OLGA CONNORESPECIAL/EL NUEVO HERALD
09/17/2014 8:00 AM
Foto: ROBERTO KOLTÚN/EL NUEVO HERALD
Uno de los grandes debates que hay entre los cubanos fuera de Cuba es la pregunta por su condición de exiliados, por su propia identidad lejos de su país.
¿Somos exiliados o somos emigrantes? Esa sería la pregunta básica de los diferentes grupos de cubanos. El exiliado tiene una condición de refugiado, porque no podría volver a su patria sin correr peligro, porque tiene miedo de la persecución religiosa, política o de cualquier otra índole. El emigrante no se siente perseguido, solamente quiere cambiar las condiciones de vida, por lo regular económicas, de su país de origen. Ahora hay un libro, Un pueblo disperso: dimensiones sociales y culturales de la diáspora cubana, que recoge las opiniones de expertos sobre los diferentes puntos de vista de los cubanos, editado por Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas (Cuban Research Institute, CRI) y catedrático del Departamento de Estudios Globales y Socioculturales de la Universidad Internacional de la Florida (FIU).
“Ese libro proviene de una selección de trabajos presentados en la Novena Conferencia de Estudios Cubanos y Cubano Americanos [organizada por el CRI], que se llevó a cabo en mayo del 2013, en la Universidad Internacional de la Florida”, explicó Duany, “y a su vez responde a una convocatoria más grande para analizar las diferencias y las semejanzas entre los cubanos y los latinos en el exterior, aunque finalmente se concentró en el caso cubano”.
El problema surge cuando se trata de identificar a estos cubanos en el exterior que han llegado en diversas oleadas migratorias al transcurrir la historia de los últimos 50 años. Qué es lo que sienten y cómo se clasifican es el tema central del libro.
“Una de las cuestiones importantes en el estudio de la diáspora cubana es precisamente la terminología, básicamente lo que hago en la presentación [de los textos] es discutir las diferentes maneras en que se ha abordado la emigración cubana, desde el siglo XIX hasta la fecha, como exilio, refugiado, migración, éxodo, expresiones que no necesariamente son sinónimo, pero de alguna manera tratan de recoger la diversidad y complejidad de ese movimiento migratorio, especialmente después de 1959”, dijo Duany. “Al analizar muchos de los trabajos del volumen, me di cuenta de que el término diáspora es el que ha ido ganando más aceptación entre los estudiosos, y que de alguna manera busca captar esa diversidad y complejidad de experiencias, y que el término exilio, que se aplicó muy bien a las primeras oleadas migratorias, no necesariamente puede captar”.
La razón de que las personas de las primeras oleadas migratorias se disgusten con los nuevos emigrados que viajan frecuentemente a Cuba es porque se les da refugio bajo las reglas y leyes de Estados Unidos, y eso significa que no pueden vivir en Cuba. Se supone que estén perseguidos en la isla, y que por eso se les da trato preferente al que se le da a otros inmigrantes que también quieren venir a este país.
“Ese es un argumento válido, porque también es cierto que el término refugio tiene una acepción bien específica que es precisamente un miedo bien fundado por razones políticas, religiosas, o por pertenecer a un grupo étnico, esa es la definición legal de refugiado”, definió el director del CRI. “El término exiliado no necesariamente corresponde en todos los casos con el término exilio. Entonces, creo que para superar esas polémicas, para incluir a aquellas personas que salen por motivos exclusivamente ideológicos, por el deseo de buscar una mejor vida, estar con sus familiares, o desarrollarse profesionalmente, no se excluye bajo la categoría de diáspora a ninguna de esas personas”.
El libro incluyó ponencias seleccionadas por un jurado anónimo que escogió Fabio Murrieta, director de la casa editorial que lo publicó, Aduana Vieja, en Valencia, España (impreso por Publiberia). Y no solo tiene aspectos controversiales en las investigaciones y tesis de los distintos autores, muchos de los cuales son muy conocidos en Miami, como Uva de Aragón, Ruth Behar, Isabel Alvarez Borland, Cristóbal Díaz Ayala, Nora Gámez Torres, Eliana Rivero, Raúl Rubio, Alejandro Portes y otros más, sino que se han publicado algunos artículos en inglés y otros en español, según el idioma en que fueron presentados.
La idea general era hacerlo comparativo entre los cubanos y los otros latinos, pero hubo que excluir estas discusiones del libro, aunque hay múltiples referencias bibliográficas y comparaciones socioeconómicas de los que llegaron después del Mariel con las de otros grupos latinos. Otra limitación fue que solamente llegó una persona de Cuba, aunque antes del 2008 podían invitar a más especialistas de la isla, pero ya no se permiten usar fondos estatales para esos viajes e intercambios con la isla.
“Nosotros hacemos esfuerzos por incluir a personas de Cuba y este año tuvimos a Leonardo Padura y a Yoani Sánchez, pero ya tenían los pasajes por otras vías”, declaró Duany. También han tenido a un gran número de disidentes en su Instituto. Aunque afirmó que la ideología política no es importante al hacer invitaciones para que den conferencias en FIU.
Duany tiene una formación académica en ciencias sociales, especialmente antropología. Estudió en las universidades de Columbia, Chicago y Berkeley. Hasta hace dos años trabajó en la Universidad de Puerto Rico, y antes en la del Sagrado Corazón. Nació en Cuba y salió de la isla a los tres años de edad, vivió en Panamá y luego en Puerto Rico, donde se educó con los jesuitas, en el Colegio San Ignacio. En Puerto Rico estuvo rodeado de la comunidad cubana intelectual y artística, como la profesora Himilce Esteve que le ayudó en su tesis doctoral sobre la comunidad cubana en Puerto Rico publicada con el título: Los cubanos en Puerto Rico: economía étnica e identidad cultural (1995). •
‘Un pueblo disperso: dimensiones sociales y culturales de la diáspora cubana’, editado por Jorge Duany (Aduana Vieja), se presenta el viernes 19, 8 p.m., en Books & Books, 265 Aragón Ave., Coral Gables, (305) 442 4408 (Tel del CRI: 305-348-1991). http://cri.fiu.edu/
Tomado de: El Nuevo Herald
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