Angélica Maldonado Morales
El Sol de San Luis
9 de enero de 2015
Diecisiete migrantes cubanos recibieron apoyo de la Casa del Migrante donde encontraron refugio tras una odisea de infierno.
Gracias a las gestiones realizadas por la Casa de la Caridad-Hogar del Migrante "Mons. Luis Morales Reyes", se consiguió el otorgamiento de la custodia de 17 viajeros cubanos a la Pastoral Social-Cáritas de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, y el salvoconducto del Instituto Nacional de Migración (INM).
Sobre este caso personal de la Casa informó que después de algunas gestiones ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), a través de la 5ª. Visitaduría, se logró para ellos un salvoconducto para que puedan llegar a la frontera norte y acceder a las prerrogativas que Estados Unidos les ofrece a través del programa "Pies Secos".
Las 17 personas fueron aseguradas el pasado 30 de diciembre por la Policía Federal cuando viajaban ilegalmente en la caja de un tráiler por la carretera a Matehuala rumbo a Estados Unidos.
En la delegación del Instituto Nacional de Migración se pedía a los antillanos que firmaran un documento en el que daban su anuencia para ser repatriados a su país Cuba, truncándoles la oportunidad de continuar su viaje a Estados Unidos. Ellos se negaron a firmar y pidieron la intervención de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) y de la Casa del Migrante para recibir asesoría sobre su situación migratoria. Gracias a la gestión de ambos organismos se logró la obtención del salvoconducto para que continuaran su viaje a la frontera norte.
En rueda de prensa ofrecida por los isleños ayer a las 10:00 horas, ante la presencia del Pbro. Rubén Pérez Ortiz, director de la Casa de la Caridad y también titular de la Pastoral Social-Cáritas, denunciaron la odisea que vivieron, "fue un infierno, peor que una pesadilla de la cual se quiere despertar, vimos la muerte muy cerca varias veces, la verdad ya no la contábamos...".
Afirmaron que durante su odisea por su viaje por gran parte del país recibieron un trato indignante e infrahumano, los amenazaron de muerte varias veces, les quitaron maletas, cobijas, cobertores, no les dejaron ni un cepillo de dientes, ni un cambio de ropa, ni dinero y demás pertenencias.
"Pero lo peor fue el trato infrahumano: golpes, vejaciones, torturas, amenazas de muerte, por poco y ya no la contamos a ustedes", dijeron a la Prensa. "Somos un milagro de Dios, y ahora mismo queremos que el padre Rubén nos lleve a una Capilla a agradecerle a nuestro Padre Dios que estamos con vida", dijeron con los ojos anegados por las lágrimas, que conmovieron a los reporteros que los escuchaban.
También clamaron por ayuda y protección para otros que seguramente estarán sufriendo lo mismo que sufrieron ellos: "Es injusto lo que nos pasó, somos seres humanos, si a un animalito se le debe respetar su vida, con mayor razón a un ser humano. Somos hermanos y unos con otros debemos respetarnos, no tienen por qué actuar así".
Las autoridades deben poner un freno a estos abusos que no deben quedar impunes, deben defender y proteger la vida de todo migrante, sostuvieron.
En la rueda de Prensa ya se habían aseado, comieron hasta saciarse, durmieron y descansaron. Fueron acogidos con bondad y caridad cristiana por el P. Rubén Pérez, quien con llamadas telefónicas abogó con éxito por ellos, siendo un caso muy complejo porque por reglamento en el INM les quitaron los celulares a todos; consiguieron uno desde el que llamaron al sacerdote hasta 12 veces el pasado domingo y 15 veces el día siguiente.
Ante los medios agradecieron al P. Rubén por haber sido un valioso intercesor en este trance tan doloroso y difícil que vivieron.
Aclararon que durante la detención en la carretera a Matehuala los policías federales los apoyaron con cobijas y atención médica, les preguntaron por su estado de salud y si tenían apetito.
Tomado de: El Sol de San Luis
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