LESLEY CLARK
WASHINGTON
Mel Martínez insiste en que no hay estrategias ni cálculos.
Pero en los últimos meses, el nuevo senador por la Florida ha emergido como un importante factor en una serie de temas nacionales, convenciendo a sus colegas para que apoyen una gran reforma de la inmigración, consiguiendo un acuerdo sobre la perforación de petróleo y gas y sirviendo como la principal figura de la Casa Blanca en los planes para una Cuba después de Castro.
''No ha habido ningún gran proyecto para hacer todas estas cosas'', dijo Martínez, días después de que sus observaciones sobre la temporal transferencia de poder en Cuba lo hubieran llevado en los noticieros de CNN y Fox. 'En realidad, cuando todas estas cosas pasaban, yo sólo estaba pensando, `¿Qué cosa es esto? ¿Qué vendrá ahora?' ''
Es un notable giro para el republicano, que hace un año era mejor conocido por su torpe manejo de un memo en el intento del Congreso de intervenir a favor de Terri Schiavo, una mujer con una lesión cerebral.
Al llegar a Washington tras una acre primaria seguida de una polémica elección general, Martínez culpó a un ayudante cuando equivocadamente le entregó a un senador demócrata un memo que sugería que los republicanos podían usar el caso de Schiavo para criticar a los demócratas. Todavía peor: el memo hacía referencia directa a otro senador de la Florida, el demócrata Bill Nelson.
Miembros de su propio partido dijeron que la oficina de Martínez estaba despistada.
Aunque Martínez sólo reconoce que hubo ''un mal fin de semana'', al parecer hizo caso a las críticas. Ya esos recuerdos se van borrando, aunque ninguno de los problemas en los que ha estado trabajando se haya resuelto. La reforma de la inmigración sigue siendo un problema espinoso, el plan de perforación petrolera del Senado no satisface ni a los ecologistas ni a la Cámara, y el destino de Fidel Castro sigue en el aire.
''Es asombroso. Ha irrumpido casi estruendosamente en el escenario nacional'', dijo el representante Mark Foley, republicano por Lake Worth, un viejo partidario que reconoció que el afable senador había tenido un empezar difícil. "Está claro que ha hallado su voz, su papel, aunque eso requiere tiempo''.
Algunos problemas persisten: casi dos años después de que Martínez derrotara a la antigua comisionada de Educación Betty Castor por el escaño del Senado, su campaña reconoció que todavía estaba trabajando con una auditoría de la Comisión Federal sobre sus finanzas.
Martínez le echa la culpa de la revisión al inesperado éxito de la campaña: recaudar más de $12 millones en 10 meses. Dijo en una declaración que espera ''una conclusión exitosa'' de la investigación.
Martínez comenzó a a fortalecer su posición con el problema, aparentemente insoluble, de la reforma de la inmigración. La legislación del Senado, que daría a algunos inmigrantes ilegales los medios para alcanzar la ciudadanía, se empantanó en la Cámara, y Martínez vio una posibilidad de apertura. Le pidió a su equipo que estudiara el asunto y el resultado fue un enfoque que trataba a los ilegales en dependencia del tiempo que llevaran en Estados Unidos y requería que había que deportar a los que llevaran aquí menos de dos años. Esto reflejaba el enfoque de Chuck Hagel, republicano por Nebraska, y ambos trabajaron juntos.
''Nadie vio a decirme: `Mel, nos hace falta que hagas esto o lo otro'', dijo Martínez en una entrevista en su oficina, en una de cuyas paredes hay un cuadro de balseros. "Es mi propia percepción. Como inmigrante en el Senado estaba en una posición única. Tenía que ser fiel a quien soy como persona, y a la historia que traigo a este trabajo''.
Pero Martínez reconoció que ''cuando el asunto empezó a complicarse'', la dirección del Senado lo alentó a ponerse al frente. Y pese a que algunos opositores le mandaron ladrillos a su oficina, representando el muro que algunos quieren que se construya en la frontera, Martínez, el único republicano hispano de la Cámara, tomó un papel público. Habló de su experiencia al llegar a Estados Unidos como un inmigrante legal a los 15 años, y advirtió a sus colegas republicanos que la oposición a la reforma de inmigración pudiera perjudicar la relación de su partido con los electores hispanos. En conferencias de prensa, le habló a la prensa hispana en medio de sus sonrientes colegas.
''Si hay un hilo conductor, es mi voluntad de encarar asuntos que pueden ser controversiales'', explicó Martínez. "Vengo a hacer cosas, no a huir de los problemas''.
La legislación pasó el Senado, pero sigue siendo un punto conflictivo con la Cámara. Sin embargo, Martínez ganó elogios de ambos partidos: el senador Ted Kennedy, demócrata por Massachusetts, reconoció la perseverancia de Martínez promoviendo el proyecto de ley de inmigración y el senador John McCain, republicano por Arizona, observó que el senador de origen cubano tenía ''la experiencia y los antecedentes'' para hacer aprobar el proyecto de ley.
Con la discusión sobre inmigración prácticamente paralizada, Martínez trabajó tras bambalinas con el presidente del Comité de Energía del Senado Pete Domenici, republicano por Nuevo México, en un proyecto de ley que abre una amplia sección del Golfo de México a la perforación de petróleo y gas pero que pone las operaciones a, por lo menos, 125 millas de las costas de la Florida.
Martínez y Nelson habían trabajado juntos en un proyecto de ley que abría un área más pequeña a la perforación, pero Martínez planteó que la legislación no se estaba moviendo.
''Si iba a haber un acuerdo, iba a pasar a través de mí'', dijo, reconociendo que aunque él y Nelson trabajaban juntos, no se podía decir lo mismo de Nelson y Domenici. Este último se había sentido irritado el año pasado cuando Nelson amenazó con obstruir un proyecto de ley sobre energía.
El acuerdo conseguido obtuvo evaluaciones contradictorias para Martínez. Algunos vieron la legislación del Senado como una mejora en relación con el proyecto, mucho más radical de la Cámara, pero otros dijeron que había hecho muchas concesiones.
En la entrevista, Martínez dijo que no era posible satisfacer a todo el mundo. Algunos no están de acuerdo con su posición en la inmigración, prefiriendo una estrategia de hacer cumplir la ley y garantizar la seguridad de la frontera. Por otra parte, dijo, ''los ecologistas duros'', están disgustados con el acuerdo de perforar.
''Pero'', dijo, ''creo que, en general, la gente aprecia el liderazgo y he estado recibiendo muchos elogios en mi estado. No es que haya hecho ninguna encuesta'', añadió riendo. "Pero Charlie Christ (candidato republicano a gobernador) todavía quiere que haga campaña por él, y eso es una buena señal. Christ sí hace encuestas''.
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