By ERWIN PEREZ
Especial/El Nuevo Herald
Julio A Martinez/Especial El Nuevo Herald
Con una gran fiesta se celebra la reinauguracion de Kimbarcumbara
En la Calle Ocho, a la altura de la avenida 17, instala su concepto de mesas y escenario para músicos o actores este local que invita a la concentración y la intimidad
Desde hace años la Calle Ocho viene amenazando con convertirse en un interesante área para el esparcimiento. Con el Café Hoy como Ayer por aquí, los Viernes Culturales por allá, la tienda de videos Marakka 2000 o la de música, Lily's Records, se hace un espacio digno de ser recorrido de vez en cuando, aunque el círculo no ha terminado de cerrarse en ese sentido. Quizá con la irrupción de Kimbaracumbara el asunto empiece, por fin, a tomar cuerpo.
¿Qué es este lugar con nombre de canción popularizada por Celia Cruz? Un local emplazado en el antiguo Joe's Bar, en la arteria más famosa de Miami, a pasos de la avenida 17 y pegado a Casa Panza. Según su propietario --Fabio Díaz, nada menos que el codueño de Hoy como Ayer--, en el Kimbaracumbara pueden caber 120 personas. No es un restaurante, es un café concert. ¿Y qué es un ''café concert''? ''Un lugar de espectáculos en el que el artista puede interactuar con el público'', explica la actriz Vivian Ruiz.
Vivian dio su definición --una de las que más encajan en el concepto de Café Concert-- el sábado pasado, durante la noche de reinauguración de la nueva perla nocturna de La Pequeña Habana, que ya tuvo su primera presentación en sociedad en julio. "Esto es bello, de buen gusto", comenta por allí la publicista María Romeu, quien, de paso, remarca algo que pasa inadvertido para los desconocedores de la religión yoruba: Kímbara está dedicado a la diosa Ochún, la Virgen de la Caridad del Cobre para el catolicismo.
En efecto, luego de trasponer la inmensa puerta de madera del local uno se encuentra con una virgen de yeso gigante, junto a la que brillan de igual manera radiantes ramos de flores amarillas (rosas y orquídeas), color característico de Ochún. Como si la cubanía no estuviera más que patentada en cuanto al flamante café concert, del otro lado del muro de la Virgen hay una poderosa imagen tallada en madera con el rostro de Celia.
En la velada inaugural hubo problemas con el aire acondicionado --inconveniente que fue solucionado al día siguiente--, por lo cual al entrar primero se debía superar la sensación de estar en una minisauna. Abundante mojito y otras bebidas frías ayudaban a recuperar la compostura. Muchas caras conocidas, de la cultura (el director teatral Max Ferrá, por ejemplo), de la televisión (María Montoya), de la música (Annia Linares, Lena), de la radio (Javier Ceriani), y, cómo no, de la política (el comisionado y ''cantante'' Joe Sánchez).
Lo del buen gusto, señalado por la Romeu, es indiscutible. A quienes hayan estado en Joe's alguna vez les costará reconocer el lugar tras la lavada de cara de la nueva administración. Kimbaracumbara luce como un teatro. En la sala destacan las paredes color terracota, poco iluminadas, llenas de fotografías con escenas de obras teatrales representadas en Miami en las últimas décadas, en versión teatral de lo que Pepe Horta hizo, con fotos de cantantes y músicos, en Hoy como Ayer cuando lo abrió como Café Nostalgia.
Techo bajo y escasa luz en general, llamando a la intimidad, a la concentración y a poner toda la atención en el fondo, donde está el escenario. La tarima es pequeña pero proporcionada para el local. Cabe allí con comodidad una banda de cuatro o cinco músicos, o pocos actores, como se estila en las obras de los café concert de las grandes capitales latinoamericanas. Por ejemplo, actualmente sube a escena allí un unipersonal: Cuando Teodoro se muera, los viernes y sábados, a las 8:30 p.m., y los domingos, a las 5 p.m.
El sábado pasado, justamente, una de las maestras de ceremonia de la festiva (y calurosa) apertura fue la protagonista de la pieza, Vivian Acosta, ataviada como su personaje (Nicolasa). También aparecieron en la tarima, delante de la cual había dispuesta una docena de mesas, artistas que pondrán el toque musical a la programación del local, como Luis Enrique, Fulano y Rayito, y la leyenda vida que es el autor de Tú me acostumbraste, Frank Domínguez.
Estoica y eternamente de buen carácter, María Montoya fue una de las que presenció casi todo el espectáculo, aunque, como la mayoría de los concurrentes, en algún momento salió a la vereda a tomarse un respiro. Casi al final, la presentadora principal de los noticieros del Canal 51 se animó a señalar un par de las fotos de la pared. ''Mira, ahí estoy yo'', dijo, apuntando tímidamente con el índice una imagen de su época de actriz, en los años 80, en plena obra sobre la vida de la compositora María Griver.
El que cada vez está menos tímido con el micrófono y el escenario es el anfitrión de la noche, Díaz, que, claro, jura que Kimbaracumbara no es competencia de Hoy como Ayer. En un momento el laborioso empresario coronó la noche de manera sentimental manifestando a los presentes que el local "es mi nuevo hijo que espero que cuiden como yo". Fue un buen momento para que todos levantaran las copas y brindaran por él, por Kimbaracumbara, y, por qué no, por los artistas de Miami.
Café Teatro Kimbaracumbara, 1644 SW Calle 8.