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viernes, 8 de junio de 2007

Alvarez Guedes cumple 80 años con un humor que une a todos los cubanos.

WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald

Guillero Álvarez GuedesCon sus chistes punzantes y desenfadados, Guillermo Alvarez Guedes ha conseguido por los últimos cuarenta años lo que cualquier figura contemporánea ambicionaría como una proeza mayor: conciliar a los cubanos de la isla y del exilio, sin importar edades o ideologías, a través de la unánime voluntad de reír.

La popularidad del humorista --que hoy arriba a los 80 años-- logró afianzarse desde hace tiempo entre los exiliados y, a la vez, cautivar a los cubanos de la isla, que no han dejado de agenciarse sus discos, reproducirlos y hasta alquilarlos para fiestas y reuniones privadas, a pesar de que el nombre del artista fue borrado tempranamente por la censura castrista.

''Es un fenómeno increíble la popularidad que yo he mantenido dentro de Cuba'', relata Alvarez Guedes. ``Hace poco me contó una periodista italiana de un lugar semiclandestino en La Habana donde graban mis chistes en CD a petición de los clientes, el número 5, el 20; me llegan también muchos materiales por internet desde Cuba y de gentes que se han ido hace poco y están regados por Australia, Canadá, Argentina, Chile''.

Pero sus triunfos han desbordado también las fronteras de la cubanidad. Con 32 discos y millones de copias vendidas desde que en 1973 se decidiera comercializar su repertorio de chistes, Alvarez Guedes es capaz de sacarles carcajadas a españoles, chilenos, panameños y venezolanos sin ocultar su profunda esencia criolla. E incluso despertar el interés del público estadounidense, con un volumen que ha registrado las ventas más altas de toda su producción discográfica: How To Defend Yourself From the Cubans (Cómo defenderse de los cubanos), el número 14.

Nacido en el poblado de Unión de Reyes, provincia de Matanzas, el 8 de junio de 1927, Alvarez Guedes es reconocido como una enciclopedia viviente del humor costumbrista. Fue en su ciudad natal donde descubrió un día, fortuitamente, que tenía una especial fascinación por hacer reír. Contaba entonces con siete años y se ganó cinco pesos tras representar en un improvisado escenario la petición de mano de una doncella.

Tras probar suerte como cantante de tangos y empresario circense, viajó a Estados Unidos en 1946, donde sobrevivió lavando platos y cortando yerba antes de regresar a Cuba tres años después.

Muy pronto escalaría los primeros planos en la radio y la televisión cubanas. Como figura de CMQ-TV hizo historia con la representación de un borracho confianzudo en el popular programa Cabaret Regalías y, como productor musical, fundó en 1957 el sello discográfico Producciones Gemas, que grabó a artistas de la talla de Rolando Laserie, Elena Burke, Chico O'Farrill, Bebo Valdés, Celeste Mendoza y Fernando Alvarez.

''La Habana que vivimos nosotros ya desapareció y no volverá jamás'', enfatiza. ``El peor recuerdo de mi vida es el día que me fui''.

Abandonó la isla el 23 de octubre de 1960 rumbo a Nueva York, en el mismo avión que salieron para siempre la legendaria cantante Celia Cruz y su inseparable compañero, el músico Pedro Knight. Vino con la idea de un pronto retorno que, esperándolo por 47 años, ha dejado de interesarle.

''No me interesa ya el regreso'', confiesa. ``Me duele mucho cómo un solo tipo [Fidel Castro] destruyó a Cuba y la hizo semejante a él, descuidada y sucia... Es muy triste''.

Sin embargo, admite que consideraría retornar temporalmente a ofrecer un concierto para sus compatriotas tan pronto se produzca una transformación democrática en la isla.

''Hay un empresario que sueña con presentarme en la Plaza de la Revolución [en La Habana], pero preferiría un escenario como el Teatro Martí, que era el que más me gustaba de todos'', afirma el artista.

La espaciosa oficina de su hogar, en el suroeste de Miami, atesora fotos, carátulas de discos, caricaturas, afiches y objetos de memorabilia que recorren la carrera del actor teatral, cantante, comediante de radio y televisión, productor y empresario musical desde sus inicios, en 1949. Alvarez Guedes apunta hacia un cartel enmarcado de El Solar, espectáculo musical que protagonizó en el famoso cabaret Montmartre de La Habana, en 1953, junto a Beny Moré, Olga Guillot y Carlos Pous, con coreografía de Alberto Alonso.

''Fue un espectáculo de mucho éxito'', recuerda mientras se acerca al cartel. ``Debutamos un viernes con una acogida tremenda, pero el Beny vino con una borrachera que no podía sostenerse y, así y todo, salió la función... Lo simpático fue que cuando el Montmartre contrató a [el cantante] Maño López como posible sustituto, el Beny no faltó ni una vez''.

En la oficina consume mucho tiempo leyendo y escuchando música de todo tipo. Desde allí también realiza su programa radial de tres horas, que sale al aire de lunes a viernes por la emisora local Clásica 92.3. Sobre una mesa, varias carpetas guardan chistes y materiales para futuros programas y presentaciones.

Justamente por estos días perfila el espectáculo de chistes y monólogos con que celebrará su ochenta aniversario bajo el título de Más de medio siglo haciendo reír. La función única será el próximo 11 de agosto, a las 8 p.m., en el Miami-Dade County Auditorium, ubicado en West Flagler y la avenida 27.

''La finalidad es hacer reír constantemente'', asegura. ``Tengo todavía el récord de 2 horas con 55 minutos de chistes sin parar durante un espectáculo en el Carnegie Hall de Nueva York en 1987''.

Y, por supuesto, la presentación incluirá algunos de sus chistes antológicos sobre la condición cubana.

''El cubano es muy trabajador, emprendedor, luchador, y se aprecia mucho a sí mismo, pero también es envidioso, lo sabe todo y nunca le puedes dar una noticia, porque siempre conoce al protagonista de la noticia, habló con él o vivieron alguna vez en la misma casa'', detalla sonriente. ``El cubano no tiene nunca la culpa, lo de él es siempre mejor y más grande que lo del otro, pero es el ser con más sentido del humor y la picardía en la América hispana''.

Alvarez Guedes vive en Miami junto a su esposa Elsy, ex modelo de la CMQ, con quien contrajo matrimonio en 1954 ``pensando que sería para toda la vida''.

''Nunca fui un personaje típico de la farándula y siempre di prioridad a mi familia'', señala con satisfacción. El matrimonio tuvo dos hijas en Cuba y ya son abuelos de cuatro nietos.

Su única preocupación con la edad era no llegar a los 80 convertido en ``un viejo cagalitroso''.

''Lo único que no quería era perder la cabeza y tener un pase a tierra'', asevera. ``Siempre he pensado y sentido como un hombre joven... Ni el recuerdo ni la nostalgia me interesan para nada, me entristecen''.


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