POR CHRISTINE ARMARIO ASSOCIATED PRESS
10/26/2014 12:39 PM
Los cadáveres aparecieron a 32 kilómetros (20 millas) de una popular playa del sur de Florida: Cuatro hombres, todavía jóvenes. Sus restos lucían gravemente deteriorados: mordidos por tiburones y con rostros irreconocibles.
Uno tenía una cicatriz en forma de herradura en la cabeza. Dos tenían tatuajes: Uno de una araña, y el otro de un tigre con una flor. El cuarto llevaba un par de calzoncillos naranja y un reloj dorado.
La Guardia Costera de Estados Unidos los entregó a la oficina del médico forense del condado de Broward, donde permanecieron durante días. Se trató de cuatro muertos más entre los miles que han perecido tratando de cruzar el turbulento Estrecho de Florida.
A menudo los restos de balseros que llegan a aparecer cerca de las costas de Estados Unidos están en tal mal estado que no pueden ser identificados visualmente, pero las relaciones políticas hacen ese proceso aún más difícil con los inmigrantes cubanos. Debido al estancamiento diplomático de cinco décadas entre Estados Unidos y Cuba, los patólogos no pueden buscar los registros dentales o de ADN de familiares en la isla.