domingo, 16 de julio de 2006


ROBERTO KOLTUN / El Nuevo Herald
EDUARDO SUÑOL, un joven cubano exiliado comenzará a trabajar en la cadena de televisión ABC luego de graduarse en la Universidad de Columbia.
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Posted on Sun, Jul. 16, 2006


WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald

El pasado año, cuando Eduardo Suñol se vio ante el reto de elaborar su ensayo de aceptación para la Maestría de Periodismo en la Universidad de Columbia, no vaciló en decidir que escribiría sobre el significado de la libertad. O más explícitamente, sobre las sutilezas que la libertad puede comportar entre dos circunstancias extremas de la vida.

Entonces brotaron de su memoria las imágenes de un campo de fresas en Ceiba del Agua, en el sur de La Habana, donde tuvo que trabajar como estudiante becado a los 14 años. La vigilancia impuesta sobre la cosecha era tan severa que al término de la jornada laboral les revisaban hasta la boca para comprobar que ninguno de los adolescentes había probado aquellas ``frutas prohibidas''.

''Aprendimos a tragarnos las fresas enteras o mascábamos papel de cartucho para que desaparecieran los rastros de las fresas que nos comíamos'', recordó el joven cubano. ``Para mí la libertad consistía en poder comerme alguna vez una fresa sin temor a represalias''.

Pero mucho tiempo después, en Nueva York, aferrado al sueño de triunfar como inmigrante y ejercer la profesión periodística, la libertad cobraba otras dimensiones y otros sabores que desbordan el placer de degustar la más espléndida ración de fresas en la tranquilidad del hogar.

Suñol, de 32 años, está disfrutando unas breves vacaciones con su familia en Miami antes de asumir la semana entrante una nueva etapa profesional como productor asociado de la cadena televisiva ABC. Sus credenciales como el Mejor Estudiante del Año entre los 256 graduados de Periodismo en Columbia en el curso del 2006, le allanaron el camino para disputarse opciones de privilegio en un mercado laboral competitivo.

''Eduardo Suñol es un joven periodista excepcionalmente inteligente, creativo, muy agencioso y con mucho entusiasmo en desarrollar relatos que informen al público'', consideró David A. Klatell, el vicedecano docente de la Escuela de Periodismo en Columbia. "Esa combinación se está haciendo rara hoy día en el periodismo''.

Klatell agregó que entre los profesores y alumnos de esa universidad se reconoce a Suñol como "uno de esos individuos que sólo pasan por allí cada cierto número de años, y que merece enteramente su clasificación como número uno en su clase de graduados''.

Suñol dice que alcanzar ese honor académico en una clase con mayoría de estudiantes anglos ha sido "uno de los momentos más especiales de mi vida''.

''Fue un reconocimiento a mis años de esfuerzos y desvelos, al respaldo de mi esposa, a mi familia, pero también una reafirmación de lo que podemos lograr los inmigrantes hispanos cuando nos lo proponemos'', declaró.

La ruta del éxito de Suñol comenzó a fraguarse, paradójicamente, tras ser expulsado del Instituto Superior Pedagógico de La Habana en 1992 por su presunta "apatía ante las tareas revolucionarias''.

''Había pasado toda la secundaria básica y el preuniversitario trabajando en el campo y en el tercer año de la carrera me cansé, y le dije al decano que no iba más al campo, que ya yo había aportado suficiente a la revolución, y que quería dedicarle más tiempo a la universidad'', relató. "Me botaron''.

Tomó algún tiempo para recuperarse de la decepción y tratar de encaminarse como sonidista y editor de emisoras radiales. Pasó luego a trabajar en el espacio Colorama de la televisión cubana, y así fue naciendo su interés por el mundo del periodismo y la comunicación, fascinado siempre por "la otra historia detrás de la historia''.

Intentó reiniciar estudios de filosofía e historia en los cursos universitarios para trabajadores, pero ya comenzaba a darle vueltas en la cabeza la idea de abandonar la isla.

''Quería hacer mi vida sin intervención de nadie'', confesó el periodista, que es nieto del fallecido comandante revolucionario Eddy Suñol. (No llegó a conocer al abuelo, que se suicidó en 1971).

Por gestión de unos amigos, logró salir rumbo a Argentina en noviembre de 1999 para estudiar en la Universidad de Tucumán, pero un mes después se las agenció para viajar a Estados Unidos.

Como suele suceder con los inmigrantes cubanos, se radicó en Miami y empezó a ganarse el sustento para salir adelante. Su primer empleo fue como camarero del popular restaurante Versailles en la calle Ocho.

''Fue una experiencia enriquecedora porque conoces la vida del inmigrante desde cero'', explicó. "Había allí gente excelente, pero a los seis meses me puse como meta odiar ese trabajo como vía para superarme''.

Se fue a Nueva York y laboró como camarero de un restaurante, jardinero y barman hasta que consiguió una plaza de escritor en la estación local de Univisión, en el horario de la madrugada. Un año después obtuvo empleo en el Diario La Prensa.

''Trabajaba y estudiaba al mismo tiempo mientras iba mejorando el inglés'', rememoró. "Pensé que iba a volverme loco''.

Tras vencer el examen nacional de inglés (TOEFL), Suñol cursó una licenciatura en Comunicación en el legendario Hunter College de Nueva York, donde se graduó con honores y promedio académico de 3.5 en el 2004. Pero ese era tan sólo el escalón inicial de una codiciada meta: ingresar en la Escuela de Periodismo de Columbia, meca de los estudios de comunicación en Estados Unidos.

''Estaba muy enfocado en entrar a Columbia por todo lo que significa esa universidad, y me aceptaron entre 1,500 aspirantes'', manifestó. "El día que recibí la noticia esperé a mi esposa para ir juntos esa noche a ponerle unas rosas a la estatua de Joseph Pulitzer [1847-1911] en señal de agradecimiento... eso es lo menos que puede hacer un inmigrante en este país: agradecer''.

Para lograrlo tuvo que dejar el trabajo y pedir un préstamo de $60,000, pues Columbia exige dedicación a tiempo completo a sus alumnos de maestría.

Su tesis de graduación fue un documental titulado Second Chance Mothers, que refleja el drama de madres ex convictas por delitos de drogas en su batalla por reorientarse socialmente al salir de la prisión.

Como estudiante más destacado de su graduación, Suñol recibió una beca dotada de $7,500 para realizar una investigación periodística en el país o la región del mundo que él escoja antes del 2009. Aunque todavía no tiene nada decidido, anda a la búsqueda de "un tema de impacto social, que represente algo para la gente''.

Por lo pronto se propone adquirir experiencia en la televisión estadounidense para en un futuro "ofrecer mi contribución a los medios hispanos''.

El profesor Klatell advierte en él un particular talento como periodista de televisión e internet: "No tengo dudas de que tendrá éxito e impondrá su influencia en moldear el futuro de las noticias por vía electrónica, especialmente en el desarrollo de coberturas profundas de la cultura hispana en este país''.

wcancio@herald.com


viernes, 14 de julio de 2006


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ROBERTO KOLTUN / El Nuevo Herald
ALBERTO HERNANDEZ, un cubano de cuarenta años que trabaja como guardia de seguridad y es un figura en el ajedrez.
IVETTE LEYVA MARTINEZ
Especial para El Nuevo Herald

Quien eche un vistazo al currículo laboral de Alberto Hernández jamás descubrirá su verdadera vocación. Durante la semana el balsero de 40 años trabaja como guardia de seguridad en un edificio, y se le puede encontrar en las madrugadas de viernes y sábado en el club nocturno La Covacha laborando como asistente de administración.

La mayoría de las personas con las que se cruza a diario ignoran que Hernández es un maestro de ajedrez. Integra el equipo que durante cuatro años consecutivos ha colocado al Miami Dade College (MDC) entre los tres principales de la nación a nivel universitario, después de doblegar a los reyes de clubes como Harvard, Yale, Princeton y Chicago.

Hernández, estudiante de inglés del Miami Dade, es un ajedrecista nato que ha dedicado casi toda su vida al juego ciencia.

''Soy muy práctico, intuitivo, no me gusta estudiar mucho. Prefiero improvisar en la apertura y luego desarrollo el partido sobre la base de mis conocimientos de estrategia y técnica'', comentó.

A los nueve años un tío le enseñó a mover las piezas en su natal San Antonio de los Baños, y a los 11 entró en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE), donde comenzó a estudiar. Ganó medalla de oro en tres competencias escolares nacionales y llegó a integrar el equipo cubano de ajedrez.

En 1983 quedó en tercer lugar en el Panamericano Juvenil que se realizó en Lima, Perú, y entre los 10 primeros en el Mundial Juvenil celebrado en Finlandia ese mismo año.

Tras graduarse como Licenciado en Deportes en 1988 se dedicó a entrenar a ajedrecistas, entre ellos a la Gran Maestra Vivian Remón.

``Me gusta más entrenar que competir", confesó Hernández. ``Los resultados son más visibles''.

Además de participar en varias competencias internacionales, Hernández fue entrenador del equipo femenino de ajedrez de Venezuela, entre 1991 y 1992.

A su regreso del país sudamericano, ''mi vida empezó a cambiar'', relató. ``Sospecharon que me iba a quedar en el extranjero a la primera oportunidad. Gradualmente comenzaron a marginarme''.

En agosto de 1994, junto a varias personas, Hernández entró en un barco griego anclado en el puerto de El Mariel, con la esperanza de escapar de Cuba.

``Tres días después nos bajaron con chorros de agua", recordó. ``Los miembros del contingente Blas Roca nos estaba esperando con tubos para entrarnos a golpes, y si no lo hicieron fue gracias a la intervención de la gente del pueblo del Mariel, que impidió que nos tocaran".

Al mes siguiente Hernández se lanzó al mar en una balsa. Fue rescatado por un guardacostas norteamericano y llevado a la Base Naval de Guantánamo, donde pasó nueve meses y medio. Ni siquiera allí abandonó su pasión por el ajedrez.

''Para hacer las piezas derretíamos las cajas de plástico donde nos daban la comida, y usábamos el anillo de la lata de Coca Cola para diferenciar al Rey de la Dama, hasta que los guardias nos dieron juegos de plástico'', relató. ``También organizamos competencias entre los campamentos''.

