domingo, 6 de agosto de 2006


Posted by Picasa Armando Oréfiche. Foto de Archivo

Publicado el 08-05-2006

Por Rosendo Rosell
El titular no es mío, sino de la prestigiosa revista norteamericana, que lo señaló así. El desaparecido músico y compositor cubano, autor del internacionalmente famoso “Mesié Julián”, nació en La Habana en 1911. Creció y se educó en la barriada del Cerro, graduándose, en 1929, en la Academia Municipal de Música que dirigía el recordado maestro Gonzalo Roig.
Armando Oréfiche empezó como pianista en la orquesta de los Hermanos Le Batard, y en la del teatro Encanto. Puede decirse que entró en la leyenda en 1932, cuando el laureado maestro Ernesto Lecuona, le invitó para participar con él en una gira de conciertos por toda España. Bajo su dirección musical la orquesta se convirtió en todo un espectáculo teatral. Dos años más tarde, en Venecia, tras una grave enfermedad que obligó al maestro Lecuona a regresar a Cuba, tomó la batuta y desde el piano, siguió dirigiendo a la Orquesta Lecuona Cuban Boys, en homenaje al compositor de “Siboney”. A partir de aquel momento la carrera artística de Oréfiche no cesa de recibir reconocimientos y honores, siendo de los primeros en divulgar la conga en Europa, así como otros ritmos cubanos que se distinguen por sus originales arreglos orquestales y evoluciones escénicas.
Tras siete años recorriendo las principales capitales de Europa y el Oriente, realiza giras igualmente exitosas por Cuba, América del Sur, y Estados Unidos de América, donde grabó, en Hollywood, la banda sonora de la película “Carnaval en Costa Rica”. (...)
Las estrellas cubanas, Celia Cruz y Olga Guillot, mantuvieron siempre admiración y cariño por Oréfiche. Respeto que se hizo patente por estelares figuras internacionales. Y, no solamente sus compañeros artistas, sino los más reputados críticos y periodistas hicieron objeto de sus crónicas, todas positivas, hacia su brillante carrera. “Es un pianista poco común en cuanto a seguridad y mímica”, dijo “La Prensa” de Buenos Aires. “Es un inventor de la dinámica a manos ocupadas”, afirmó Moisés Simon, autor de “El Manisero”. Y el gran escritor y periodista cubano, Francisco Ichaso, en Diario de la Marina, dijo: “El espectáculo está buscado desde todos los ángulos, y logrado casi siempre”...

Dicen los ditirambos cronológicos de su extensa música, que su mayor éxito fue el tema “Mesié Julián” pero igualmente famosas fueron sus composiciones “Rumba Blanca”, “Rumba Negra”, “Habana de mi Amor”. “Rumba Arabe”, “Bombón”, un mambo dedicado a la Faraona, Lola Flores. Famosas fueron sus colaboraciones con Josefina Baker “Mayarí” y “Conga Blicotí”. Igualmente interpretaron su música, estrellas de la categoría de Rita Montaner, Miguelito Valdés, Bola de Nieve, Antonio Machín, Hugo del Carril, Pedro Vargas, y hasta el mismísimo Maurice Chevalier, así como un sinnúmero de estelares figuras.

Fiel a sus raíces cubanas, siempre hablaba de su Cuba. Y me dijo muchas veces que se sentía confortablemente en Palmas de Gran Canaria, donde vivió varios años, y donde murió, pero que la nostalgia le invadía y por eso, agradecía sobremanera las veces que lo trajimos a Miami, “porque se parecía tanto a Cuba”... También tuvieron el gusto de traerlo a Miami, la Sociedad Pro Arte Grateli, y Mara y Orlando.

Hemos creído oportuno hacer este pequeño recuento de un amigo estelar como Armando Oréfiche, porque los méritos acumulados durante su dinámica viva creativa lo merecen. Pensamos que debe estar dando su Concierto en el Cielo, como nos decía, junto a las figuras y afectos de los que fueron sus amigos, y le acompañan en el largo viaje...

“Concierto en el Cielo” de Oréfiche, es un compendio imaginario del concierto que él, según me explicaba, hubiera querido realizar en el Cielo. Los que seguimos en la Tierra, Gracias a Dios, disfrutamos de lo bueno y lo sano, como los Productos Kirbyyyyyy, y sus Sabrosos Frijoles, plenos de Sabor Criollo... Y visitamos a diario, para degustar sus comidas y bebidas, el mejor restaurante de Miami.... “Casa Juanchooooooooo”....


Posted by Picasa AGOSTO DE 2006

por Christopher Domínguez Michael

En diciembre de 2002, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara tuvo a Cuba como huésped y Letras Libres preparó un número dedicado a debatir el presente y el futuro de la isla. Aquella presentación, como se recordará, fue interrumpida por un ruidoso contingente de castristas quienes, bien acompañados de funcionarios cubanos, convirtieron aquello en una faramalla que reproducía, en México, los procedimientos inquisitoriales e intimidatorios propios de la dictadura y sus comités vecinales.

El acto de repudio, como se lo llama en la jerga persecutoria, duró más de dos horas y una vez concluido, por razones que no sé si atribuir a la saciedad de los provocadores o a la corrosiva influencia de la tolerancia democrática, el clima se distendió cómicamente y tanto los fiscales como las víctimas nos fuimos retirando en calma, cada uno por su lado, comentando un incidente que se llevó a cabo en las narices de los organizadores de la feria, obsequiosos hasta el escándalo con el régimen cubano. Recuerdo, todavía, a algunos de los castristas tapatíos tomándose la foto del recuerdo con una linda muchacha cubana que, en calidad de La Libertad guiando al pueblo, había animado con entusiasmo a los alborotadores. Esa noche, en la habitación del hotel, mientras procesaba esa clase de adrenalina que sólo la política desencadena, me consternó pensar, sobre todo, en lo que esa jornada habría significado para mis colegas cubanos, el novelista José Manuel Prieto y el ensayista Rafael Rojas, director de la revista Encuentro de la Cultura Cubana, ofendidos en la tierra de su exilio con los métodos rutinarios del totalitarismo.

