La Asociación Cubana de Santander, integrada por tantos exiliados de la bella isla caribeña, ha sido, tradicionalmente, ejemplar en muchos aspectos, sobre todo en la laboriosidad de sus integrantes. La proximidad de las Navidades le hace presente para pedir ayuda.
-He recibido una carta de la Asociación Cubana santanderina en la que se me envía un número de la Lotería de Navidad, exactamente el 70.304, puesto por ellos a la venta para obtener algún ingreso, puesto que de este sorteo y de la mínima aportación de sus socios subsiste -«no tenemos financiación alguna oficial o privada»- Y lleva muchos años entre nosotros, puesto que se fundó en 1967 -contaba ayer don Tertulio.
-Lo cierto es que estos cubanos, o españoles 'cubanizados', saben buscarse la vida.
Yo he conocido a algunos de estos exiliados, alguno tan conspicuo y señalado 'anti', como Enrique Trueba, natural de Arredondo, que en aquella isla regentaba con familiares una fábrica de café; o personajes de nuestra vida ciudadana, como Manolo Almeida, el que fuera secretario de los Astilleros del Atlántico, el hombre afable de la voz grave. Y ejemplos más recientes, la familia que regentara el negocio Nistal; o nuestro célebre Víctor de la Sota destacado publicista, presidente y alma de la sociedad. Un hombre de color, Hermes, se gana aquí la vida como excelente pianista; y así, tantos otros -corroboró don Corolario.
-Ellos, sin duda, heredaron el espíritu emprendedor de aquellos 'indianos' que dieron impulso a tantos negocios en Cuba y crearon tantos ingenios, dándole prosperidad. Y hablo de gentes de nuestra tierra, montañeses ilustres, como el Marqués de Valdecilla, que encabeza la gloriosa nómina -terció don Ceanúreo.
-¿Quién, por otra parte, no ha tenido algún pariente que fuera a Cuba en busca de fortuna? Larga y bella historia. A ver si ese número les trae fortuna -acabó don Tertulio.