Al llegar a Miami, Hernández trató de mantenerse como ajedrecista activo, pero no tenía dinero suficiente para costear la inscripción en los torneos. Tuvo que dedicarse a sobrevivir y sus vínculos con el ajedrez se limitaron a alguna que otra visita a la Academia Internacional de Ajedrez de la Calle 8, para jugar rapid transit y ver a los amigos.

En La Covacha, donde comenzó a trabajar como guardia de seguridad en 1996, conoció a Rodelay Medina, y gracias a esa amistad regresó al ajedrez.

''Nos poníamos a jugar partidas a ciegas, recitando el lugar de cada pieza en el tablero. Ese era nuestro entrenamiento'', recordó.

Medina fundó el equipo de ajedrez del Miami Dade College de manera fortuita: en el 2002 se enteró de que el Torneo Panamericano Universitario de Ajedrez se realizaría en esta ciudad, y convenció a Hernández y a otros dos ajedrecistas, también estudiantes del centro, para que se inscribieran junto a él como equipo del College.

''Rodelay nos avisó una semana antes, así es que no nos preparamos'', rememoró Hernández.

El cuarteto le quitó solemnidad al torneo. ''Los demás andaban con trajes, nosotros fuimos en shorts y camisetas, hasta en chancletas, parecíamos más un equipo de jugar bolos'', dijo Hernández.

El improvisado equipo quedó en tercer lugar, y Hernández incluso derrotó a Pawel Blehm, Gran Maestro de origen polaco y considerado uno de los mejores ajedrecistas juveniles del mundo.

Los deportistas recibieron el respaldo inmediato del Miami Dade College, que en el 2004 recibió el premio a la Universidad del Año otorgado por la Federación Estadounidense de Ajedrez.

Actualmente el equipo está integrado por Medina, Hernández, Charles Galofre y Reinier González, además de los suplentes Alexander Villafuentes, Gilberto Fuentes y Alejandro Allen bajo el asesoramiento del profesor René García.

Sólo dos equipos han superado al de MDC: el de la Universidad de Maryland en el condado Baltimore (UMBC) y el de la Universidad de Texas (UTD). Ambos centros reclutan jugadores y les ofrecen estipendios y becas de hasta $30,000 dólares, un lujo que el Miami Dade no se puede dar.

''Se supone que un ajedrecista entrene ocho horas diarias, pero nosotros no podemos'', comentó Hernández. ``Yo juego por la internet y trato de prepararme 15 días antes de la competencia. La preparación física es fundamental: hago cardiovasculares cuatro veces por semana''.

El deportista considera que al equipo del MDC le ha ido tan bien gracias a la base de conocimientos adquirida en Cuba y ``porque tenemos talento, que es una cosa innata''.

Hernández habla con entusiasmo del movimiento ajedrecístico que ha impulsado el éxito del equipo de MDC. ``Hemos organizado dos torneos de preuniversitario y también topes entre los recintos del college''.

Ahora que el estado de la Florida reconoció su título de profesor de Educación Física Hernández sueña con volver a entrenar ajedrecistas. ''Ya estoy buscando trabajo'', afirmó con optimismo.

IvetteLeyva@yahoo.com


Posted on Fri, Jul. 14, 2006


JORGE EBRO
El Nuevo Herald

Angel Fleitas acaba de realizar la última jugada sobre el terreno de la vida, pero no dejará de actuar en la memoria de quienes le recuerdan como una leyenda del béisbol cubano de todos los tiempos.

Tras una batalla contra la leucemia, Fleitas falleció en Miami a los 91 años de edad y con él se va uno de los últimos exponentes de una época dorada, donde los jugadores eran considerados casi dioses.

''No es porque fuera mi hermano, pero era un gran pelotero'', expresó ayer Andrés Fleitas, uno de los mejores receptores que pasó por el plato del Almendares. ``Se desempañaba muy bien en la segunda y como shorstop''.

Al igual que Andrés, Angel comenzó a jugar en las ligas de los centrales azucareros y no podía ser de otra manera, puesto que él había nacido en el Constancia, municipio de Abreu un 10 de noviembre de 1914.

Su desarrollo se aceleró al integrar la Unión Atlética Amateur, donde escribió algunas de sus mejores páginas con el Deportivo Matanzas.

Fleitas fue uno de los jugadores más importantes para la conquista del título nacional en la contienda de 1943, cuando el Matanzas terminó con marca de 23-5.

''Angel fue vital en el choque decisivo contra el equipo del Círculo Militar'', recordó Andrés. ``Además, había jugado una defensa de altura''.

Ese mismo año, Angel se destacó, pero con el madero en la mano al guiar a Cuba al triunfo en la Serie Mundial amateur y quedar como líder de los bateadores con promedio de .371 (35-13).

Después del 45, debutó en la Liga Profesional Cubana. Estuvo poco tiempo con el Almendares y luego con el Marianao y el Cienfuegos, pero su paso por Grandes Ligas fue muy breve -apenas 15 encuentros- con los Senadores de Washington.


domingo, 9 de julio de 2006

Posted on Sun, Jul. 09, 2006

By ALFREDO TRIFF
Especial/El Nuevo Herald

La muestra La comedia humana del pintor cubanoamericano Arturo Rodríguez, en el Museo Bass de Miami Beach, es un convite para los amantes de la buena pintura. Rodríguez ha sembrado un recorrido artístico exitoso en numerosas exhibiciones personales, colectivas y una obra incluida en colecciones como la del Museo Metropolitano de New York, el Lowe y el Frost de Miami, entre otros.

El título de la muestra juega un poco con la idea de resumir aspectos de la naturaleza humana, que Balzac soñó con fundir en una obra única. Rodríguez debe saber que, en algún momento, el gordo genial se dio cuenta que era demasiado y renunció a ello. Por eso el artista vuelve a bregar con lo que siempre ha hecho: exponer la cambiante existencia humana.

Para comprender mejor la comedia hay que hacer un poco de historia. La obra pictórica de Rodríguez destapa en los 80. Una pintura de vivos colores, de un realismo muy personal que recuerda la obra del Max Beckman temprano, o el ruso Chagall. La temática preferida de Rodríguez es el destierro y el semblante triste de la vida doméstica. Algo eremita, Arturo es astuto observador de la vida hogareña que Wilde una vez, refiriéndose al dramaturgo Ibsen, describiera como ``doble borde de placidez y hastío''.

El aspecto más original del arte de Rodríguez en los 20 años que van del 80 al 2000, es la trasgresión espacial en función de la trama narrativa. Hay una marcada influencia de Chagall, pero a diferencia del maestro ruso, Rodríguez no busca un simbolismo. Más bien se trata de una superposición de memorias simultáneas: Lo que fue o lo que pudo ser, lo que es y lo que sería.

Apuntalado por una perspectiva de tres puntos (también llamada ``en fuga''), Rodríguez sustenta al menos tres etapas de un desenlace. Son puntos de vista que entretejen un montaje extraño, salido de la hipótesis de los mundos paralelos de un Sydney Shoemaker. En medio de esa oscilación temporal, los personajes de Rodríguez parecieran flotar. Malinterpretada por muchos como nave, esta atmósfera --más bien perpleja y taciturna--está suspendida en un adluego enigmático.

A principios del 2000 la pintura de Rodríguez se torna monocromática, más desamparada y ausente. Su variedad narrativa se reduce a interiores blancuzcos donde la pareja se esfuma en el olvido. Es el momento desolador y más nihilista de su pintura. Es, en una palabra, el insilio.

Entonces el artista buscó inspiración en la escultura, con una serie de estatuillas que exhibiera en la galería Elite Fine Arts. Rodríguez indagaba en la poesía de Rainer María Rilke, en sus Elegías del Duino. La vida del pintor se avenía a la segunda elegía: ``Nosotros, siempre que sentimos nos evaporamos... nos exhalamos... nos disipamos; de ascua en ascua soltamos un olor cada vez más débil''.

El filósofo Peter Sloterdijk ha dicho que la música, más que ningún otro arte, es capaz de comunicar humor. No hay más que ir a su casa para constatar que Arturo Rodríguez vive casi sepultado bajo el peso de la música. Por esos años entre el 2000 y el 2003 el pintor oye de todo, pero en particular le llega la sensualidad del flamenco, la nostalgia del fado, el pulso del jazz y la música Afro-Cubana: las bulerías de Camarón, los melismas de Amelia Rodríguez y Tété Alhino, al canto jondo de Morente, la delicadeza de Bill Evans y la vibra de Beny Moré. Ese reino abstracto de la música es ideal energía potencial y acicate de influencias.

Rodríguez da cabida a maestros del género del cómic como Basil Wolverton, Jack Cole, Crumb y el genial actor y grabador japonés Sharaku. De los primeros sale una propensión a la chispa; del nipón, una predilección por el mapamundi eterno de la cara humana. Ingredientes todos que nos llevan al entremés agridulce que Rodríguez nos sirve.

La dilatación consabida de los puntos en fuga desaparece. El pintor se concentra en la figura misma, en su verdad: El rostro es el espejo del alma. Siguiendo un aparente retratismo convencional, Arturo aprieta la tuerca. Vuelve el color y en algunos cuadros --acaso por primera vez-- el viso de una pelma sonrisa.

En la comedia del Bass hay obras excelentes como Niño en rojo. El chico juega con un avión de juguete. Su carota cubre todo el cuadro, mientras la nariz se retuerce y la mano derecha descansa sobre su tabique, cerca del ojo que parece navegar a estribor. El trabajador es un autorretrato en que el perfil grave de Rodríguez irrumpe en la parte superior de la tela, mientras la oreja derecha queda colgando como si escuchara --imagino-- a un gitano del jazz como Django Reinhardt.

El mesero nos presenta a un hombre con saco blanco y corbata azul, sentado sobre una silla de madera contra un fondo oscuro. La cabezota del fulano se comprime junto a las sienes y parece ponderar ''Y yo ¿qué hago aquí?''. En El abogado vemos al profesional acomodado sobre un sillón moderno, vistiendo camisa de mangas largas, tirantes y lacito carmesí. Nos mira con sus ojos abultados, pero sus labios delatan un humor íntimo y mayúsculo. Ambos son retratos oscultatorios de la psiquis.

Ese anterior desfile de personajes tipo compone la comedia diaria del artista. Más aún, Rodríguez se divierte reinterpretando a maestros de la historia de la pintura que admira: En La bailarina, le sigue el paso a Degas, en Madame X a John Singer Sargent. El bañista es una parodia de Cezanne, y El lector de Balthus.

