RUI FERREIRA
El Nuevo Herald
El gobierno de Estados Unidos consideró no encausar a un profesor universitario cubanoamericano acusado de espionaje a favor del gobierno cubano si él aceptaba convertirse en doble agente, aduce un recurso presentado por el acusado de espiar para el régimen de La Habana.
En dos días de audiencias se ventiló el recurso presentado por Carlos Alvarez, miembro del claustro de profesores de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), en el que pide que sea retirada de las acusaciones una grabación donde aparentemente admite haber sido un espía del régimen de la isla.
Según Albert Alonso, el agente de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) que lo interrogó durante tres días en julio del año pasado, en esa época Alvarez estaba listo para trabajar a favor de Estados Unidos y contra Cuba "en una posición de inteligencia''.
Pero, según una grabación de la entrevista en que le propusieron transformarse en doble agente, el profesor dijo que estaba disponible para contactar a agentes cubanos pero que no quería "ir más a Cuba ni trabajar para la inteligencia de aquí''.
Alonso negó que le hubiera prometido a Alvarez inmunidad a cambio de cooperación, pero el abogado del acusado, Steve Chaykin, dijo en la audiencia que la inferencia era obvia.
''El hecho es que lo que hizo fue amenazarlo al decirle que lo podía ayudar y le estaba dando una posibilidad que no fue brindada a otros espías cubanos, ¿cierto?'', preguntó el abogado, lo cual Alonso rechazó diciendo: "No, señor''.
Alvarez, de 61 años, y su esposa, Elsa, de 54, fueron arrestados en enero de este año por el FBI y acusados de espiar para la isla. Si bien las autoridades insistieron que la pareja nunca obtuvo ni divulgó a los cubanos secretos militares, la acusación pudiera conllevar una pena de 15 años de cárcel. Los Alvarez se han declarado no culpables de las acusaciones.
Según las autoridades, el profesor tenía conexiones de inteligencia con el gobierno cubano por lo menos desde 1977. Una grabación divulgada durante las audiencias muestra que contemplaba abandonar esas actividades.
En la audiencia de ayer, el profesor dijo que reveló ''partes'' de su pasado a los agentes del FBI porque creía que no sería encausado si decía la verdad.
''Siempre lo consideré una promesa, de otro modo ¿por qué habría de decir cosas de mi pasado? Y yo les conté mucho. Básicamente les dije todo'', afirmó.
Alvarez agregó que cuando fue contactado por las autoridades ''tenía la sensación de que si no cooperaba'' tendría problemas.
Pero Alonso afirmó que el objetivo de esos encuentros no era recabar evidencias para incriminarlo, sino persuadirlo para que se convirtiera en un doble agente.
''Nosotros no le prometimos nada. Lo contactamos sólo para pedir su cooperación con el gobierno de Estados Unidos'', explicó Rosa Schureck, la agente del FBI que trabajó este caso con Alonso.
Alvarez, quien tomó el estrado ayer por primera vez en todo este proceso, dijo que los agentes lo presionaron al mencionar repetidamente a sus hijos, en particular a una hija de 13 años.
''Siempre que mis hijos son mencionados, yo lo tomo como una amenaza. Siempre creí que no sería detenido, que mi familia seguiría con su vida, que no habría escándalo'', añadió.
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