Meses después, en la primavera de 2003, aprovechando las circunstancias creadas por el bombardeo estadounidense de Iraq, la dictadura calculó que podía arremeter, sin pagar un costo demasiado alto, contra la disidencia, llevando a cabo una de las represiones más virulentas que haya emprendido en su ya larga historia de medio siglo. Entre aquella noche en Guadalajara y la represión de marzo en Cuba, creo encontrar el tono para hablar de Rafael Rojas, historiador nacido en Santa Clara, Cuba, y residente en México desde hace varios años. Por un lado, recapitulo, está la paradoja, no por clásica menos amarga, que implica honrar las libertades en democracias donde los castristas usan y abusan precisamente de las libertades democráticas cuyo ejercicio niegan a los cubanos. Y por el otro lado, es evidente que la inflexible facundia con la que Castro aguarda el final de su vida implicará el deterioro cada día más irreversible de la posibilidad de una transición pacífica en Cuba, tal cual lo desearía un liberal de temperamento moderado como lo es Rojas, quien teme, como lo dice en Tumbas sin sosiego, que el futuro cubano sea un mercado sin república y una democracia sin nación.

A casi medio siglo del triunfo de la Revolución Cubana y de su transformación en una dictadura, Tumbas sin sosiego. Revolución, disidencia y exilio del intelectual cubano, narra, con esa penetrante visión de conjunto tan propia de aquellas autobiografías espirituales que se ocultan en la modesta secrecía del ensayo, la aventura de los intelectuales cubanos. El vértigo que va de 1959 a 1961 ocupa las páginas centrales en un libro donde se estudian las pasiones que, desde el fervor hasta la ceguera, actuaron para que muchos intelectuales de la isla, y con ellos varias de las mentes más conspicuas de aquella época, hipotecasen su conciencia al servicio de la última de las grandes revoluciones marxista-leninistas. Pero, recurriendo a una vieja idea conservadora que se alimentó de Dostoievski, la que encuentra, en la atracción revolucionaria, la consumación de aquello que se incuba en el nihilismo, Rojas insiste en que no todos los letrados cubanos sucumbieron al embrujo. Cito, porque yo no lo conocía, el testimonio final del ensayista Jorge Mañach (1898-1961). Exiliado, Mañach advertía que, al declarar el carácter socialista de la Revolución Cubana, Fidel Castro traicionaba el mandato que recibió mientras peleaba en la Sierra Maestra, pues “el pueblo de Cuba –todas las clases sociales y muy especialmente la clase media– le apoyaron moral y materialmente para que liberara al país de la satrapía batistiana, y después, con la autoridad de esa victoria, convocase a unas elecciones, que sin duda habría ganado abrumadoramente, poniéndolo así en condiciones constitucionales de hacer efectivas las grandes reformas y rectificaciones que la Constitución del 40 había ya contemplado. A lo que no estaba autorizado el fidelismo era a cambiar radicalmente, por sí y ante sí, la estructura institucional y social de la nación cubana sin el previo y el explícito consentimiento de nuestro pueblo, otorgado mediante un proceso de amplia decisión pública y en un ambiente de plena libertad. El asentimiento de una muchedumbre fanatizada ante una tribuna, no da autoridad bastante para alterar el destino que un pueblo se ha ido forjando desde sus propias raíces culturales e históricas” (pp. 194-195).

Del mito de José Martí, convertido en providente bautista del castrismo, al desencanto (y a la contrición y al reencantamiento) de José Saramago, del arrobamiento tolkineano de Lezama Lima a su clausura en vida, de la reticencia católica de Cintio Vitier a su segunda conversión, pasando por el exilio de Guillermo Cabrera Infante, por la visita de Sartre, la suspicacia de Jorge Edwards, la servidumbre de Roberto Fernández Retamar y por las tenebras del caso Padilla, Tumbas sin sosiego explica cómo la Revolución Cubana negoció, en riguroso ardid mefistófelico, el alma de los intelectuales cubanos que, habiendo sido comunistas, republicanos o católicos, confluyeron en una desastrada constelación nacionalista. Y para que ello ocurriera, nos explica Rojas, hubo que condenar a la República Cubana entera, presentando el período que va de 1901 a 1959 como una neblinosa Edad Media que, en esa versión, no habría sido ninguna otra cosa que un títere sometido a los antojos y los caprichos del imperio.

La longevidad de la dictadura, lo mismo que su hipnótico predicamento en Occidente, no se explica sino en la medida de su cercanía geográfica de la democracia imperial que ganó las batallas decisivas del siglo XX. Pero la historia de Cuba, antes y durante (y acaso después) del cautiverio comunista, tiene que ser también, como se propone en Tumbas sin sosiego, la genealogía del nacionalismo isleño, de ese malestar de la cultura cubana expresado en la supuesta ausencia de mitos fundadores y en el desdén precoz, marcado por el aburrimiento parnasiano, de la vida democrática, vertientes que Rojas analiza de manera descarnada y melancólica. No podía ser de otra manera en quien pertenece, como Rojas, a la generación que abandonó el mito de la revolución traicionada, asumiendo que en Cuba habrán pasado muchas cosas del orden endógeno, pero lo que se escenificó fue esencialmente uno de los últimos capítulos de la cruzada antiliberal que empezó en Rusia en el invierno de 1917.

Si la Revolución se construyó a sí misma pintando un cuadro horrendo del primer medio siglo de vida independiente cubana, Rojas invierte el método y muestra, con unas artes que sorprenden a quienes no hemos tenido otra imagen metahistórica de Cuba que la diseñada por el castrismo, la riqueza y la variedad de aquella capital antillana de nuestro mediterráneo. Para quienes nacimos después del 1 de enero de 1959 (y entre ellos se cuenta, lo cual explica muchas cosas, el propio Rojas, nacido en 1965), aquel mundo cubano era cosa de fantasía, una genial invención lingüística de Cabrera Infante, un rumor, en fin, un tanto equívoco, asociado a figuras que en Tumbas sin sosiego ganan un nuevo peso más allá del canon que suele incluir, falsificándola un poco o un mucho, a la revista Orígenes y a sus fundadores, primero censurados y luego rehabilitados por la dictadura. Todo escritor necesita, para decirlo con Lezama Lima, una era imaginaria que lo libere de la esclavitud del tiempo, y en ese sentido, cabrerainfantiano, Rojas honra la vida intelectual de Cuba durante la última década de la República, como ese pasado absoluto o tiempo perdido sin el cual no se tiene energías para vivir en el exilio o para litigar, haciendo literatura, en el fuero interno.