Está claro que el pintor ha descubierto un tremendo caudal en la distorsión encefálica. Pero ¿qué queda por hacer después de piezas tan expresivas como Hombre con espejuelos, La actriz, Cabeza 1 y Cabeza 2? Son por así decirlo el límite de la posibilidad que le ofrece la forma.

No especularé sobre un próximo capítulo, cuando inevitablemente esa distorsión llegue al paisaje y las cosas --algo que Rodríguez hasta ahora evita. Lo importante es el salto; el resto es parte del riesgo inevitable de estar vivo y jugar con candela.

dada1917@bellsouth.net

'La Comedia humana', hasta el 6 de agosto en el Bass Museum (Henri and Flore Lesieur Pavillion), 2121 Park Avenue (entre la 21 y la 22 calle), Miami Beach, (305) 673-7530, http://www.bassmuseum.org


Posted on Sun, Jul. 09, 2006

Especial / El Nuevo Herald
PEDRO GARCíA ALBELA

Publicado por Ediciones Universal de Miami, el título Cuba: intrahistoria. Una lucha sin tregua, de Rafael Díaz-Balart (l926-2005), ve la luz al cumplirse un año de la muerte del notable político, abogado, orador y escritor cubano que fuera líder de la mayoría en la Cámara de Representantes de la República de Cuba entre l954 y l958.

Estos escritos póstumos son como páginas selectas del libro de la vida del autor, una ejemplar enseñanza de servicio y entrega a las luchas de su pueblo por la libertad.

En el prólogo redactado para esta primera edición, el congresista Lincoln Díaz-Balart nos advierte que leeremos ''sólo un escueto esbozo'' de la vida de su padre, pues éste ''se proponía ir añadiendo anécdotas y otras vivencias'' a los capítulos terminados y, además, agregar algunos nuevos acerca de sus experiencias de trabajo en Africa, los últimos años vividos entre Madrid y Miami, la proclamación de La Rosa Blanca como partido político para la Cuba del futuro, y sobre muchos temas más.

El veterano luchador había manifestado también el deseo de ''terminar sus memorias en Cuba libre'', pero tanto este último propósito como los anteriores quedaron incumplidos a causa de su muerte, ocurrida en Miami el 6 de mayo del pasado año. Sus hijos decidieron entonces publicar lo que había dejado escrito, a fin de que ``las futuras generaciones de cubanos conocieran sus vivencias e impresiones...''

Así, tenemos ahora este volumen estructurado en cuatro partes, el prólogo ya mencionado y dos índices, uno general y otro onomástico. En la portadilla que precede al prólogo, se aclara el significado de la palabra intrahistoria que aparece en el título, ``introducida por el escritor español Miguel de Unamuno para designar la vida interior, que sirve de fondo permanente a la historia cambiante y visible''.

La primera sección, titulada igual que el libro, contiene a mi juicio la información más interesente para los lectores; es propiamente lo esencial del relato autobiográfico, y su telón de fondo muestra el acontecer político cubano durante el crucial período entre principios de la década del 30 y enero de l959.

A lo largo de estas páginas, asistimos a los primeros años de vida, la formación intelectual y el comienzo de la actividad pública del protagonista como dirigente estudiantil en la Universidad de La Habana, donde conoció a Fidel Castro en l945, cuando ambos iniciaron la carrera de Derecho. El proceso de su mutua relación, de la amistad al enfrentamiento radical, queda muy bien descrito, y luego se da paso a los años de ''actividad política ... frenética'', ya en el gobierno de Fulgencio Batista, a su elección al Congreso de la República --desde donde se opuso a la amnistía para Fidel Castro--, y a su marcha hacia el ''exilio sin saberlo'', en diciembre de l958.

Apenas un mes más tarde, Díaz-Balart fundaba en Nueva York la primera organización para combatir al régimen castrista, La Rosa Blanca, cuyo proyecto de programa político, del año 2001, más dos discursos conmemorativos de aniversarios, ocupan enteramente la segunda sección del libro.

Las cien páginas siguientes recogen una selección de ensayos, artículos y discursos del autor, entre los cuales considero de especial importancia La carta abierta a las instituciones cubanas, de 1960; Presentación ... para el Doctorado en Derecho en la Universidad Complutense de Madrid, de 1965, y Análisis de la actuación de las instituciones durante los períodos democráticos en Cuba, escrito en el año 2000.

El volumen se cierra con la sección Impresiones sobre Rafael Díaz-Balart, donde se destacan por su belleza y emotividad un texto del gran poeta cubano Gastón Baquero y las palabras de los hijos del desaparecido político en la misa tras la muerte de su padre.

Recomiendo sinceramente la lectura de Cuba: intrahistoria. Una lucha sin tregua, las memorias de Rafael Díaz-Balart, ``de quien --y cito al poeta Baquero-- se gritó con excesos los defectos, y con exceso mayor se ignoró las virtudes''.


Posted on Sat, Jul. 08, 2006

FREDDY CUEVAS
Associated Press

El gobierno anunció el sábado que no permitirá el ingreso de más cubanos al territorio de Honduras porque en 18 meses ha recibido casi 600 inmigrantes sin documentos de ese país, rumbo a Estados Unidos.

"Hay una decisión clara de rechazo para esa gente porque es usada por bandas de traficantes internacionales, de personas en el negocio más grande jamás realizado en nuestra nación", dijo a la AP el director general de Migración y Extranjería, German Espinal.

"Los cubanos no vienen en balsas, como se creía. Los traficantes los acercan en lanchas rápidas y yates a los bancos de arena y arrecifes del Caribe, donde los abastecen de comida, medicinas, ropa y agua", añadió.

Según Espinal, "ellos están siendo traídos a Honduras desde Gran Caymán, Jamaica y Colombia en camino hacia Estados Unidos, tras pagar un promedio de 18.000 dólares por persona a los traficantes".

Advirtió que "Honduras prepara una nueva política para dar al traste con la acción ilegal de los traficantes, que consiste en enviar a un tercer país a los cubanos y chinos que masivamente ingresan a nuestras costas".

El funcionario subrayó que "el gobierno no se prestará más a este lucrativo negocio ilícito... y la situación preocupa también a Estados Unidos".

Espinal dijo que alrededor de 38 cubanos que arribaron esta semana al Caribe hondureño deberán abandonar el país.

Sin embargo, no especificó el plazo. Se limitó a decir que "lo más pronto posible... mientras tanto, ellos reciben un trato humanitario".

El año pasado ingresaron 179 cubanos a Honduras y otros 347 lo hicieron entre enero y julio del 2006.

El gobierno les extiende un permiso temporal de estadía por 15 ó 30 días, que gradualmente amplía. La mayoría de los inmigrantes, sin embargo, se va antes de vencerse el plazo a Miami, donde ellos tienen familiares y amigos.

Honduras negocia un acuerdo con La Habana para impedir el tránsito por su territorio de cubanos indocumentados.

Honduras reanudó las relaciones diplomáticas con Cuba en enero de 2001, luego de 42 años de distanciamiento, pero aún no designa a su embajador en La Habana.


sábado, 8 de julio de 2006

Posted on Sat, Jul. 08, 2006


SERGIO LEON
Especial/El Nuevo Herald

Tres artistas visuales cubanos en asociación con la compañía de bienes raíces La Playa Properties acordaron presentar alternativas más novedosas para mostrar costosas propiedades en venta, que están en fase de lo que se conoce como ''listas para el diseñador'', es decir sin el acabado final. De esta iniciativa nace Artchitecture.

El proyecto permite al artista, a nivel conceptual, tener en cuenta el espacio arquitectónico en sí como elemento integral del contenido de la propia obra. Y por su parte la obra, se transforma o se crea como una instalación específica para estos espacios, ya sea insertada en las paredes, los techos o intrínsecamente en el propio diseño y distribución del espacio.

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Posted on Sat, Jul. 08, 2006


WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald

Para las personas no nacidas en Cuba, pero de padres cubanos, será mucho más fácil ahora tramitar su residencia permanente en Estados Unidos bajo el beneficio de la Ley de Ajuste Cubano (CAA).

Tradicionalmente las autoridades de Inmigración en Miami exigían al solicitante el pasaporte cubano válido, una partida de nacimiento o un certificado de ciudadanía emitido por el gobierno de Cuba como requisitos indispensables para procesar su petición por vía de la CAA, vigente desde 1966.

Pero una reciente decisión del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) flexibiliza el procedimiento para que un individuo de padres cubanos pueda reclamar estatus legal en EEUU, presentando otros documentos que establezcan debidamente su ciudadanía:

Una certificación del Registro Civil de Cuba.

Un certificado consular de ciudadanía cubana.

Cualquier documento firmado por un funcionario cubano con suficiente autoridad que exprese explícitamente que la persona tiene ciudadanía cubana.

La decisión de siete páginas fue emitida el pasado 30 de junio por Robert C. Divine, director interino del USCIS, y podría favorecer la obtención de residencia permanente a miles de descendientes cubanos que nacieron en terceros países, desde México y Rusia hasta Angola y Etiopía.

La nota de USCIS refrenda el veredicto precedente de la Oficina de Apelaciones Administrativas (AAO), que estableció los parámetros para proceder respecto a la CAA a partir de un caso representativo, procesado en Miami.

La historia detonante de la decisión administrativa tiene como protagonista a Liliana Lozano Buschini, nacida en 1960 en Caracas, Venezuela, de padre venezolano y madre cubana.

Como muchos cubanos y sus hijos radicados en Venezuela, Buschini decidió emigrar a EEUU, adonde llegó el diciembre del 2002. Un año después, el 22 de diciembre del 2003, ella envió su petición de residencia permanente en virtud de la CAA, pero las autoridades se la rechazaron.

La solicitud de Buschini estaba respaldada por una carta certificada de un funcionario del gobierno cubano y un certificado de nacimiento de Venezuela, en el cual constaba su reclamación de ciudadanía cubana.

De acuerdo con la Constitución de la República de Cuba, aprobada en 1976 y reformada en 1993, se consideran ciudadanos cubanos por nacimiento a ``los nacidos en el extranjero de padre o madre cubanos, previo el cumplimiento de las formalidades que la ley señala''.

