Juanita Castro HERMANA DE FIDEL : "Con Raúl en el poder existe todavía una oportunidad. Aprovéchenla"
- IDOYA NOAIN (04/08/2006)
EDAD 73 AÑOS
TRAYECTORIA SE EXILIÓ EN MÉXICO EN 1964. UN AÑO DESPUÉS SE INSTALÓ EN MIAMI (FLORIDA)
EMPLEO REGENTA UNA FARMACIA CON 15 EMPLEADOS, SU "NUEVA FAMILIA"
POLÍTICA VOTANTE Y CONTRIBUYENTE DEMÓCRATA.
En el despacho desde el que Juanita Castro regenta su farmacia en Miami hay una foto de Bill Clinton, estampas de Juan Pablo II y un recorte con reflexiones de Milan Kundera ("Con la distancia los malentendidos se convierten en barreras"). El miércoles recibió a este periódico y explicó que estos días no son fáciles para ella: su hermano Fidel, con el que no habla desde que se exilió hace 43 años, roza la muerte; sus compatriotas lo celebran en la calle y ese júbilo le asquea, tanto como que se crucifique a Raúl, que sólo haya una imagen del exilio y que se desaproveche la opción de cambio.
--¿Qué sintió cuando conoció estos días la enfermedad de su hermano Fidel?
--Nos separan infinidad de kilómetros en lo político pero me afecta emocionalmente. Los lazos de familia no se rompen nunca. Tenemos la misma sangre aunque, lamentablemente, no tenemos las mismas inquietudes ni ideas políticas.
--¿Creía que estaba tan grave?
--Yo bromeaba diciendo que lo debían meter en una de esas cámaras de oxígeno para rejuvenecer... Este problema es grave, pero he tenido noticias de que salió de cuidados intensivos. No es especulación.
--Muchos de los suyos lo dan por muerto. ¿Cómo vive lo que se ve en la calle Ocho?
--Muy mal. Fidel es, en definitiva, un ser humano entre la vida y la muerte. Yo no me alegro del mal de nadie. No me atrevería a volverme loca en la calle gritando consignas ni contra mi peor enemigo. Puede lucharse de muchas formas.
--¿Le preocupa que esa sea la imagen única del exilio?
--Quedamos mal parados todos los cubanos. Es solo un grupo, pero como hacen tanta bulla son los que sobresalen y salen en los medios. Muchos estuvieron al lado del régimen hasta que descubrieron que aquí haciendo un poco de cuento se podía vivir bien, aun confundiendo a una parte de la población exiliada. El día que haya otro sistema en Cuba pierden su medio de vida.
--¿Ve posible poder cambiar esa imagen actual?
--Es necesario hacerlo y cambiar la forma en que se lucha. Hay mucha gente cerrada, muy reaccionaria, que está en contra de cualquier solución aunque sea una que nos haría llegar más lejos. Se van por los extremos.
--Usted fue activa en la lucha pública. ¿Por qué lo dejó?
--Quizá me faltó algo que no tenía. No avanzaba, hubo desencanto y me fui marginando.
--¿Cómo lleva usted personalmente el exilio en Miami, la separación familiar?
--Fue bien difícil romper con mis hermanos pero tenía que hacer algo por mi país. No ha sido una vida fácil, pero con otros familiares tengo contacto frecuente.
--¿Le gustaría un reencuentro con sus hermanos? ¿Es posible?
--Ojalá, ¿por qué no? Ha habido y puede haber muchos. Se ha viajado mucho a Cuba, la gente ha visitado a sus familiares y el contacto ha sido bueno: ya no hay inquina entre el familiar de aquí y el de allá. El odio mayor es al régimen y al propio Fidel, pero Dios quiera que la familia cubana pueda abrazarse de nuevo, desde el cubano más humilde hasta el más encumbrado.
--¿Le gustaría poder abrazar de nuevo a su hermano Fidel?
--Ojalá pudiera, y dejar atrás toda esta historia. Ojalá pudiera serle útil cuando lo está necesitando. Soy un ser humano, su hermana, y lo haría con mucho gusto, sin importarme la opinión de nadie, lo haría.
--Pero la gente opinaría...
--Una congresista dijo ´todos los Castro son iguales´. Y yo me digo, ´quién es nadie para decir eso´. Yo también puedo pensar que todos aquí son esbirros, iguales que los que había antes en Cuba, que quieren sacar provecho desde las posiciones que ocupan, tener el votico del cubano cuando les hace falta.
--¿Volvería usted a la isla?
--Me gustaría pero es muy difícil decir ahora si iré. Parte de mi familia puede ser eliminada si llegan los cavernícolas que hay en el camino. Si las cosas se resuelven, tal vez.
--¿Es más fácil el contacto ahora con Raúl en lugar de Fidel?
--Sí, es más abierto. Pero a Raúl aquí ya le empezaron a enfilar los cañones. Dicen que es borracho desde niño, que ejecutó a muchos... Lo crucifican en vez de aprovechar la oportunidad, empezando por el propio Gobierno americano. ¿Tienen que seguir la confrontación? Si hay una brechita, un poquito de luz en ese túnel, aprovéchenla. Y si de verdad Raúl va a coger el poder hay una oportunidad. Pero la Casa Blanca ya ha dicho que no quiere nada con él, que es igual que Fidel, y unicamente para congraciarse con los cuatro que hay aquí.
--¿Cuál es su deseo para Fidel?
--Ojalá que, dentro de toda esa gravedad, logre rebasar todo esto. Y que sea lo que Dios quiera, porque yo creo que Dios tiene la última palabra. Que Dios le ayude, que Dios le ilumine y que Dios le perdone.
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