Haciendo la topografía de la Cuba revolucionaria, Rojas detecta, a lo largo de los años sesenta, las grandes polémicas junto a las tendencias políticas que pelearon por el poder cultural, por la Casa de las Américas, la Unión de Escritores y Artistas y el Ministerio de Cultura, posiciones cuya importancia para la izquierda internacional es actualmente difícil de describir. El mapa desplegado en Tumbas sin sosiego permite seguir, desde la polémica entre Virgilio Piñera con Fernández Retamar sobre el tema capital, el compromiso político, hasta la beligerancia de los marxistas heterodoxos (de la que acabaría por salir el novelista Jesús Díaz, uno de los maestros de Rojas) contra los viejos comunistas (Juan Marinello, Nicolás Guillén). Quienes acabaron por ganar la partida fueron los nacionalistas revolucionarios, entre los que se contó, hasta su ruptura en 1971, el audaz Carlos Franqui. Fueron estos últimos, concluye Rojas, los ideólogos que, tras el colapso soviético, limaron la constitución estalinista de 1976 y dotaron al régimen de una legitimidad inspirada en el nacionalismo.

Tumbas sin sosiego también puede leerse como la crónica de una “revuelta bibliográfica”, la afortunada expresión que Rojas tomó de F.X. Guerra –y que yo cambiaría por la de “revuelta hemerográfica”. Como en pocos, en Tumbas sin sosiego se demuestra aquello de que la historia de una literatura se encuentra en sus periódicos y en sus revistas, de tal forma que Cuba no sólo es Orígenes, sino (y cito en desorden) Revista de Avance, Bohemia, Lunes de Revolución, Ciclón, El caimán barbudo o Pensamiento crítico, las líneas de la mano que Rojas va leyendo en busca no sólo del pasado, sino del destino de la inteligencia cubana.

Causa asombro, perplejidad y envidia, y así me lo decía la otra tarde un amigo, la importancia que los cubanos le dan –lo mismo en la diáspora que en La Habana, en Lezama Lima que en Vitier, en Fernández Retamar que en Sarduy, en Rojas que en sus adversarios– a su tradición literaria, a la cubanía o a la cubanidad. Y me permito, dado que en México y en Cuba choteo quiere decir la misma cosa, decir que me entero, leyendo Tumbas sin sosiego, de que hubo un homo cubensis, a cuya postulación arqueológica se opuso el escritor y etnólogo Fernando Ortiz. Pero hacen bien los cubanos afanándose en esos cuidados, pues, como le ocurre a los rusos, tienen una literatura no sólo extraordinaria sino mesurable. El número de los grandes escritores cubanos es el mismo que el los apóstoles, con la democrática ventaja de que cada lector puede sumar o restar nombres a la lista: Martí, Casal, Lezama Lima, Carpentier, Vitier, Lydia Cabrera, Fernando Ortiz, Cabrera Infante, Sarduy, Piñera, Eliseo Diego, Arenas…

Pero algo falta (o más bien algo le sobra) a Tumbas sin sosiego para ser incluido sin vacilación en la jerarquía de los modernos ensayos cubanos de los que es crítica, comentario y continuación. Me refiero a las páginas de Rojas que muestran mala escritura, mala escritura académica, como en la página 416, segundo párrafo, donde, para decir que algunos escritores de Miami ya no se sienten exiliados, Rojas recurre a extravagancias como “subjetividad nómada”, “localización bicultural” o “noción radicalmente traslaticia”.

Tumbas sin sosiego tiene páginas notabílisimas, realmente ejemplares, como las dedicadas a Vitier (vaya forma de meterse a la trastienda de un nacido dos veces), a Cabrera Infante o al “checoslovaco” Heberto Padilla, edificadas como verdaderos cenotafios, memoriales, sitios a los cuales el lector seguirá peregrinando. Pero la alusión funeraria, a la Connolly, del título no debe llamar a engaño: una buena mitad del libro está dedicada a los escritores contemporáneos, los que viven en la isla y han tenido, en el pasado recentísimo, a un símbolo en Raúl Rivero, igual que a la diáspora, donde se cuentan poetas como José Kozer y Orlando González Esteva, y algunos otros más jóvenes, ya sean miembros de la generación del Mariel, víctimas del período especial o beneficiarios del exilio de baja intensidad. Es cierto que, acercándonos al presente, los historiadores de la literatura aflojamos el paso, más de grado que por fuerza, y disminuimos la tensión crítica al juzgar a nuestros contemporáneos, actividad que, con frecuencia, es una licencia mañosa que autoriza el autorretrato. Algo parecido le ocurrió al español Jordi Gracia, ganador hace dos años del mismo Premio Anagrama de Ensayo que Rojas acaba de obtener y cuyo libro sobre la literatura bajo el franquismo (La resistencia silenciosa, 2004) complementa, generacionalmente, Tumbas sin sosiego.

Cuba es, para sus escritores, una divinidad cuya circunferencia está en todas partes. Rojas asume esa obsesión, no sé si monomaníaca o islomaníaca, a veces tan exasperante, que los cubanos tienen cuando hablan de lo cubano, y hace una historia intelectual que tiene otra virtud: ensanchar el tránsito con tierra firme, permitiendo, por ejemplo, que los libros de Jorge Mañach, el autor de Indagación del choteo (1928), dialoguen –disminuyendo, al menos, mi ignorancia– con los de Samuel Ramos, Octavio Paz o Ezequiel Martínez Estrada. Rojas, con Tumbas sin sosiego como con la revista Encuentro de la Cultura Cubana, es un protagonista decidido a que el intelectual cubano, con su tragedia y su disidencia, retome su lugar en el dominio de la lengua, pues la dictadura, pese a su juvenil internacionalismo guerrillero, pretendió amputar a Cuba de la cultura hispanoamericana, recurriendo, una y otra vez, a la explotación de la insularidad nacionalista.

No sé mucho de la vida intelectual de Rojas antes de su llegada a México, pero hemos leído los mismos libros y eso es mirarse en el espejo, descubriendo el rostro propio a través de las muecas y de las sonrisas de quienes admiramos, ya sean Cyril Connolly, Claudio Magris, George Steiner o María Zambrano. Pero lo que más me conmovió de Tumbas sin sosiego es la obsesión del autor, que me devuelve a la noche del 1 de diciembre de 2002 en Guadalajara, por “la urbanidad de los intercambios” y por “el canon cívico de la decencia”, es decir, por las virtudes civilizatorias de la discusión honda, respetuosa y cortés que caracterizó a los intelectuales, comunistas, católicos o liberales que habitaron aquella República Cubana del medio siglo que Rafael Rojas ha descubierto, como un continente perdido, en el horizonte. ~


viernes, 4 de agosto de 2006

Juanita Castro HERMANA DE FIDEL : "Con Raúl en el poder existe todavía una oportunidad. Aprovéchenla"
  • IDOYA NOAIN (04/08/2006)

EDAD 73 AÑOS

TRAYECTORIA SE EXILIÓ EN MÉXICO EN 1964. UN AÑO DESPUÉS SE INSTALÓ EN MIAMI (FLORIDA)

EMPLEO REGENTA UNA FARMACIA CON 15 EMPLEADOS, SU "NUEVA FAMILIA"

POLÍTICA VOTANTE Y CONTRIBUYENTE DEMÓCRATA.