No obstante, los funcionarios del distrito de Miami opinaron que la solicitud de Buschini ''no establecía que ella era una ciudadana de Cuba'' en consideración a que no había presentado pasaporte cubano ni un certificado de nacimiento emitido por Cuba.

El abogado Sthephen M. Bander asumió entonces la reclamación de Buschini y demandó a las autoridades federales que se reconociera la ciudadanía cubana de su cliente.

El proceso implicó largas consultas de la documentación oficial emitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Mininisterio de Justicia de Cuba a través de la Biblioteca del Congreso en Washington.

''La oficina del distrito de Miami había restringido el alcance de la CAA a los nacidos en Cuba'', explicó Bander. ``Ahora las personas nacidas fuera de la isla pueden acceder a un proceso razonable para demostrar su ciudadanía cubana''.

Un alto funcionario de la oficina del USCIS en Miami señaló ayer que la decisión administrativa sirve para esclarecer la aplicación de la CAA en estos casos particulares, pero no representa un cambio de política.

''Es importante insistir en que cualquier documento que presente el solicitante tiene que decir obligatoriamente que su ciudadanía es cubana'', agregó la fuente.

De inmediato la medida parece favorecer mayormente a miembros de las comunidades cubanas de Venezuela y México, países donde las cifras de inmigrantes de la isla se estiman en 50,000 y 40,000, respectivamente.

''Todo tipo de ayuda que alivie la obligatoriedad de presentar pruebas específicas va en beneficio del inmigrante, que siempre está en desventaja'', comentó el abogado de inmigración Luis Fernández. ``Esta es una muy buena noticia para los cubanos''.

wcancio@herald.com

Matter of Buschini (June 30, 2006)


La obra del cubano Nilo Cruz, "Ana en el trópico", abrirá este ciclo el viernes 28 de julio. Premiada con el Pulitzer y traducida a siete idiomas en dieciseis países, esta pieza versa sobre el lector que entretenía a los cigarreros durante el trabajo en las antiguas fábricas, realizando un juego de superposiciones literarias (...)
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miércoles, 5 de julio de 2006

Concurso de Humor Infantil se inspiró en clásico personaje de chistes escolares...

Quién no ha escuchado uno de aquellos típicos chistes de colegio en los que la profesora hace una pregunta a sus pequeños alumnos, y el que contesta es Pepito, que siempre sale con alguna sorpresa.

Pero no todos han escuchado que quien le dio un rostro y comenzó a publicar libros de este personaje fue cubano Pepe Pelayo - quien vive en Chile desde hace más de una década - y que ahora su creación tiene un certamen en su honor: el Primer Concurso Nacional de Humor Infantil, cuyas bases comenzaron a ser repartidas este martes en los distintos colegios de todo el país.

Más información:
http://www.chile.com/tpl/articulo/detalle/ver.tpl?cod_articulo=79018

Bitácora Cubana, 2 de julio de 2006, (EFE)

Ya cuando empezó a barruntar el trabajo de dirección, a mediados de los años 80, "la primera película que quise hacer era sobre Cuba", indicó hoy García durante una rueda de prensa, horas antes del estreno europeo de "The lost city".

Esta narración recreada en la Habana de 1958, poco antes de la revolución castrista y con evidentes tonos autobiográficos, cuenta entre su reparto con la española Inés Sastre, Dustin Hoffman y Bill Murray.

Con "The lost city", una historia "que estaba subconscientemente conmigo desde que abandoné Cuba", señaló García con evidente emoción, quiere pagar "un tributo a la música y cultura cubana", de la que se siente heredero.

Además de los puros habanos, que "sólo los compro en Europa", quizás para no contravenir el embargo comercial impuesto por EE.UU. a la mayor de la Antillas, García indicó que le encanta el ron "Bacardí 8".

Además, "el español es mi primera lengua, y aprendí el inglés como segundo idioma a los cinco años", según aclaró, aunque el idioma de los coloquios familiares fuera el inglés.

"Sólo hablo un poquito. La verdad es que hemos aprendido español sí y no, pero es su culpa (de Andy García). En realidad es difícil, y no necesariamente su culpa. Ellos viven en Miami, una ciudad con mucha cultura cubana, pero yo vivo en Los Angeles", declaró a Efe su hija, Daniela García Lordo.

"Si me fuerzas a escoger un estilo musical, iría a las raíces de la música cubana, al son", dijo también el director y actor principal de esta película, que tardó más de tres lustros en realizarse por dificultades en la distribución.

Con un presupuesto de 9 millones de dólares, sólo pudo llevarse a cabo "con unas pocas pre-ventas en Europa y un fondo de inversión privado", recordó García.

Por lo que respecta a la situación política en Cuba, el artista desea que los cambios "sean muy pacíficos, y que la transición sea pasiva, sin derramamiento de sangre", aunque matizó que "mi sentimiento es que la gente está sufriendo".

En cuanto a su trayectoria cinematográfica, por la que ahora fue galardonado con el Globo de Cristal, indicó sentirse especialmente deudor de Francis Coppola, que dirigió "El Padrino III", y de Hal Ashby, para el que trabajó en "8 million ways to die".

En 1991 García creó su propia compañía de producción "CineSon Productions", con la que ha realizado trabajos independientes como "The Lazarus child" y "Modigliani".

García también protagonizó y produjo las películas independientes "Los límites del silencio", "Servicio de compañía", "Giro inesperado" y "Confidence".

Todas ellas fueron concebidas y filmadas sin distribución norteamericana, que "sólo después se confirmó, de lo que estoy muy orgulloso, y es una dirección en la que querría proseguir", indicó.

Esto le ha permitido entablar contacto con importantes cinematógrafos, como Connie Hall, Gordon Willis, Nestor Alamendros, o Manuel Kadosy, como él mismo destacó.


lunes, 3 de julio de 2006


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Posted on Sun, Jul. 02, 2006


By JOSE ANTONIO EVORA
El Nuevo Herald

Según la música y la poesía, el amor es brujo, un milagro o una cosa esplendorosa. De acuerdo con la ciencia, es una suma de reacciones químicas que puede explicarse mediante fórmulas exactas. Si bien ambas perspectivas están en lo cierto, aunque sea de manera parcial, no es raro que los atraídos fervorosamente por una miren con desdén a la otra.

Una declaración de amor a la antigua se llamaría en español la muestra colectiva An Old Fashion Love Statement, expuesta en Chelsea Galleria, del Wynwood Art District. La curadoría es de Rubén Torres Llorca, quien eligió para que le acompañaran a Rogelio López Marín (Gory), Mario García Joya (Mayito), Elizabeth Cerejido y Liliam Domínguez. El detonante fue un texto de una revista científica sobre los mecanismos de relojería del amor.

''El amor ha sido un tema tabú para el arte conceptual, porque puedes caer fácil en el melodrama'', dice Torres Llorca. ``Cuando leí el texto científico se me ocurrió que podía ser una buena idea organizar una muestra en la que el proceso de selección de los artistas partiera de mi afecto por ellos''.

De ahí que uno de los elegidos, Gory, la considere una exposición personal de Torres Llorca con obras de otros, y que agradezca la existencia de una curadoría ``digna y creativa''.

Si faltaban pruebas de cuánta diversidad puede abarcar la idea del amor, basta echar un vistazo a An Old Fashion Love Statement. Retratos de La Lupe y de los pintores Guido Llinás y Acosta León hechos por Mayito; la serie 1836-1936-1984, de Gory, hecha expresamente para ilustrar un poema de su esposa, Lucía Ballester, además de otra foto en la que se ve la sombra de alguien --su hijo Adrián-- portando una cámara; un conjunto de objetos distintos, desde una cuchilla de electricista hasta una copa de vino, y el último cuadro en blanco, todo bajo el título de This Foolish Things (Remind Me of You), con la firma de Liliam Domínguez; montada en caja lumínica, una enorme impresión digital de una mujer --la artista, Elizabeth Cerejido-- en un camino entre árboles, y del propio Torres Llorca Make me a Mask, con nueve rostros sobre los que se transparentan cabezas de animales, o un pez, una flor y una libélula, y el del centro al descubierto.

Efectivamente, hay que entender toda la exposición como una pieza única, porque de otro modo no tiene pies ni cabeza. Me pregunto qué le habrían entregado al curador un grupo de artistas que no fuesen para él seres queridos y que, en consecuencia, entendieran la apuesta como un examen de propensión al melodrama, o qué tipo de trabajos hubiesen presentado Mayito, Gory, Cerejido y Domínguez a una convocatoria semejante hecha por otra persona. Quiere decir que estamos obligados a ver el conjunto como algo único porque efectivamente lo es. No se habría repetido en otra circunstancia.

La primera consecuencia del nexo entre artistas y curador es la libertad con la que todos manejan el tema. Por ejemplo: al margen del afecto que pueda haber sentido por sus modelos, lo que desempolva García Joya es una época en tres instantes. La Lupe, Acosta León y Llinás son hoy figuras legendarias, pero Mayito las rescata de un momento donde él fue también testigo y protagonista. Pocas cosas se aman tanto como un recuerdo grato, sin dudas, pero este enfoque va más allá, hasta despojar cada pieza del lastre del tiempo y reducirla a un lado entrañable que el artista no tiene recatos en compartir con el espectador. Conceptualismo en acción por donde menos se lo esperaba.

Esta exposición atestigua la existencia de un debate entre pragmatismo y sensibilidad. El romanticismo es una escuela con demasiadas ramificaciones en la cultura hispanoamericana, y sería un error darle la espalda. Conviene encararlo desde las perspectivas del pensamiento, que inyecten frialdad racional al calor de las pasiones y lo pongan tibio, como debe ser. Sé que la tibieza se asocia con la inconsecuencia, pero este sería el caso opuesto. Oponer insensibilidad a la sensiblería termina por abrirle nuevos y apasionados reinos al melodrama. Se pueden hacer cosas como An Old Fashion Love Statement, donde el amor entra no por el miedo a sentirlo, sino por la libertad de expresarlo conscientemente.

jevora@herald.com

'An Old Fashion Love Statement', exposición colectiva en la nueva sede de Chelsea Galleria, 2441 NW 2nd Ave., Wynwood Art District. (305) 576-2950.



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PEDRO PORTAL / El Nuevo
ISRAEL CANTOR seá recordado como uno de los grandes soneros cubanos. Su creación de Seis Semanas, con la orquesta Van Van, lo convirtió en leyenda de la música popular.

