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lunes, 15 de mayo de 2006

Zenaida Manfugás interpreta danzones de su Cuba

Por Luis de la Paz

DIARIO LAS AMERICAS

El tronco musical de un país puede ser su himno nacional, el resto de sus ramas las componen los géneros que dictan las distintas épocas, prevaleciendo la magia que le imprime el creador a sus composiciones, a lo que hay que añadir el tarareo del pueblo, que al repetirlas las inmortaliza y hace que se transmitan de generación en generación.

De manera que entre el compositor y el intérprete se recrea y se reviven los ritmos propios que van trazando el perfil musical de un país. La música cubana tiene la dicha de haber aportado sonidos novedosos y cadenciosas armonías, que además de enriquecer el patrimonio nacional, han trascendido y aportado a otros países de la región y del mundo.

Cuba puede darse el lujo de exhibir una impresionante lista de figuras prominentes de su música. Desde un Brindis de Salas, para iniciar las referencias, hasta personalidades como Ernesto Lecuona, Gonzalo Roig, Trío Matamoros, Beny Moré, Alejandro García Caturla, Sindo Garay, Ignacio Cervantes, René Touzet, Harold Gramatges, Rodrigo Prats, Antonio María Romero, Aurelio de la Vega y Eduardo Sánchez de Fuentes, para apenas ofrecer un aperitivo de nombres grandiosos en distintos géneros. También sería larga las referencias a los intérpretes excepcionales, por ello sólo nos limitaremos a Zenaida Mafugás, quien se presentará este 20 de mayo, día de la Independencia de Cuba, en la escuela de música de la Universidad de Miami, en una velada organizada por el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos.

Cuando se habla de temas cubanos, el nombre de la Manfugás se abre paso entre el conjunto de figuras conocidas. Su maestría y su larga trayectoria como pianista, auspician ese reconocimiento, que el público manifiesta con largas ovaciones. Para este concierto en la fecha patria del 20 de Mayo, Zenaida Manfugás ofrecerá Danzones de mi Cuba.

Desde Elizabeth, New Jersey donde reside la pianista, revela a Diario Las Américas, que en septiembre del pasado año fue operada del túnel carpiano en su mano izquierda. Con su optimismo característico afirma sentirse bien, "aunque todavía no estoy recuperada del todo", dice con cierta incertidumbre y temor ante lo que podría ocurrir frente al auditórium.

Producto de la cirugía tuvo que cancelar conciertos previstos en Holanda, España, Francia y los Estados Unidos, convirtiéndose esta presentación en su regreso al escenario desde que fue sometida a cirugía. Durante la entrevista parece expresar alguna preocupación, sin embargo, inmediatamente después retoma con ímpetu el interés por su próxima presentación y comienza a referirse a los danzones que tocará ese día. "Entre ellos está Masacre de Silvio Contreras; Virgen de Regla de Pablo O'Farrill; Fefita de José Urfé; Almendra de Abelardo Valdés; Doñá Olga de Enrique Jorrín; El cadete constitucional de Joaquín Rubalcaba y La Mora de Eliseo Grenet".

El prometedor programa incluirá también arreglos vocales que la Manfugás toca al piano. En ese sentido espera ejecutar piezas de Jorge Anckermann y temas de Ernesto Lecuona, entre otros compositores.

La última vez que la pianista se presentó a un concierto en la sala de la Universidad de Miami fue hace tres años con un programa también de música cubana que abarrotó el teatro. Anteriormente en esa misma plaza, tocó acompañada de la orquesta y el coro de la escuela, ejecutando la Novena Sinfonía de Beethoven.

El espectáculo es parte de las conmemoraciones por la fecha patria del 20 de Mayo de 1902, momento en que los cubanos proclamaron su independencia de España. Desde ese momento se iniciaría un largo camino político en la isla, que sí destacó por la fuerza expresiva de sus artistas y creadores.

Zenaida Manfugás es una de las pianistas más respetadas y admiradas por los cubanos. Su vida ha sido difícil y dolorosa. En cierta ocasión expresó a este reportero: "Mi vida ha sido de constante confrontación. En un medio hostil, indiferente, clasista, y por lo tanto racista, han sido más los momentos oscuros que los claros. He podido ser pianista porque mi madre, gran pianista y pedagoga, se empeñó en comenzar a enseñar a todas sus hijas, el mismo día que cumplíamos los 5 años. Ella fue una adelantada de la pedagogía moderna. Así que cuando yo tenía 7 años tocaba ya dos conciertos: el de la Coronación y el Primero de Beethoven. Transcurrieron 9 años de lucha, batallas y al fin, de adolescente, gracias al tesón obsesivo del Maestro Gonzalo Roig, debuté en la Banda Municipal, con un arreglo que él mismo hizo, del Concierto en La Menor de Grieg. Luego obtuve una beca del Ministerio de Educación, pero pasaron más de 3 años antes de poder viajar.

Para ese entonces ya me sabía, y podía tocar, más de 30 conciertos. Cinco meses después de haber llegado a España, debuté tocando a Beethoven, no obstante que mi llegada tuvo un mal comienzo. Al asistir, invitada por un amigo a una recepción en la Embajada Cubana, un 20 de Mayo, fecha de la independencia de Cuba, me recibió el embajador, textualmente con esta expresión: una negra más. Por tal motivo, harta de mis luchas en Cuba, juré no poner más los pies en una dependencia cubana, y así lo he cumplido".

Sin embargo este 20 de mayo, en tierras del exilio cubano de Miami, la gran diva recibirá el caluroso aplauso y la admiración desbordada (como siempre se le brinda) de sus compatriotas en el destierro.

Danzones de mi Cuba, 20 de mayo del 2006, a las 7 de la noche, en el Maurice Gusman Concert Hall, Universidad de Miami, 1314 Miller Driver, Coral Gables. Entradas 15 dólares, 10, estudiantes, profesores y empleados de la Universidad. Para más información y reservación, 305-284-2822. Capacidad limitada.

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