En el despacho desde el que Juanita Castro regenta su farmacia en Miami hay una foto de Bill Clinton, estampas de Juan Pablo II y un recorte con reflexiones de Milan Kundera ("Con la distancia los malentendidos se convierten en barreras"). El miércoles recibió a este periódico y explicó que estos días no son fáciles para ella: su hermano Fidel, con el que no habla desde que se exilió hace 43 años, roza la muerte; sus compatriotas lo celebran en la calle y ese júbilo le asquea, tanto como que se crucifique a Raúl, que sólo haya una imagen del exilio y que se desaproveche la opción de cambio.

--¿Qué sintió cuando conoció estos días la enfermedad de su hermano Fidel?

--Nos separan infinidad de kilómetros en lo político pero me afecta emocionalmente. Los lazos de familia no se rompen nunca. Tenemos la misma sangre aunque, lamentablemente, no tenemos las mismas inquietudes ni ideas políticas.

--¿Creía que estaba tan grave?

--Yo bromeaba diciendo que lo debían meter en una de esas cámaras de oxígeno para rejuvenecer... Este problema es grave, pero he tenido noticias de que salió de cuidados intensivos. No es especulación.

--Muchos de los suyos lo dan por muerto. ¿Cómo vive lo que se ve en la calle Ocho?

--Muy mal. Fidel es, en definitiva, un ser humano entre la vida y la muerte. Yo no me alegro del mal de nadie. No me atrevería a volverme loca en la calle gritando consignas ni contra mi peor enemigo. Puede lucharse de muchas formas.

--¿Le preocupa que esa sea la imagen única del exilio?

--Quedamos mal parados todos los cubanos. Es solo un grupo, pero como hacen tanta bulla son los que sobresalen y salen en los medios. Muchos estuvieron al lado del régimen hasta que descubrieron que aquí haciendo un poco de cuento se podía vivir bien, aun confundiendo a una parte de la población exiliada. El día que haya otro sistema en Cuba pierden su medio de vida.

--¿Ve posible poder cambiar esa imagen actual?

--Es necesario hacerlo y cambiar la forma en que se lucha. Hay mucha gente cerrada, muy reaccionaria, que está en contra de cualquier solución aunque sea una que nos haría llegar más lejos. Se van por los extremos.

--Usted fue activa en la lucha pública. ¿Por qué lo dejó?

--Quizá me faltó algo que no tenía. No avanzaba, hubo desencanto y me fui marginando.

--¿Cómo lleva usted personalmente el exilio en Miami, la separación familiar?

--Fue bien difícil romper con mis hermanos pero tenía que hacer algo por mi país. No ha sido una vida fácil, pero con otros familiares tengo contacto frecuente.

--¿Le gustaría un reencuentro con sus hermanos? ¿Es posible?

--Ojalá, ¿por qué no? Ha habido y puede haber muchos. Se ha viajado mucho a Cuba, la gente ha visitado a sus familiares y el contacto ha sido bueno: ya no hay inquina entre el familiar de aquí y el de allá. El odio mayor es al régimen y al propio Fidel, pero Dios quiera que la familia cubana pueda abrazarse de nuevo, desde el cubano más humilde hasta el más encumbrado.

--¿Le gustaría poder abrazar de nuevo a su hermano Fidel?

--Ojalá pudiera, y dejar atrás toda esta historia. Ojalá pudiera serle útil cuando lo está necesitando. Soy un ser humano, su hermana, y lo haría con mucho gusto, sin importarme la opinión de nadie, lo haría.

--Pero la gente opinaría...

--Una congresista dijo ´todos los Castro son iguales´. Y yo me digo, ´quién es nadie para decir eso´. Yo también puedo pensar que todos aquí son esbirros, iguales que los que había antes en Cuba, que quieren sacar provecho desde las posiciones que ocupan, tener el votico del cubano cuando les hace falta.

--¿Volvería usted a la isla?

--Me gustaría pero es muy difícil decir ahora si iré. Parte de mi familia puede ser eliminada si llegan los cavernícolas que hay en el camino. Si las cosas se resuelven, tal vez.

--¿Es más fácil el contacto ahora con Raúl en lugar de Fidel?

--Sí, es más abierto. Pero a Raúl aquí ya le empezaron a enfilar los cañones. Dicen que es borracho desde niño, que ejecutó a muchos... Lo crucifican en vez de aprovechar la oportunidad, empezando por el propio Gobierno americano. ¿Tienen que seguir la confrontación? Si hay una brechita, un poquito de luz en ese túnel, aprovéchenla. Y si de verdad Raúl va a coger el poder hay una oportunidad. Pero la Casa Blanca ya ha dicho que no quiere nada con él, que es igual que Fidel, y unicamente para congraciarse con los cuatro que hay aquí.

--¿Cuál es su deseo para Fidel?

--Ojalá que, dentro de toda esa gravedad, logre rebasar todo esto. Y que sea lo que Dios quiera, porque yo creo que Dios tiene la última palabra. Que Dios le ayude, que Dios le ilumine y que Dios le perdone.


jueves, 3 de agosto de 2006

NACIONALES - 08/03/2006

Miami/EFE —Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia, calificó hoy en Miami de “injerencia” la advertencia de EE.UU. de impedir la partida de flotillas desde el sur de Florida hacia Cuba y reclamó el "derecho a entrar en la isla".

Se trata de un intento de EE.UU. de “neutralizar al exilio cubano en su apoyo a la lucha cívica pacífica” en Cuba, afirmó a Efe Saúl Sánchez, líder de una de las principales organizaciones del exilio cubano en Miami.

Vamos a exigir al Gobierno estadounidense que “no impida” zarpar a la flotilla “ya dispuesta” (unas 15 embarcaciones y diez aviones) del Movimiento Democracia hacia Cuba, en el caso de que “podamos hacerlo”, señaló.

El portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, advirtió el martes en Washington del riesgo de cualquier intento de provocar un éxodo masivo desde y hacia Cuba.

“Es importante en esta coyuntura decirle a la gente que permanezca dónde esté. Este no es el momento para que la gente intente lanzarse a las aguas y viaje” desde o hacia EE.UU., agregó Snow.