Posted on Mon, Jul. 03, 2006


HELENA POLEO
El Nuevo Herald

Una de las voces cubanas más celebradas de las últimas décadas se silenció para siempre con la muerte del reconocido sonero Israel Kantor, a los 56 años.

El artista, quien murió el sábado cerca de las 9 pm en su casa del suroeste de Miami, víctima del cáncer, se destacó por su versatilidad en la improvisación del son y perteneció a una generación de músicos que llevó la música popular cubana por el mundo.

Kantor nació el 16 de octubre de 1949 en Alturas de Canasí, en la provincia de Matanzas, con el nombre de Wilfredo Israel Sardiñas. Tras ser descubierto por Meme Solís en 1975, pasó por las agrupaciones Ireson, Neoson, Los Yakos y Los Reyes 73 antes de hacerse cantante de Los Van Van en 1979.

En los años ochenta, como líder de esa famosa agrupación, Kantor se popularizó en Cuba por su técnica para vocalizar y por su estilo de ''sonear'', lo que provocó un gran interés en los medios musicales, especialmente, dentro de la música popular. Fue con este grupo que el artista se hizo conocer, y dejó su sello con la canción Seis Semanas.

''Israel se hizo en Los Van Van. Tuvo una etapa muy brillante'', señaló Juan Formell, fundador de Los Van Van, ayer desde La Habana a El Nuevo Herald. ``Está entre los cantantes más importantes con los que he trabajado. Para nosotros es una pena la pérdida de Israel''.

En un viaje con Los Van Van a México en 1983, el cantante, compositor y arreglista decidió no regresar a la isla y un mes más tarde llegó a Miami. Fue en el exilio donde adoptó su nuevo nombre artístico, cuando su admirador Héctor Lavoe, de Fania All Stars, lo bautizó como Israel Kantor en 1984 en un viaje a Nueva York.

Durante más de dos décadas Kantor fue protagonista de importantes proyectos musicales tanto en Latinoamérica como en Europa. Grabó ocho discos en solitario y seis con orquestas como las de Johnny Pacheco y Juan Pablo Torres.

En el 2003, con la producción del empresario Recaredo Gutierrez, integra la orquesta ''Tropicana All Stars'', compuesta por 22 músicos de Miami. El proyecto --un homenaje a Benny Moré, su permanente inspiración artística-- consistió en un espectáculo en vivo, grabado en DVD y siete álbumes, los cuales lograron dos nominaciones a un Grammy Latino y dos al Grammy anglo.

Kantor también hizo música con su grupo Havana Son en varios locales de Miami. Su carrera lo llevó a diferentes escenarios, entre ellos el Lincoln Center de Nueva York, en el 2003, así como a Puerto Rico, Nicaragua, Portugal y España, donde compartió con varias estrellas como Willy Chirino y Albita.

''Ha muerto uno de los mejores soneros que ha dado Cuba, y uno de los soneros auténticos, de los cuales no quedan muchos'', afirmó Albita tras conocer la noticia del fallecimiento de Kantor. ``Tenía una voz privilegiada, un ritmo y un sabor muy auténticos''.

Su esposa, Rosalía Pérez, recordó el entusiasmo musical del artista.

''Siempre trabajó como si fuera el primer día'', relató. ``Nunca estaba satisfecho. Tenía un hambre grande de tocar, de cantar y de entregarle a la gente todo lo que tenía''.

Además de su esposa, al artista lo sobreviven sus tíos y primos.

Sus restos serán expuestos el miércoles 5 de julio a las 6 p.m. en la Funeraria Caballero Rivero, de 3344 SW 8 Street, y el sepelio se realizará al día siguiente, a las 9 a.m., en el cementerio Woodland, situado en 3260 SW 8 Street.

Los reporteros José Antonio Evora y Wilfredo Cancio Isla colaboraron con esta información.

hpoleo@elnuevoherald.com



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SANDRO LEAL, un joven cubano graduado en la escuela de Música Eastman, en Rochester, parte la semana próxima de gira por cinco países europeos.

IVETTE LEYVA MARTINEZ.
Especial para El Nuevo Herald

El violinista Sandro Leal emplea unas dos horas diarias para llegar a su trabajo: un restaurante de Rochester, Nueva York, donde le pagan $4.35 por hora. Pero Leal, quien emigró de Cuba hace cinco años, sólo piensa en la semana próxima, cuando emprenderá una gira internacional con la Orquesta Juvenil de las Américas.

El joven acaba de graduarse de la Escuela de Música Eastman, en Rochester, y participará en la gira de un mes por Europa como premio por haber quedado entre los semifinalistas del Concurso Sphinx 2005. Viajará a Inglaterra, Francia, Bélgica, Alemania e Italia y contará entre sus directores musicales a Plácido Domingo.

``Es como un sueño", comentó Leal, de 24 años, en entrevista telefónica. ``Cuando era niño me gustaba la ópera Payaso por Plácido Domingo ¡Quién me iba a decir que iba a tener la oportunidad de conocerlo!''.

A pesar de que su trabajo en el restaurante le absorbe gran parte del tiempo, el joven no ha dejado de practicar diariamente con su violín. ''Trato de hacerlo al menos tres horas por día'', afirmó.

Leal parecía destinado a ser músico. Su madre, Lourdes Santiesteban, es una directora de orquesta que acaba de exiliarse en Estados Unidos, y Leal creció escuchando música clásica. A los tres años cantaba, y a los siete comenzó su instrucción musical en la escuela primaria de música Manuel Saumell, de La Habana.

''Me decidí por el violín porque aprobé las pruebas para ese instrumento y para piano, pero también porque de niño me gustaba dormirme con el Concierto para Violín y Orquesta de Tchaicovsky'', comentó.

Durante sus estudios de bachillerato en el Conservatorio Amadeo Roldán viajó por España junto a la compañía cubana de ballet flamenco. Regresó a ese país con la Orquesta Sinfónica de Matanzas y también tocó en Austria.

En el 2001, poco después de graduarse de bachillerato en el ''Amadeo Roldán'', viajó a Boston por invitación del director de la orquesta juvenil del Conservatorio de New England. Allí conoció a la prestigiosa profesora de violín Marylou Churchill, fundadora de la New World Simphony Orchestra y de la Orquesta de las Américas, quien le impartió clases de forma gratuita.

Mientras estudiaba comenzó a trabajar cuidando a un enfermo de esclerosis múltiple, quien le permitía practicar el violín. Fue una experiencia que me marcó para toda la vida, aseguró Leal.

Durante su estancia en Boston, Leal vivió con su medio hermana y la madre de ésta, quienes lo apoyaron en su afán de superación profesional. En el 2002 fue admitido en la Escuela de Música Eastman, en Rochester, y cuatro años después, sin saberlo, hizo historia, al convertirse en uno de los pocos emigrantes cubanos en graduarse de violín en una universidad estadounidense.

En los últimos años sólo otro emigrante cubano, Ilmar López-Gavilán -quien hizo su maestría en Manhattan-, ha cursado estudios superiores en Estados Unidos.

''Ojalá algún día los talentos cubanos puedan graduarse de universidades como Eastman'', comentó Leal. ``Yo pensé que no lo iba a lograr''.

El camino hacia la graduación fue tortuoso. Leal obtuvo una beca parcial y varios préstamos. Sin dinero suficiente para pagar el alquiler de las residencias estudiantiles, fue acogido por una familia estadounidense amiga, que reside a unos 45 minutos de viaje de Eastman.

Tuvo que depender del transporte público y ajustar su vida alrededor de los horarios de los autobuses. Solía levantarse a las cinco de la madrugada y llegaba a la casa pasadas las 10 de la noche. Comenzó a trabajar en el comedor universitario para sufragar los gastos, ''haciendo de todo, pero siempre cuidándome las manos'', relató.

En el tercer año, agobiado por la deuda -que hoy suma cerca de $30,000-, quiso dejar los estudios, pero la universidad le permitió tomar ese curso de forma gratuita. En el último año recibió un préstamo federal.

''Decidí continuar, para no decepcionarme a mí mismo y a los que confiaron en mí'', afirmó. ``Tenía que terminar lo que comencé''.

Al violinista le gustan la música de cámara y los cuartetos de cuerda, pero también quisiera realizar una carrera como solista. Aunque le preocupa la deuda monetaria que contrajo para realizar sus estudios, su mayor sueño es de un humanismo contundente.

''Poder tocar para todo el mundo: para los pobres, para los niños, para las personas que no tengan recursos para poder pagar un concierto en un teatro'', dijo.

IvetteLeyva@yahoo.com



Posted by Picasa C.W. GRIFFIN / The Miami Herald
MILES DE cubanos han escapado de la isla en los más inverosímiles objetos flotantes como este improvisado bote, que se guarda en el Museo Histórico del Sur de la Florida.Posted on Mon, Jul. 03, 2006

MARC CAPUTO / The Miami Herald
Cayos Marquesas


En este aislado atolón a 90 millas de la desesperación, veintenas de inmigrantes cubanos obtuvieron el derecho a quedarse en Estados Unidos cuando el bote en que venían tocaba tierra, y dejaban detrás todo un tesoro de botes muy navegables hechos de pedazos de metal y motores reacondicionados de automóviles de extrema complejidad.

Los cascos de las embarcaciones son hechos a mano y están rellenos de espuma sintética, los timones hechos de muebles de caoba y los cables de teléfono convertidos en cuerdas de velas, al artista Benjamin ''Dink'' Bruce, de Cayo Hueso, le parecen obras de arte, y en el invierno reciente tomó fotos de varias embarcaciones cuando muchos de los inmigrantes llegaron a estas playas.

Pocos han visto los botes porque generalmente llegan a lugares como éste, 23 millas al oeste de Cayo Hueso, y el Servicio Guardacostas de EEUU prontamente los utiliza para practicar el tiro y los hunde, para que no constituyan ``un peligro para la navegación''.

''Es increíble. Son la historia. Y se van a perder, posiblemente para siempre'', dice Bruce. ``Es fascinante ver el esfuerzo que han costado. He estado en Cuba muchas veces, y se puede ver lo desesperada que está la gente''.

Bruce, de 62 años, es hijo de Toby Bruce, que fue el brazo derecho del escritor Ernest Hemingway, y heredó el apodo y la pasión por Cuba del autor de El Viejo y el Mar.

