VIVIANA MUÑOZ
El Nuevo Herald
Miguel Angel Remón mira por la ventana de su apartamento de La Pequeña Habana, pero sus ojos en realidad buscan los verdes prados de su barrio rural de Jibacoa, en el oriente de Cuba.
El centenario, que nació el 2 de agosto de 1906 en el citado barrio de Manzanillo, se remonta a su niñez en la escuela rural y su rostro se ilumina cuando afirma que en 1924 formó parte del primer grupo de jóvenes campesinos que estudiaron en la Granja Escuela de Santiago de Cuba.
''Allí recibí las herramientas necesarias para trabajar la tierra, cultivar el arroz y criar el ganado'', señala.
Su gran pasión era montar a caballo y ''correr la cinta'' en las fiestas campesinas, y fue en una de aquellas celebraciones donde conoció a una joven de ojos negros y cabellos azabaches, Amalia Esther Acosta, con la que se casó el 25 de marzo de 1931, y con quien tuvo seis hijos.
El sábado, sus hijos, 11 nietos y 11 bisnietos le celebraron sus 100 años de vida con una gran fiesta en el Hotel Sheraton. ''Le dimos un cake con la forma de la isla de Cuba y él se emocionó mucho y nos abrazaba a todos. Y entonces le cantamos el feliz cumpleaños, y su nieto Carlino tocó el piano'', recordó Rosita Remón, su hija mayor. ''Fue una velada inolvidable '', afirmó.
''El es muy cariñoso, alegre, sociable. Desde pequeña vi muchas amistades visitar nuestra casa y siempre nos ha enseñado el valor que tiene la verdadera amistad'', subrayó. "Todo su cariño se lo estamos devolviendo con creces, ahora, en su vejez.''.
Remón desarrolló su vida entre Jibacoa y Manzanillo, logrando tener su propia finca ganadera y arrocera.
''Siempre fue muy activo'', dijo Silvia Remón, la menor de sus hijas. "Fue miembro de la Logia Masónica, del Club de Leones, del Club 10, de la Colonia Española, y participó en todas las festividades de estas sociedades manzanilleras.
''Otra de sus grandes pasiones fue viajar'', agregó. ''En la década de los años 40 recorrió España, Francia, Italia, Bélgica y Estados Unidos'', dijo Silvia.
El centenario jibacoense lo tenía todo. Una familia unida, amigos, una activa vida social y bienestar económico. Pero su vida cambió abruptamente a partir de la llegada de Fidel Castro al poder en enero del 1959. Dos años más tarde le quitaron sus tierras.
''Con la llegada de Fidel perdió todo, su finca, su ganado, sus caballos, su tienda y vivió de la pensión que daba el gobierno, 60 pesos al mes'', dijo la hija mayor.
En 1975, Remón logró salir de Cuba con su esposa y, vía México, llegar a Estados Unidos, donde se reunió con sus hijos --Carmen, Miguel, Mario y Magdiel, además de Rosita y Silvia-- radicándose en Chicago. En Cuba quedó esta última, que pudo salir al exilio en 1995. En ese mismo año falleció su esposa, Amalia, de cáncer.
En febrero del año siguiente decidió trasladarse a Miami para estar más cerca de la comunidad cubana. Hasta los 90 años jugó dominó en Chicago, y en Miami pasa horas mirando los juegos de pelota y es un fanático de los Marlins.
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