Por Guillermo Cabrera Leiva
Está por escribirse la biografía del Dr. Roberto Agramonte. Su obra como escritor es muy amplia. Cubrió con sus estudios numerosas e importantes faceta de la vida intelectual de Cuba, y no faltaron entre esos estudios notables trabajos sobre pensadores cubanos y extranjeros.
Durante sus años de exiliado en Puerto Rico, empleó su tiempo en enseñar sociología en la Universidad de Río Piedras, además de publicar varios textos de su asignatura y no pocos sobre José Martí.
Entre sus obras didácticas vale destacar su voluminoso “Curso introductorio de sociología”, obra de 534 páginas, publicada por la Editorial Edil de Puerto Rico.
Esta obra constituye un notable esfuerzo del Dr. Agramonte, pues no sólo presentó en un tomo sus lecciones y experiencias de ayer, sino que las actualizó y amplió a la luz de observaciones y estudios nuevos, como catedrático de la citada universidad.
La sociología, que según afirma Agramonte, “... está relacionada con todas las ciencias y disciplinas cuyo objeto es el estudio del hombre”, tiene sitio de primerísima importancia en los tiempos modernos. Su ámbito es de tal alcance que podría decirse sin exageración que todo lo llena y lo satura.
Basta con echar una ojeada a esta obra de Agramonte para percibir cuánta riqueza de temas se agrupan bajo el concepto de “sociología”, cualquiera de los cuales justificaría por sí mismo una enciclopedia.
La citada obra de Agramoonte consta de 17 capítulos. Ciertos temas, como el estudio de la comunidad, de los grupos sociales y de la familia, son de fascinante lectura. Otro tanto puede decirse de los “procesos poblacionales”, o del “control social”. Ambos temas son de alta prioridad para comprender el fenómeno demográfico que está a nuestra vista.
El examen del tema sobre las multitudes, provoca asimismo hondas reflexiones para el lector contemporáneo.
Si bien el libro de Agramonte está hecho para estudiantes universitarios, no por eso carece de interés para cualquiera que se interese por la estructura social del mundo, por interpretar mejor sus cambios y explicarse algunos fenómenos que no son fáciles de captar a simple vista.
La sociedad humana es, sin duda alguna, el fenómeno más relevante que pueda llamar nuestra atención. Su comportamiento afecta de tal modo a cualquier empresa individual o colectiva, que bien merece toda la preocupación por conocer sus causas.
El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, según creemos, pero no para vivir aisladamente. De ahí la frase complementaria del Creador: “No es bueno que el hombre esté solo…”
Hombre y sociedad se complementan. Quien estudia al hombre se ve forzado a estudiar la sociedad en que vive y viceversa. El hombre no se completa en toda su dimensión moral, ni puede reflejar cabalmente aquella “imagen y semejanza” sin su acción dentro del grupo de sus congéneres.
Refiriéndose al objeto de la sociología, señala Agramonte: “El estudio de esta realidad primaria que es la sociedad y el acontecer social, objeto de la meditación del hombre de todos los tiempos, constituye la razón de ser de esta ciencia de la coexistencia humana, que está destinada a ser ciencia central a través de constantes y benéficos cambios socioculturales”.
Queda para otro artículo la valiosa contribución de Roberto Agramonte al conocimiento de José Martí – un aspecto en que el sociólogo se convierte en biógrafo y excelente analista del pensamiento y la acción del Apóstol de la independencia de Cuba.
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