El Gobierno de Estados Unidos ha llegado incluso a considerar la posibilidad de un bloqueo naval con sus servicios de guardacostas para impedir que flotillas de barcos traten de llegar a Cuba desde el sur de Florida.

Al mismo tiempo se trataría de evitar un éxodo de cubanos hacia Florida.

A este respecto, Ramón Saúl Sánchez afirmó que lo fundamental es que no se “restrinja” el derecho del exilio cubano a “entrar” en las isla y “luchar junto a la disidencia interna". Desde el Gobierno “intentan atarnos las manos”, subrayó.

En ese sentido, dejó claro que interpelará al Gobierno sobre una cláusula secreta del plan aprobado por el presidente de EE.UU., George W. Bush, que busca impulsar un proceso de transición hacia la democracia en Cuba.

A juicio de Saúl Sánchez, dicha cláusula permitiría la “detención temporal” de dirigentes de grupos del exilio cubano que tuviesen el propósito de “ir a Cuba".

Esta medida, opinó, es “claramente una posición de injerencia de Estados Unidos” que neutraliza la posibilidad de “apoyar a la disidencia interna".

“No podemos quedarnos cruzados de brazos”, insistió, y se mostró convencido de que asistir al “resquebrajamiento del régimen" castrista, lo que significa que, continuó, el “músculo de la represión” se ha debilitado.

Todo lo que quiero, apuntó Saúl Sánchez, es “caminar por Cuba”, e indicó que posiblemente en la tarde de hoy exponga en una conferencia en la pequeña Habana, en el corazón del Miami, sus preocupaciones sobre lo que consideró un “injerencia de EE.UU.” en los asuntos cubanos.


Posted on Thu, Aug. 03, 2006

By ALFONSO CHARDY
The Miami Herald

Cuando el exiliado cubano David Sebastián oyó la noticia de que Fidel Castro había cedido el poder, tuvo una mezcla de alegría y angustia. Se alegraba por el futuro de su país, pero no por el suyo.

''Me preocupó mucho qué va a pasar conmigo'', dijo Sebastián, de 40 años, al Herald. 'Mi hija [de 17 años] me llevó aparte y me dijo: `Papá, ¿cómo te afecta esto a ti?', y empezó a llorar''.

Sebastián, convicto en 1990 por la venta de equipos marinos robados, figura entre los más de 29,000 exiliados cubanos que no tendrían otra opción que regresar a Cuba si ocurre un cambio de gobierno y se establece un régimen democrático.

La inmensa mayoría son convictos que, según la ley aprobada por el Congreso en 1996, están sujetos a deportación. Siguen aquí porque Cuba se niega a aceptarlos, y Estados Unidos no ha tocado el tema en varios años.

El departamento de Inmigración y de Aduanas proveyó el miércoles estadísticas según las cuales hay 29,079 ciudadanos cubanos con órdenes finales de deportación, la mayoría en libertad bajo supervisión y algunos en custodia.

Autoridades estadounidenses y expertos en inmigración creen que es prematuro especular sobre deportaciones.

''Incluso si ocurriera un cambio en Cuba, no sabemos si la política de negarse a aceptar a esas personas va a cambiar'', dijo el abogado de Miami Ira Kurzban, considerado una autoridad en leyes federales de inmigración.

Linda Osberg-Braun, otra abogada de inmigración del sur de la Florida entre cuyos clientes hay notorios ciudadanos cubanos con órdenes finales de deportación, duda que los expulsen en un futuro inmediato.

''No creo que Raúl vaya a cambiar la dictadura en Cuba; seguirá existiendo una dictadura opresiva'', dijo Osberg-Braun. "Por lo tanto, no creo que se dé un cambio de relaciones, ni que se alcance un acuerdo de repatriación con Cuba''.

Ninguna ley de inmigración establece qué condiciones deben existir en la isla para iniciar las deportaciones. Las únicas pistas de que podrían llevarse a cabo están contenidas en las leyes de 1996, que estipulan deportación obligatoria para extranjeros convictos de delitos graves de mayor gravedad.

Una lista de temas fundamentales en el sitio de internet del Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos --www.us cis.gov-- dice que una de las provisiones incluidas en las leyes de 1996 contempla "la revocación condicional de la Ley de Ajuste Cubano en cuanto se establezca una democracia en Cuba''.

La Ley de Ajuste Cubano entró en vigor en 1966, y permite a los cubanos solicitar la residencia permanente un año después de haber llegado a Estados Unidos.

Aunque la democracia está muy lejos de hacerse realidad en Cuba, eso no significa que los exiliados con órdenes finales de deportación estén tranquilos.

'En cuanto lo oí, pensé `¿Y ahora qué me va a pasar?' '', dijo Sebastián, asistente en la oficina de un abogado de inmigración de Coral Gables. "Eso fue lo mismo que pensaron otros miles de cubanos exiliados en la misma situación''.

Sebastián dice que el hecho de haber resultado convicto de un delito debía ser irrelevante, porque ocurrió cuando ya él era ciudadano, lo cual impide que sea deportado. Pero las autoridades de inmigración insisten en que él no es ciudadano, porque no acudió a dos ceremonias de naturalización, y las cortes están de acuerdo, a pesar de que la razón por la cual no se presentó es que las notificaciones fueron remitidas a direcciones equivocadas. En abril, la Corte Suprema declinó ventilar el caso.

Sobre Luis Enrique Daniel Rodríguez, ex agente de la seguridad del Estado cubana sospechoso de haber perseguido a disidentes, pesa también una orden final de deportación. Rodríguez fue puesto en libertad condicional el año pasado. No pudo ser localizado para que hablara, pero su abogado, Leonardo Viota Sesin, dijo el miércoles que su cliente "probablemente esté preocupado''.

Un número significativo de exiliados con órdenes finales de deportación --10,386-- llegaron a Estados Unidos en 1980 por el puente marítimo Mariel-Cayo Hueso.

Cientos de convictos del Mariel seguían detenidos en espera de que los liberaran, pero la Corte Suprema de Justicia falló en contra de la detención indefinida. La mayoría de esos convictos --más de 700-- fueron liberados el año pasado.

Otra categoría de detenidos del Mariel está en una lista menguante de más de 2,700 que el gobierno cubano aceptó repatriar en negociaciones con la administración Reagan en los años 80. Más de 1,700 han sido deportados, pero quedan cerca de 1,000.