En los próximos meses, la Sociedad Histórica y de Arte de Cayo Hueso planea exhibir algunas de las fotos de Bruce y los objetos que encontró, tales como zapatos y botas colocadas cuidadosamente en la arena por los inmigrantes para valerse de la política de asilo conocida como pies secos/pies mojados.

'Dejan los zapatos en la playa. Y están aquí, en EEUU. Son `pies secos' '', dice Bruce.

También han dejado detrás latas de Bill Beef, una carne procesada que trae etiquetas en cinco idiomas, pesos cubanos que no valen nada una vez que se sale de la isla, y hasta una estatua de la Virgen de la Caridad del Cobre que perdió la cabeza en la travesía.

No todo el mundo va a parar a los Cayos Marquesas en lentos botecitos. Algunos llegan en botes rápidos, algo que Bruce supone después de haberse encontrado un moderno Ubicador de Posición Global. Un amigo suyo de la oficina del alguacil copió las coordenadas y pudo ver que el aparato voló a La Habana y después regresó con rumbo norte a 25 nudos, acelerando a 40 nudos una vez que se alejó de las costas de Cuba.

Bruce también se las arregló para recuperar un botecito pintado de azul cielo, con una bandera estadounidense de 11 franjas y 18 estrellas. Pero el bote tiene 22 pies de largo y no se puede meter en la East Martello Tower de la sociedad histórica, donde ya hay en exhibición una desvencijada balsa que llegó en los años 60.

Claudia Pennington, directora ejecutiva de la sociedad histórica, dice que con el paso del huracán Wilma el museo se inundó con siete pies de agua, y no cuenta con fondos para mantener la embarcación. Según ella, las fotos de Bruce y los diversos artículos rescatados cuentan un relato que atraerá a la gente.

''Hay mucha que apoya ese espíritu, de querer irse de un lugar para vivir uno su vida'', dice ella. ``La gente muestra interés cuando ve los botes. Ven los objetos y tratan de hecer un relato con eso''.

En Miami, unos activistas habían planeado establecer un museo en la Pequeña Habana dedicado al éxodo cubano, pero los huracanes y la falta de dinero han aplazado la construcción, según informa el comisionado Joe Sánchez.

''Esto es histórico. Cuando alguien deja su país con medidas desesperadas y pone su vida y las de sus familiares en peligro, eso forma parte de una historia que hay que contar'', dice Sánchez. ``Lo mismo que con la esclavitud o el Holocausto, ahí hay una historia que le gente debe saber para que no se repita''.

El esfuerzo por hacer ese museo recibió impulso de la atención captada a nivel nacional por los llamados ''camionautas'', que en el 2003 fueron los primeros inmigrantes que cruzaron el Estrecho en auto: El Servicio Guardacostas los detuvo en un camión Chevrolet de 1951 que ellos convirtieron en bote. Otros llegaron en un Buick sedán de 1959 y en un Mercury de 1948.

mcaputo@MiamiHerald.com


viernes, 30 de junio de 2006

Publicado el 06-30-2006

(Síntesis del Prólogo- Primera Parte)

Por Ángel Cuadra

En Cuba, por el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, asumió el poder un gobierno constituido en la forma de unas de ésas que podríamos calificar como dictaduras convencionales en América Latina.

En similar proceso, Cuba entró en una etapa de oposición civil e insurreccional frente a aquel gobierno así surgido.

Al triunfo de la revolución en 1959, se estableció un gobierno provisional con representantes de los varios grupos, organizaciones y personalidades que habían tomado parte en el proceso opositor. Las maniobras políticas de Fidel Castro, ayudado por el partido comunista, fueron apartando de la función gubernativa a los elementos de proyección democrática y liberalista.

Ya con las riendas del poder absoluto en sus manos, Castro –con su grupo de incondicionales y el partido comunista- impuso en Cuba un régimen totalitario de factura comunista.

Ante ese cambio de rumbo revolucionario, de traición ostensible, muchos cubanos hicieron algunos intentos de protesta y reclamo pacífico o cívico. El gobierno autocrático, en su índole absolutista, cerró toda vía de entendimiento y conciliación para otros puntos de vista. Para toda otra alternativa no quedaba más vía que la subversión y la lucha armada.

Cómo se gestó y se desarrolló esa lucha desde sus orígenes en sus distintas manifestaciones, es lo que nos expone, pormenorizada y magistralmente, Enrique Ros en este libro “El Clandestinaje y la Lucha Armada contra Castro”.

El libro nos sitúa ante el proceso, rico en motivaciones y hechos trascendentes, del “surgimiento de las organizaciones revolucionarias”, proceso que llena el período histórico de la década de los años sesentas.

En esos pasos iniciales de dichas organizaciones, observará el lector cómo la gran mayoría de sus gestores e integrantes provenían de la anterior lucha antibatistiana, y que se planteaban el rescate de la revolución. De ahí, por ejemplo, el nombre de una de las más importantes organizaciones entonces surgidas: Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR). Es así que el lector de este libro encontrará las razones primarias que tenían esos cubanos luchadores –y que, al cabo, tendrá que hacerlo también la Historia- para llamar traidor a Fidel Castro. A modo de esquema general, podemos señalar en este libro que el clandestinaje y la lucha armada contra Castro surge principalmente desde cuatro importantes sectores nacionales: el sector religioso, el sector obrero, el sector estudiantil y el sector campesino. De extracción eminentemente católica –nos relata Ros- surgió el Movimiento Demócrata Cristiano. El autor de este libro, Enrique Ros, fue uno de los miembros directivos del Movimiento Demócrata Cristiano en la clandestinidad. Muy importante para el sistema de gobierno impuesto en Cuba, era el sector de los trabajadores. Enrique Ros nos describe cómo en más de un congreso obrero, Castro impuso la presencia de los elementos comunistas en la dirigencia del movimiento obrero, y con ello la pérdida de la independencia sindical. De tal imposición, entre otras motivaciones, surgió el Movimiento 30 de Noviembre –apunta Ros- cuyos dirigentes eran de extracción obrera y revolucionaria no comunista. Castro, que había sido estudiante en la Universidad de La Habana, en los años que allí había grupos de actividad gansteril, (véase el libro de Enrique Ros “Fidel Castro y el Gatillo Alegre”), y consciente de que en el estudiantado cubano había una tradición de rebeldía, se preocupó desde el principio por controlar ese sector que, había sido muy importante en la lucha contra el gobierno de Fulgencio Batista. La grosera intervención de Castro personalmente en las elecciones para la presidencia de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), entre otras cosas, fue creando un sentimiento de inconformidad en amplios sectores del alumnado. Este libro describe con lujo de detalles cómo se constituyó en definitiva el Directorio Revolucionario Estudiantil (DRE). Desfila por las páginas dedicadas a esta organización toda una gesta de jóvenes activos en el clandestinaje y la acción armada.

La lucha armada en las montañas y en los montes viene descrita con relevantes testimonio y nombres de verdaderos héroes de leyenda, en uno de los capítulos con el título “La Lucha contra el Escambray”.

Comprobará el lector la extracción humilde y revolucionaria del movimiento guerrillero, que desmiente la infamia del gobierno castro-comunista, que calificó como “bandidos” y terratenientes a esos hombres que, con armas apenas, tuvieron en jaque heroicamente durante varios años al contingente poderoso de miles y miles de soldados y milicianos, que el gobierno dispuso contra el desamparado heroísmo de estos hombres fabulosos; en una lucha guerrillera sin precedentes.

En próximo artículo continuaremos analizando la nueva contribución de Enrique Ros a la historia en este largo proceso de opresión que ha sufrido el pueblo cubano.


jueves, 29 de junio de 2006

2006-6-29

Por Carlos Manuel Estefanía.

Rolando D.H. Morelli, es doctor en Literatura Americana y del Caribe español, materias que, junto a nuestra lengua, ha tenido la oportunidad de impartir en los niveles que, en los Estados Unidos, país que radica desde 1980, se denominan College y University. El Dr. Morelli, quien trabaja actualmente como profesor de la facultad de idiomas extranjeros y en el departamento de Literaturas en la universidad de La Salle en Philadelphia, ha sido además redactor, traductor y escritor, un escritor cuya obra despierta curiosidad una vez que se lee la muestra que de ella representa el libro de cuentos “Algo está pasando”.

Le conocí personalmente en Cádiz, España, en el contexto del I Encuentro Internacional dedicado a la creación y Exilio de los cubanos titulado “Con Cuba en la distancia”; realizado entre el 9 y 15 de noviembre del 2001. Descubrí en el una persona amable, sencilla y de gran sentido del humor, que para mi honor, conocía y valoraba de manera positiva los artículos publicados en la revista que dirijo, Cuba Nuestra. Al aval del especialista debo sumar la identidad de visiones sobre a la manera de solucionar los problemas de Cuba y el rol que deben jugar en esta los emigrados. Morelli, como yo, se opone al aislamiento de los cubanos, porque sabe que es en el aislamiento y la confrontación donde las dictaduras se fortalecen.

Supe por el propio Rolando D.H. Morelli que había sido un “marielito”, es decir uno de esos cientos de miles de cubanos inmortalizados en el cine, con un tanto mala leche por Brian de Palma con su película Cara Cortada (Scarface) de 1983” o de los que también nos habla Reinaldo Arenas –otro marielito- en su libro “Antes de que Anochezca”. Se trata de aquellos cubanos a los que se les autorizó la salida de la isla en 1980. Todo ocurrió a raíz de la irrupción violenta en la Embajada del Perú de un grupo de solicitantes de asilo. Aquellos desesperados Empotraron un autobús en la las rejas de la sede diplomática, matando con el acto al policía que la custodiaba. El gobierno retiró toda custodia y el lugar se llenó de miles de refugiados.

Castro llegó a un acuerdo con el gobierno de Jimmy Carter, según el cual se le otorgaría permiso de salida a todos los cubanos que quisieran marcharse y sus familiares vinieran a buscar por el puerto de Mariel, al norte de La Habana, de ahí el nombre de “marielito”. Sin embargo, en la practica, tanto las personas que se arremolinaron en la embajada como los que aprovecharon la condescendencia del gobierno para solicitar la salida del país (en Cuba el ciudadano necesita de una visa estatal para poder marcharse de su patria) fueron sometidas a un verdadero vía crucis. No faltó el escarnio físico y moral de estos individuos.

