martes, 23 de septiembre de 2008

DANIEL SHOER ROTH
El Nuevo Herald

La composición demográfica de Miami-Dade, uno de los condados con mayor índice de hispanos en Estados Unidos, está experimentando un proceso de cubanización a marcha acelerada.

Por años, la inmigración de hispanos no cubanos diversificó la población latina en Miami-Dade, pero estadísticas del Buró del Censo que saldrán a la luz este martes muestran que en el transcurso del siglo XXI, la población cubana ha crecido significativamente en términos porcentuales entre todos los hispanos, revirtiendo una tendencia demográfica que se produjo a partir de la década de los años 70.

La explicación: la población de cubanos en Miami-Dade se ha incrementado rápidamente, sobrepasando en gran medida el crecimiento de la población hispana no cubana.

Del 2000 al 2007, la cifra de cubanos creció en más de 144,000 a casi 795,000. Paralelamente, el número de hispanos no cubanos subió en menos de 22,000.

A propósito de esa tendencia, el año pasado un 54 por ciento de todos los hispanos en Miami-Dade eran cubanos, comparado a 50 por ciento en el 2000. El porcentaje de hispanos no cubanos --incluyendo colombianos, argentinos, venezolanos y otros-- cayó de 41 por ciento a 37 por ciento.

Los hispanos no cubanos incluyen a la mayoría de los hispanos de Centro y Sudamérica y el Caribe, pero la categoría no abarca a los mexicanos y puertorriqueños, que componen los grupos hispanos mayoritarios en Estados Unidos.

Los datos del Censo se basan en la Encuesta Comunitaria Estadounidense, que incluye a cubanos nacidos en Estados Unidos y en la isla.

"Hay un proceso de cubanización nuevamente'', señaló Thomas Boswell, experto en demografía de la Universidad de Miami.

El catedrático explicó que la población de cubanos subió exponencialmente desde comienzos de los años 50 hasta mediados de los 70, período que comprende la crisis política, el triunfo de la revolución liderada por Fidel Castro y las primeras oleadas masivas de exiliados que escaparon de la isla.

No obstante, durante las últimas décadas del siglo XX, grandes cantidades de otros latinoamericanos comenzaron a asentarse en el sur de la Florida debido a las crisis políticas y económicas en sus países.

La desaceleración del crecimiento de la población hispana no cubana en Miami-Dade pudiera tener dos explicaciones, consideró Boswell.

Por un lado, en vez de asentarse en Miami-Dade familias suramericanas se están mudando al condado Broward o a otras ciudades como Nueva York y Los Angeles.

De hecho, en Weston y Miramar, dos enclaves hispanos en Broward, los cubanos no representan la mayoría. En Miramar hay 24,000 residentes hispanos no cubanos, el doble que los cubanos. Y en Weston, los cubanos representan solamente el 20 por ciento de la población hispana.

Además, en la medida en que algunas economías latinoamericanas como la argentina, chilena y brasileña han mejorado --y la situación financiera en el sur de la Florida se ha empeorado -- muchos inmigrantes de esos países han optado por regresar, según evidencia anecdótica.

Sea cual fuera el caso, los nuevos datos del Censo ratifican investigaciones recientes y estadísticas oficiales de inmigración sobre el flujo de cubanos hacia el sur de la Florida en los últimos siete años.

Un estudio reciente del Centro de Estudios Cubanos y Cubanoameericanos (ICCAS) de la Universidad de Miami, por ejemplo, concluyó que desde el 2000 han llegado más cubanos que durante el éxodo del Mariel en 1980, y la crisis de los balseros de 1994, en conjunto.

El informe Coming To America: the New Cuban Migration Crisis, basado en cifras de las agencias federales, computó unos 162,190 cubanos entre ambos éxodos, comparado a un estimado de 191,445 entre el 2000 y el 2007. Los cálculos del reporte del ICCAS abarcan a la totalidad de cubanos registrados en Estados Unidos, no sólo los que residen en el sur de la Florida.

Los expertos indican que la política de pies secos-pies mojados, establecida tras la crisis de los balseros de 1994, también contribuyó al incremento de la población local de cubanos.

Para ponerle fin al éxodo descontrolado de balseros a través del estrecho de la Florida, la administración de Bill Clinton llegó a un acuerdo con el gobierno de Cuba en 1995 para retornar a cualquier cubano interceptado en altamar. Aquéllos que llegan a tierra seca pueden quedarse y beneficiarse de la Ley de Ajuste Cubano (CAA), que les permite obtener la residencia permanente en el país.

Los acuerdos migratorios de 1994 y 1995 contemplaron además la concesión de 20,000 visas anuales para los cubanos que desean abandonar la isla, lo que ha incrementado decisivamente el flujo migratorio hacia Estados Unidos durante la última década.

Al mismo tiempo, desde finales de los años 90 cada vez más cubanos han usado la frontera entre Estados Unidos y México para ingresar al país, en la mayoría de los casos tras llegar a un tercer país centroamericano por vía marítima. Las cifras del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) sitúan en unos 13,000 los cubanos que llegaron a un punto fronterizo o puerto estadounidense durante el pasado año fiscal.

Las estadísticas del Censo también ratificaron que los hispanos continúan creciendo como la gran mayoría del condado Miami-Dade: Los hispanos representan el 62 por ciento de la población, cinco puntos porcentuales más que en el 2000, cuando constituían el 57 por ciento.

Eso convierte a Miami-Dade es el tercer condado de Estados Unidos con la mayor población hispana de Estados Unidos, detrás del Condado Los Angeles y el Condado Harris (Houston), en Texas.

Mónika Leal, editora de investigación de The Miami Herald, colaboró con este reportaje.


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