Estadísticas del gobierno indican que 18,693 cubanos que no vinieron por el Mariel tienen órdenes finales de deportación, y que 235 de ellos permanecen detenidos.

Entre los cubanos prominentes que podrían ser deportados figura Jorge de Cárdenas, un ex poderoso cabildero y estratega político convicto en 1990 como parte de un escándalo de corrupción.

Desde su oficina, Cárdenas dijo el miércoles que no está muy preocupado. Su sobrino, Jorge Felipe de Cárdenas Agostini, también encara deportación.

Agentes de inmigración lo detuvieron en el 2004 bajo sospecha de que supervisaba un grupo de torturadores de disidentes anticastristas mientras trabajaba en el Ministerio del Interior de Cuba.

El abogado de De Cárdenas Agostini, Osberg-Braun, negó las acusaciones y dijo que su cliente fue perseguido por el régimen castrista.

Amigos suyos dijeron que eran sus vínculos con el teniente coronel Antonio de la Guardia, ejecutado junto al general Arnaldo Ochoa luego de juicios sumarios por narcotráfico en 1989. Algunos expertos creen que los fusilamientos sirvieron de veras para purgar a oficiales que representaban una amenaza para Castro.

De Cárdenas Agostini testificó durante el juicio de deportación contra su tío. Fue entonces cuando hizo declaraciones que las autoridades de inmigración usaron para emitir una orden de deportación contra él. De Cárdenas Agostini fue liberado el año pasado, también bajo libertad condicional.


Posted on Thu, Aug. 03, 2006
Associated Press

En momentos en que el líder cubano Fidel Castro se recupera de una hemorragia intestinal, la cadena CNN indicó el jueves que contrató a su hija, Alina Fernández, como colaboradora.

Fernández, quien tenía tres años cuando Castro ascendió al poder y mantuvo contacto con él esporádicamente, salió de Cuba disfrazada como turista española en 1993. Se mudó a Miami, donde es conductora de radio y autora del libro "Castro's Daughter: An Exile's Memoir of Cuba" ("La hija de Castro: memorias de una exiliada de Cuba").

Su padre, que ha ejercido el poder durante 47 años, lo cedió temporalmente el lunes a su hermano Raúl y ha permanecido sin ser visto por el público después de haber sido operado por una hemorragia intestinal.

Fernández proporcionará comentarios y conocimientos sobre Cuba a medida que se desenvuelven los acontecimientos sobre la salud de su padre y una potencial sucesión en el poder.

"En este punto crítico en la historia como una cubana, para mí es importante atraer la atención del mundo a la situación dentro de Cuba, al tiempo que reflexionamos sobre su futuro", señaló. "CNN es una red mundial, que puede llegar a la mayor cantidad de población disponible".



Posted by Picasa Max Borges

El legado del modernismo cubano
ADRIANA HERRERA
La entrega del premio Lifetime Achievment 2006 de la Fundación Cintas a los arquitectos Max Borges y Ricardo Porro no sólo es un homenaje a la trayectoria de dos gigantes del movimiento modernista cubano, sino a una época de la arquitectura de la isla.

Borges construyó en 1952 el Tropicana, el cabaré que alcanzó dimensiones míticas como centro de esa vida nocturna que inmortalizó Guillermo Cabrera Infante; y Porro, arquitecto de la Escuela Nacional de Danza Moderna de La Habana (1961-1965), llevó a la cúspide ese movimiento modernista que situó a la isla en la vanguardia de las artes plásticas.

Borges fue parte esencial del grupo de jóvenes arquitectos que incidieron en el florecimiento turístico y económico de mediados del siglo XX. Después de haber estudiado arquitectura en Georgia Tech y hecho su maestría en Harvard, regresó a Cuba, donde tuvo la ventaja de trabajar junto a su padre, el arquitecto Max Borges del Junco, pero construyó una reputación propia con una celeridad que hoy atribuye a una palabra: "Osadía".

Su diseño del Centro de Medicina y Cirugía lo hizo merecedor del Premio Nacional de Arquitectura. A los 33 años se empeñó en hacer Tropicana. Había conocido al dueño, Martín Fox, cuando su padre le construía la casa y se obsesionó con el proyecto. "En aquella época empezaba a hablarse de arcos y a mí se me ocurrió crear ese interior lleno de arcos". La fachada se la sugirió el libro de un artista que descubrió en Milán y que nunca volvió a ver. "Este hombre pintaba fórmulas matemáticas", explica. "Viré una imagen suya y en ese instante vi el diseño exterior de Tropicana".

Borges recuerda que el socio de Fox quería otro arquitecto y finalmente le vendió su parte a éste. Después de numerosas dificultades, Tropicana se inauguró en el inolvidable diciembre de 1952 en que llovió incesantemente sobre La Habana y se convirtió en el icono que identificó a la isla. El carácter de esa construcción convertida en símbolo de una ciudad es tan fuerte que ni los cambios políticos, ni el paso de generaciones han derruido el poder visual del cabaré en el que Borges captó el gozo vital del alma cubana hecha de música.

Pero hoy evoca también una obra invisible: el trabajo de estructura interna que en el Colegio de La Salle sostiene el edificio. "Había un teatro en los bajos y los hermanos querían hacer tres pisos arriba de éste y no se podían poner columnas. Diseñé una parábola grandísima y colgué todos los pisos de ésta. Fue una obra titánica". Esa fue una de las obras "que no se habían visto nunca, había que hacerlas, quedaron hechas y todavía están en pie". Quizá más que el conocido Club Náutico y su piscina gigante, Borges evoca el mausoleo en el cementerio de La Habana, porque debajo del terreno cubierto de hierba hay un salón inmenso donde pueden guardarse 150 cuerpos. Aunque en Estados Unidos construyó centenares de conjuntos de vivienda, su obra magna quedó para siempre en el corazón de La Habana.

Porro, hijo de un médico militar, nació en Camagüey en 1925, estudió arquitectura en la Universidad de La Habana y se especializó en Francia, donde hoy es Caballero de la Legión de Honor y Comandante de la Orden de las Artes y las Letras. Su carrera comenzó a fines de la década de 1940 en esa Habana que se afirmaba a sí misma buscando los orígenes de lo cubano. Luego fue profesor de arquitectura en universidades de Venezuela, Francia, Austria e Israel. Sus pinturas, esculturas, diseños mobiliarios y proyectos arquitectónicos han dado la vuelta al mundo. Su diseño del Centro de Arte de Vaduz, Liechtenstein, ha sido internacionalmente aclamado. Este año, al cumplir 80 años de vida, arquitectos y teóricos del arte de Alemania, Francia y Estados Unidos le rindieron homenaje en Berlín como uno de los mayores arquitectos latinoamericanos.