Para colmo las cárceles y maniconios fueron vaciados y sus residentes mezclados con esa masa que no resistía un día mas de ”socialismo”, fue esta adición de escoria social la que le ganó tan mala fama a quienes salieron de Cuba por el puerto del Mariel. Allí las lanchas fletadas en Miami por los familiares de los que querían marcharse, fuero obligadas a transportar además de aquellos a quines buscaban a cientos de “Tonys Montanas” Naturalmente, no todos, ni siquiera la mayoría de aquella generación de Cubanos eran locos, o delincuentes eran como ese al que Al Pacino dio vida en la película de Palma. En cambio, había algo que les diferenciaba del primer exilio cubano; en primer lugar la clase social, no se trataba de magnates cuyas propiedades fueron nacionalizadas por la revolución, no eran ni batisitianos, ni antibatistianos inconformes con el giro de la revolución. Eran, en general parte de esa clase media y pueblo llano que creyó en Fidel Castro, en la Revolución y que sufrió por casi XX años el experimento ejecutado en Cuba, que los menos avisados catalogan de “socialista”.

Tenían pues, “los marielitos” en su saber, un conocimiento de las nuevas reglas sociales imperantes en la isla, conocimiento que se manifiesta claramente en los relatos del libro Algo Esta Pasando, compilación de cuentos suyos que Morelli, poco depuse de nuestro encuentro, tuvo a bien enviarme con amable dedicatoria.

El libro tiene un valor testimonial indiscutible. Morelli sabe que pasa en Cuba, cada día, la cotidianeidad de la patria no le abandona en el destierro. Esto esa así no sólo porque el literato cubano vivió las décadas más importantes de la construcción del régimen que impera en su patria, sino porque a diferencia del sector intransigente del exilio, no tiene reparos en viajar a Cuba, en particular a su Camaguey de origen, e incluso impartir allí, si se lo piden, un taller de literatura, en el que puede aportar al estudiantado de la islas una información de la que este carece, y donde el mismo se enriquece comprendiendo los cambios que poco a poco se van dando en la mentalidad de los cubanos. Algo está pasando, nos cuenta de lo “que está pasando” en cualquier hogar de Cuba, en cualquier familia, en cualquier centro escolar o unidad militar. Es un libro vivo e imperecedero, construido con personajes “intranscendentes” -y por tanto peligrosos en lo que dicen- como pueden ser el negro Matusalén [cuento Matusalén] las comadres que “chismean” (cotillean) lo que pasa en el barrio; desde la tragedia de una anciana asesinada y violada, hasta lo perdida que está la juventud [cuento cuyo título es el del libro].

El libro, como las calles de La Habana, esta lleno de consignas, de frases hechas que para cualquier cubano pueden resultar redundantemente cotidianas, y para el extranjero, asombrosamente exóticas, como páginas desprendidas del libro rojo de Mao.

En un cuento como “ELPVÉ”. Morelli, el maestro, expone la absurda disciplina que se le imponen a nuestra juventud, conductas paramilitares, que poco ayudan a la formación del carácter o la creación de un saludable espíritu espartano. En realidad es la oportunidad que adquieren, los poderes de medio pelo para imponer su arrogancia, un uso injustificado que hace los pequeños mandos de su autoridad, como forma de realización personal en un medio, donde la individualidad es considerada una amenaza. Morelli nos cuenta sutilmente, como si no quisiera hacerlo, lo que pasa, día a día, lo que hacen los cubanos cuando el gobierno tiene un invitado del rango de un presidente [cuento “Aquí, y Hoy mismo”] o como trabajan los oficiales de la seguridad del estado la conciencia de los intelectuales, a fin de que se autocensuren antes de llegar la disidencia [cuento Auto sacramental].

El Autor nos lleva al campo, dándonos a conocer un pueblo fantasma, cuyos vecinos fueron asesinados por un pirata, una historia en que no exige gran imaginación, para descubrir una alegoría a la Cuba del presente [cuento "Limberg"]

Y tratándose del país con el ejercito más poderoso de la América Latina, no puede faltar, en estos cuentos el tema de la guerra, que se nos ofrece en medio de una nebulosa onírica en la historia titulada “Recuento”.

El autor muestra la capacidad de convertir lo efímero en trascendente, de encontrar aquella experiencia que todos hemos compartido, por ejemplo la del reto deportivo. El escritor “extiende” ese momento, con una especie de análisis fenomenológico, que nos redescubre viejas tensiones sumergidas en el subconsciente [cuento “Numero ocho”].

Sin caer en el panfleto como respuesta al exagerado apoliticismo del que suele adolecer la literatura oficial, ni abordar situaciones escabrosas y despolitizada como hace hoy sienta literatura tolerada, y mucho menos sin abusar de la hipersexualidad que se le atribuye a (o se atribuyen) los cubanos, el cuentista logra enfrentarnos a los dilemas cotidianos de su pueblo, por ejemplo, el de la homofobia imperante en la isla, mezclada con intolerancia política como la que se manifiesta en el cuento “Patología”:

-¡Escoria! ¡Escoria! ¡Eloy! ¡Eloy! ¡Maricones! ¡Eloy! ¡Váyanse a darle el culo a los imperialistas! P95

La misma intolerancia que retoma en el cuento Repudio, donde se narra aquellos actos tan similares a los pogromos que en el imperio ruso se organizaban contra las comunidades hebreas, o a las acciones de los cuerpos de asalto fascistas contra quienes no se les sometía al líder de la nación, acciones que extrañamente, dado su dramatismo, la literatura y los medios del exilio apenas tocan

No hay cómo soportar que le sitien a una la casa día y noche y que le arrojen mierda a la puerta de la casa. Y que le llenen a una la casa de letreros:“Aquí vive una contrarrevolucionaria hija de perra”p97

Lo más terrible de la situación narrada, es que a pesar de los años sigue siendo una practica que se repite día a día contra los cubanos que optan por criticar a su gobierno.

Pero también hay señales de redención en este libro, por los menos de esperanza de que aquellos cubanos que hicieron mal a otros, un día se arrepientan, aunque sea en el lecho de muerte [cuento “Reencuentro”].

Cuando leí estos relatos, los imaginé interpretados por actores en alguna sala. Y es que el dominio del diálogo que tiene Morelli, hace de estas pequeñas piezas narrativas, obras perfectamente adaptables al teatro, incluso en su versión radial o televisiva. Es pues esta característica dramatúrgica una peculiaridad del modo que tiene Morelli de contar sus historias; narraciones de un profesor que, por lo visto, no solo enseña literatura, sino que además saber crearla.

WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
El escritor Rogelio Llopis, reconocido como un pionero de la narrativa fantástica y la ciencia ficción en Cuba, falleció en Miami a los 79 años.

El cuerpo de Llopis fue hallado el martes en su apartamento de La Pequeña Habana luego que los vecinos alertaran a la policía. Al parecer su muerte se produjo como consecuencia de un ataque cardíaco en la tarde del domingo, pues el cadáver se encontraba en avanzado estado de descomposición.

Nacido en 1926 en la oriental ciudad de Manzanillo, Llopis experimentó desde la niñez una formación bicultural, con largas estancias en Estados Unidos.

Con apenas dos años, su familia se trasladó a Nueva York y permaneció allí hasta la caída del gobierno de Gerardo Machado, en 1933. Poco después retornó a Estados Unidos, donde terminó sus estudios preuniversitarios, cursó dos años de Ciencias Sociales en el New York Community College y escribió para el diario La Prensa.

Sus primeras colaboraciones literarias aparecieron a finales de los años 50 en las revistas cubanas Orígenes --dirigida por el poeta José Lezama Lima-- y Carteles.

Regresó a Cuba en 1960 y se involucró intensamente en la vida cultural del país. Fungió como traductor de la agencia oficial Prensa Latina, enseñó inglés en la Universidad de La Habana e institutos politécnicos y fue un tenaz colaborador de las principales publicaciones de la época, del semanario Lunes de Revolución (1959-61) a las revistas Casa de las Américas y Bohemia.

Fue sin dudas el período más fructífero de su trayectoria literaria. En una década publicó sus libros de cuentos La guerra y los basiliscos (1962), El fabulista (1963) y El buscador de tesoros (1971), y realizó dos antologías que son consideradas hitos en su género: Cuentos fantásticos y Cuentos cubanos de lo fantástico y lo extraordinario, ambas de 1968.

Narraciones suyas aparecieron también en Nuevos cuentistas cubanos (1961) y en antologías editadas en Inglaterra, Francia y Polonia. El célebre escritor argentino Julio Cortázar fue uno de sus grandes admiradores y amigos.

''Llopis hizo una contribución enorme a la literatura cubana en el campo de lo fantástico'', opinó el poeta Joaquín Gálvez. ``Fue un escritor audaz que se arriesgó a plantear una estética diferente en momentos en que la creación literaria estaba gobernada por el realismo y la politización''.

Víctima de la censura oficial y decepcionado con el régimen castrista, marchó a España en 1979 y un año después vino a Estados Unidos.

En el exilio figuró entre los colaboradores de las revistas Mariel (1983-85), Término y Linden Lane, y se desempeñó como profesor en la Universidad de Cincinnati hasta 1996, cuando decidió radicarse en Miami.

Su más reciente producción literaria, en narrativa y poesía, permanece inédita.

Llopis vivía separado de su esposa, Teresa Llopis. El matrimonio no tuvo hijos.

Al cierre de esta edición estaban pendientes los arreglos del funeral.


miércoles, 28 de junio de 2006


Foto:HECTOR GABINO/El Nuevo Herald
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LENA HANSEN
El Nuevo Herald

A sus 22 años, la cubanoamericana Adrianne Calvo ya es una reconocida chef, con su propia línea de sazones y adobos Maximum Flavor Esentials, su compañía de servicio de banquetes Indulgence, Passion & Spice, un libro de recetas Maximum Flavor y varias ofertas de cadenas de televisión para lanzar su show de cocina este año. Además es una filántropa (con su propia fundación, Young Chefs Cooking for a Cure, para ayudar a niños con cáncer) y filósofa. ¿Su filosofía? ``Hacer el transcurso de la vida más apetitoso, porque es demasiado corta para no saborearla al máximo''.

De niña, Calvo, cubanoamericana residente de Miami, se interesaba más en jugar con un set de cocina de juguete que con muñecas. A las muñecas sólo les daba a probar sus creaciones culinarias.

