Lo que llaman tropicalpop es lo que se derivó del estilo que nosotros grabamos. Antes se escuchaba salsa, o merengue, o bolero, o balada, así que fuimos los que comenzamos con la fusión. Por eso si hay algo que yo puedo reconocer de mi propio trabajo, es que yo soy un pionero en ciertas cosas de la música. Comencé a hacer cosas que nadie antes que yo las hizo. Y en algún momento, gracias a Dios, funcionaron”.
Tomado de: Diario Las Americas
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