Cuando piensa en su trayectoria desde la Cuba natal hasta su actual trabajo en París dice: "Ha sido un viaje iniciático". Ahora, de nuevo está haciendo Escuelas de Arte en Francia en Le Puy en Velay. "Es una ciudad románica bellísima", dice. 'Al final del camino retorno a mi principio. A mí me interesa lo que que Goethe llamaba `el espíritu de la tierra'; mi arquitectura siempre trata de captarlo". En La Habana lo hizo fundiendo la tradición aristocrática, llena de sensualidad barroca y la tradición negra; en Francia he unificado la tradición racionalista y lo onírico.

Siempre ha construido con el recuerdo de la imagen que Paul Valéry dio de Eupalynos, el arquitecto, que hizo un templo inspirado en la belleza de una muchacha que había conocido en Corinto y cuyas proporciones transmutó en proporciones matemáticas. En la Escuela de Danza quiso "hacer un edificio hembra, porque Cuba es matriarcal", explica. "Pensé en Oshún, la diosa de fecundidad e hice la Escuela como si fuera una ciudad, con las cúpulas en forma de senos; en el medio abrí una fuente que era como una fruta, rememorando el culto antiguo que está en la raíz del mestizaje".

La arquitectura, para él, no es otra cosa que "crear un marco poético para la acción del hombre". Y esa creación es el eterno juego entre el ansia de la imaginación desbordada y la necesaria contención. En el país que una vez se inclinó ante Le Corbusier, cuyo funcionalismo sin belleza lo espanta, ha conseguido extender su visión libertaria a los lugares que Focault consideraba metáforas opresoras del poder: el manicomio y la cárcel. Está terminando un hospital psiquiátrico cerca de París, que se inspira en la forma de una flor. A la entrada hizo un juego de bóvedas con vitrales. En la comisaría de policía de un pueblo que se llama Pleasure, al lado de Versalles, puso una balanza. El resto de la construcción es "una dinámica total".

"Pronto comenzaremos la escuela de arte con mi asociado Renaud de la Noue", revela, con el intacto entusiasmo de quien no ha hecho otra cosa que 'romantizar' el mundo habitado. Al mirar atrás siente la satisfacción de haber recogido el legado de Eugenio Batista, "ese magnífico pionero que fue el primer arquitecto en atreverse a poner en su lugar la tradición en Cuba". Ha seguido siempre los pasos de Eupalynos y la voz de Holderlin, poeta de su predilección, que pretendía hacer hablar a la belleza. Lo más prodigioso de su propio intento, la voluntad de "romantizar el espacio", es que lo ha cumplido haciendo una arquitectura social, barrios de 100 viviendas no desprovistos de poética, escuelas concebidas como dos alas de paloma, proyectos que preservan el afán del sueño. Admite que tuvo que sufrir y luchar "como un loco" para sostener sus visión de la arquitectura que carece de un estilo fijo, pero no de un principio absoluto: "Partir de una imagen poética e inventar un lenguaje formal que la contenga". El resultado final es: componer la vida como se compone una obra de arte. Nada distinto es la razón del premio recibido por él y Max Borges.

Domingo, 11 de Junio del 2006

Juan González Febles

Norberto Palau pinta desnudo de la cintura hacia arriba. Se siente mejor sin camisa. Hace mucho calor en La Habana y un ventilador, además de que anda en falta, le resecaría la pintura. Vive con muchas carencias, casi miserablemente, pero no le importa. Fue el precio que decidió pagar hace años. Los tiempos cambiaron, pero él prefirió mantenerse y esperar.

Entre tantos agravios y entre tantas roturas, no se percató del momento en que dejó de escuchar al reloj interior. Vive con las aprensiones y las cautelas de hace treinta y tantos años. Piensa que afuera, si cambió algo, fue para que todo siguiera igual.

Palau estudió pintura en la Academia San Alejandro. Sus primeros contratiempos datan de aquel tiempo. Desde entonces, no ha dejado de pintar al erotismo. El problema es que Palau lo descubrió en obesas matronas.
Sus modelos exhiben muslos como perniles rollizos, sus senos son ubres de exposición vacuna. Excesos en la mesa y en la cama. Traseros opulentos de señoras respetables y respetadas por la fantasía erótica que alienta la cordura media masiva. Palau dedicó su inspiración al arte erótico en los momentos en que los comisarios lo vetaron. El hombre nuevo no se masturba, ni hace el amor entre hombres, con penetración. Ellos se crearon una moralina artificial que etiquetaron como proletaria.

En 1968, un 25 de septiembre en la noche, le sacaron de la cafetería del Hotel Capri en La Habana. Fue a dar a un carro-jaula y de allí a Villa Marista a empujones, palos, pitazos y campanazos: Era la noche de las tres P.

Una recogida gigante contra las lacras de la sociedad justa, impulsada por los varones verdeolivo. Palau cuenta sonriendo que fue el arroz frito y la cerveza más caros de su vida. Los pagó con más de diez meses de internamiento y trabajos forzados en El Sitio, en Pinar del Rio, muy cerca de La Coloma.

Compartió aquella experiencia con rockeros melenudos, homosexuales, católicos, testigos de Jehová y los jodedores que insistían en hacer vida nocturna y ser la bohemia farandulera de la época.

Cuando lo liberaron, le impusieron consagrarse a la producción y dejar a un lado los pinceles. A fin de cuentas, el trabajo ennoblece y el trabajo forzado ajeno, ennoblece más.

Palau se les zafó esa vez y desde entonces ha pintado y vivido su cimarronaje, eludiendo y zafándose una y otra vez.

Su casa, si es que puede llamarse así al espacio ruinoso que habita, es su lugar de creación y donde recibe a los amigos. Puede verse el cielo desde los amplios claros de un techo necesitado de reparación. Por pura coincidencia, la casa está ubicada en la ladera de una de las lomas de Lawton. La misma sirvió de locación al cineasta Humberto Solás para su laureada "Barrio Cuba".

Palau y sus vecinos comparten una miseria material superior a la que existe en las favelas brasileras. Si éstas no llegan a ser "ciudades de Dios", si falta la violencia y la crueldad de la villa miseria carioca, es porque se trata de la miseria de los cubanos. No sustento la pretensión de que seamos humanamente mejores que los favelados cariocas, sólo somos diferentes.