''Mi mamá [Magaly, una estilista] es cubano-italiana y siempre cocinó comida continental... griega, árabe, italiana y asiática, y heredé su vocación'', admite Calvo.

A los 12 años, la futura empresaria horneaba galletitas de chocolate en casa para venderlas en la escuela por 50 centavos cada una. Llegó a ganar hasta $200 a la semana hasta que una administradora le llamó la atención.

A los 14, fue escogida como presentadora del segmento matutino de noticias de su escuela secundaria, Braddock Sr. High de Kendall, en el que ofrecía consejos de cocina y recetas. También fundó un club de cocina en el cual los miembros compartían las recetas más célebres de su familia.

Cuando tenía 16, un representante de la universidad culinaria Johnson & Wales hizo una presentación en su escuela que para ella fue como una revelación.

''Ese día decidí convertirme en chef profesional. Tenía una beca para estudiar en FIU y mi papá [Manny, ingeniero de la compañía farmacéutica Johnson & Johnson] me decía que ése no era trabajo para mí, que me iba a pasar la vida detrás de un fogón grasoso'', recuerda.

Sin embargo, tras graduarse con honores de Johnson & Wales y resultar ganadora de varios concursos nacionales de cocina, el padre de Adrianne vio el potencial de su ambiciosa hija.

''En el 2003 gané el concurso Taste Down Under con la receta de mis chuletas de cordero asiático-australianas, algo que me permitió cocinar un banquete para los embajadores de las Naciones Unidas en Nueva York. Preparé una cena de siete platos y pueden imaginar lo nerviosa que estaba. Me temblablan las manos, pero fue un éxito tal que me invitaron el año siguiente'', cuenta.

La chef recuerda que mientras sus contrincantes --veteranos internacionales-- se deshacían fermentando salsas especiales, ella sólo se enfocaba en mezclar ingredientes que le aportaran ''el máximo sabor'' a la carne, siguiendo intuitivamente lo que le dictaba su propio paladar.

''Mi más reciente invento es un pudín de maracuyá y mango. El pudín no es algo que veas a menudo en el menú de un restaurante cinco estrellas y creo que es un postre menospreciado. Por eso intenté hacerlo más tentador y exótico, para que una probadita te hiciera sentir como si estuvieras vacacionando en alguna playa tropical'', confiesa.

Su creatividad y disciplina la llevaron a trabajar, con sólo 20 años, en el restaurante Azul y Café Sambal del hotel de cinco estrellas Mandarin Oriental de Brickell, en el que sus compañeros tenían al menos diez años más que ella de experiencia. Actualmente, Calvo está considerando ofertas de las cadenas Food Network, Discovery y Travel para un programa de televisión que espera que salga al aire a finales de este año.

''No quiero un segmento tradicional como el de Rachel Ray que te enseñe a cocinar rápido abriendo una lata. Quiero interactuar mucho con la audiencia e incorporar música de una banda en vivo, además de disfraces. Si estoy cocinando un pollo con piña quiero tener bailarinas con faldas y música hawaianas'', describe ilusionada.

Calvo puso este concepto a prueba al presentar el show de cocina en vivo Maximum Flavor Live en el escenario de Bayside el pasado noviembre.

''Tenía una banda compuesta por mi hermana y mis primos, al estilo de la familia Partridge, un DJ y luces. Presentaba cada plato como un acto de magia, generando expectativa. La coordinadora de eventos en Bayside me había advertido que no vendría nadie porque esa noche había un juego del Miami Heat en la arena justo al lado, pero se llenó a más no poder y tanto los libros como los productos se agotaron en una hora'', recuerda.

La desenvuelta Calvo, entrenada por el productor Lou Ekus frente a las cámaras, se ha presentado en programas como ¡Despierta América! de Univisión, El show de Montel Williams de UPN, South Florida Today de NBC y Fox & Friends de Fox. Además, durante una gira promocional, ofreció charlas de motivación en escuelas secundarias y grabó múltiples programas radiales.

En julio del 2005, también estuvo a punto de abrir dos restaurantes, uno en Kendall y otro en Coconut Grove bajo el nombre Terra Dolci.

''El concepto era de recetas y vinos del Valle de Napa en California donde hice una pasantía, pero a mi hermana Jennifer le diagnosticaron un cáncer en la lengua. ¡Qué irónico considerando que soy una chef! Por eso decidí vender el concepto a inversionistas por un millón de dólares'', cuenta.

La enfermedad de su hermana, que falleció recientemente con apenas 19 años, la motivó a fundar su organización caritativa Young Chefs Cooking for a Cure.

''Estamos organizando el próximo evento The Child In Us, que será en South Beach a finales de año para recaudar dinero para el hospital St Jude. Por $20 la gente podrá probar muchos de mis platos y participar en concursos muy divertidos'', adelanta.

Su libro Maximum Flavor incluye recetas originales de la chef, cuya inspiración es caribeño-asiático-mediterránea, además de fotos tomadas durante viajes a California, Nueva York y Cayo Hueso. Insaciable, Calvo espera retomar la iniciativa de abrir su propio restaurante el próximo año.

''Mi sueño es tener mi propia cadena de restaurantes donde la gente no sepa qué ordenar porque todo en el menú suena delicioso'', concluye.

lhansen@herald.com

El libro 'Maximum Favor' de la 'chef' Adrianne Calvo está disponible en Barnes & Noble, Amazon, Borders y otras librerías. Su línea de productos se vende en las tiendas Williams Sonoma y a través de su página web: www.maximumflavor.com


martes, 27 de junio de 2006

Posted on Tue, Jun. 27, 2006

BARBARA SAFILLE
Especial/El Nuevo Herald

Un momento de gran regocijo se vivió la noche del 14 de junio en el Teatro Prometeo. El XXI Festival de Teatro Hispano hacía justicia a uno de los más dedicados artistas del exilio cubano. Poeta, dramaturgo, actor, dibujante, payaso, artista a toda hora, René Ariza validó su vida a partir de su obra y se entregó sin más a ella.

Nacido en La Habana, el 29 de agosto de 1940, desde muy temprano se dedica al teatro y a la literatura. Estudia en la Academia Municipal de Artes Dramáticas de La Habana y en 1967 obtiene el Premio de la Unión de Escritores y Artistas por La vuelta a la manzana. Un año más tarde su pieza teatral El banquete es nominada para el Premio Casa de las Américas. En enero de 1974, Ariza es condenado a ocho años de prisión acusado de escribir literatura subversiva. Desde su llegada a Estados Unidos en febrero de 1979, Ariza escribe, actúa, canta, recita, dibuja, febrilmente, en incesante espiral creativa de Miami a San Francisco. Muere, sin el reconocimiento merecido, el 27 de febrero de 1994.

El grupo Prometeo, con un elenco de jóvenes inteligentes y perceptivos inspirados en la obra teatral de Ariza, presentó El cuento de René bajo la dirección de Larry Villanueva, un espectáculo de piezas breves y monólogos hábilmente insertados a la metáfora de una comparsa lúgubre e hilarante. Ya antes de comenzar, el público era recibido a una atmósfera de sublimes vibraciones. En la penumbra del escenario, bajo una bóveda de tules verdosos en forma de tramposas telas de araña, temblaba el escenario vacío. La unidad de la representación estaría garantizada por el espectro de miedo y represión presente en cada una de las historias, por lo absurdo de sus grotescos personajes y por el tono sarcástico de la puesta en escena, que ante la paradoja de esta realidad enajenada, para enmascarar el dolor, opta por reír.

La exitosa puesta utiliza un concepto escenográfico minimalista de Michel Hernández, en que el artista hace ostentación de aguzado ingenio. Con no mucho más que una puerta con cortina de tiras a la izquierda del escenario, un par de sillas, un refrigerador viejo y un ventilador anacrónico, Hernández crea una dinámica escénica diferente para cada historia, donde un hueco refrigerador proteico se transmuta en carroza, en cama, en tumba. Sin cortinas que se abran, pero con una intensa dinámica y especial energía comienza la comparsa macabra de Ariza con El relato sospechoso, interpretado magistralmente por Larry Villanueva. Su profundo desarrollo del personaje se evidencia en la aguda discriminación de intenciones para cada unidad dramática, para cada bocadillo, para cada uno de sus tonos e inflexiones. Sin embargo, son sus silencios y sus transiciones lo que hace a Villanueva un aliado del teatro de amenaza de Harold Pinter, a pesar de su riquísima interpretación del ''cheo'' cubano.

También las transiciones entre escena y escena fluyen orgánicamente, gracias a una profunda cohesión entre los actores y a una certera dirección. En El fantasma del puerco, pieza trágica y grotesca, Diego Romero incorpora a su personaje un nivel de retraso mental para justificar su enajenación y elige preferentemente el humor negro --quizás demasiado-- en la solución de su caracterización.

Sin embargo, su enérgica actuación, su dinámico movimiento escénico en diferentes niveles y su entrega a una dolorosa vivencia humana que sólo puede asimilarse a través de un cáustico cinismo, justifican su sombría carcajada.

Mirla Pereira, en Relato para moscas, Insultos, Apariencias y Carne, asume sus diferentes papeles con dedicación y aporta una voz grave y misteriosa que colabora con el carácter siniestro y risible del espectáculo. En Sueños se destacan con su sincera y genuina actuación Luis Nalerio y Honorio Toussaint. Otras de las revelaciones de la noche fueron Gustavo Mejía en Ser escritor y César Palacios y Facundo Rodríguez en Mascarada y carne, con poderosas y apasionadas interpretaciones. Hannía Guillén en Esposas, Diego Romero en Héroe tras héroe, y todo el elenco, demuestran que son capaces de identificarse con el intenso y atormentado universo de René, en que no se deja de amar al ser humano a pesar de sus aberraciones.

La inolvidable puesta en escena culminó con una excelente caracterización y una genial actuación de Rosa Inguanzo en Los bravos. Investida de los atributos de un hombre ignorante y machista, Rosa, como René, se aproxima al ''cheo'' cubano con una mezcla de complacencia y horror. Su personificación marca un hito en las tablas de Miami. Las luces, el vestuario y la musicalización de Young, Ortta y Rodríguez, apoyan con precisión, riqueza imaginativa y justa ambientación, el concepto estético de la dirección teatral. Desde el más profundo y apacible de los abismos, Ariza sonríe.


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