Palau, contra lo que pudiera deducirse, no está resentido y mucho menos amargado. Pinta con delirio y con desesperación. Excluido de los salones oficiales por inconveniente y políticamente incorrecto, persiste en lo suyo. Aprendió mucho y hay verdades que nadie podrá arrebatarle. Pero algo le faltó, enquistarse no es la mejor solución. Por ejemplo, no aprendió aquello que recomendó alguien, cuando vivía como nosotros: "El golpe revirao, duele menos".

Norberto Palau, con su vida rota pinta matronas en Lawton. Lo hace atado a sus temores y aprensiones. Aún mantiene su sueño intacto.

Miércoles, 31 de Mayo del 2006

Cubanos en EEUU

En seis años han llegado más cubanos que por el Mariel
OSCAR CORRAL
Un súbito escalofrío de soledad invadió a Tamara Saavedra cuando terminó de hablar por teléfono con su esposo y miró la tienda de video vacía en la que hace el turno de madrugada.

Se le salieron las lágrimas, a pesar del ruidoso concierto de música latina que pasaba un televisor cerca de ella. Allí, en la tienda de Hialeah, rodeada de DVD's de populares programas de la televisión cubana, películas de Hollywood y pantallas de anuncios, se dejaba arrastrar por la tristeza.

Saavedra, de 31 años, se cuenta entre las decenas de miles de cubanos llegados a Estados Unidos desde el 2000, en número mayor que el total de los que vinieron por el puente marítimo Mariel-Cayo Hueso en 1980.

Sin que se note mucho, esta nueva oleada está cambiando el paisaje de Miami.

Como tantos, Saavedra ha luchado por adaptarse a la vida en otro país. Sus preocupaciones son comunes: tener dinero suficiente para comprarle medicinas a su hija enferma, poder pasarla bien con su esposo, al que sólo ve unos minutos al día, y hallar el modo de convertir en realidad los sueños que la impulsaron a salir de Cuba.

Cuando mira hacia adelante, no siempre ve la luz al final del lado norte del Estrecho de la Florida.

"El sueño americano no existe", dice, mientras limpia el suelo de la tienda. "Pero nunca voy a volver a vivir en Cuba, por lo menos mientras viva Fidel Castro".

A diferencia de inmigrantes que vienen de otros países latinoamericanos, los cubanos recién llegados en sus 20 y sus 30 deben remontar una curiosa desventaja. Hijos de la revolución de Castro, fueron criados mayormente en el "período especial" que afectó Cuba en los 90, después del colapso de la Unión Soviética.

Como aprendieron a sobrevivir en un sistema comunista desgajado largo tiempo de la democracia y del capitalismo que imperan en Estados Unidos, muchas veces se sienten perdidos en un sistema que les exige competir y creer firmemente en sus propias capacidades.

Al menos 130,000 cubanos han venido a Estados Unidos desde el 2000, la inmensa mayoría al sur de la Florida. La mayoría ha entrado legalmente a través de la lotería de visas, que les abre las puertas del país a 20,000 anualmente, pero otros han emprendido la riesgosa fuga por mar. Muchos viven en Hialeah, que durante largo tiempo ha dado refugio a cubanos e inmigrantes de otros países.

Su llegada ha sido más tranquila y mesurada, a un Miami diferente a aquel adonde llegaron los del Mariel una generación atrás. En 1980, los cubanos eran el grupo hispano mayoritario en Miami. La ciudad y el país en general reaccionaron horrorizados a una inmigración descontrolada, incluyendo los miles que vinieron con antecedentes penales.

Hoy los cubanos siguen siendo el grupo más nutrido, pero no alcanzan a ser mayoría entre los hispanos del sur de la Florida. Y pocos han prestado atención a la llegada de este subgrupo dentro del exilio.

SIN MUCHO RUIDO

La energía política que caracterizaba la primera ola de exiliados cubanos parece esfumarse entre los recién llegados. La mayoría de los entrevistados para este reportaje conocen poco o nada de la política sudfloridana, y reducen al mínimo las críticas al gobierno de Fidel Castro.

Ariadne Quiñones, de 27 años, llegó hace apenas un mes. Para ella, Miami es ''un pueblo de campo'' comparado con Shangai, en China, donde pasó seis meses cantando en mandarín para chinos ricos en el 2003, enviada por el gobierno cubano.

"No me gusta la política", dijo. "En Cuba, te vas cuando puedes, no cuando quieres. A mí todo me da igual. Todos los sistemas tienen cosas buenas y malas. Lo que tienes es que ser feliz donde vivas".

Para Barbarita Herrera, de 39 años, adaptarse a la vida en Estados Unidos al estilo de Miami ha sido difícil. Incluso el agua le sabe diferente a la que salía llena de parásitos por las pilas de La Habana. Pero, a diferencia de otros, Herrera siente un odio profundo por el gobierno de su país, y por un sistema al que le vaticina cambios.

"A veces siento que no puedo más y que voy a regresar para allá", dice. "Pero no puedo volver a vivir en ese sistema. Castro tiene que caerse. Tienes que estar allí para darte cuenta de lo difícil que es aquello".

Uno de los que sí llegaron marcados por la política es el periodista independiente Manuel Vásquez Portal, que sufrió encarcelamiento antes de venir al exilio en junio del año pasado. Dice que la apatía política de sus compatriotas recién llegados se debe a la desilusión con el sistema cubano, que los inmunizó contra la política.

"El deterioro económico de la isla, resultado directo de la mala política, ha hecho que la vida allá sea una pesadilla", dijo Vásquez Portal. "A nadie le gustan las pesadillas, por eso todo el mundo trata de olvidar".

Como dice Herrera, "yo lo que quiero es una vida mejor".

Parece haberla encontrado. En su apartamento hay dos televisores con servicio de satélite, un aire acondicionado y una computadora con acceso a internet, todo donado.

Dice que ella y su hija, Rocío de la Torre, fueron sacadas de Cuba por Guanabo en lancha rápida una tranquila noche de septiembre. Su hija nunca pagó los $10,000 que costaba el viaje. Pero era tanto el caos en la lancha --con 33 personas a bordo, y para subir debían nadar 100 yardas--, que los contrabandistas no se dieron cuenta de la pasajera adicional hasta que los bajaron a todos en Dry Tortugas.

Algunos cubanos vienen con visas, entre ellos los refugiados políticos. Algunos cruzan el Estrecho de la Florida o la frontera con México. Pero todos tienen un raro privilegio: la residencia en Estados Unidos, asegurada al cabo de un año de estancia en el país.

Más cubanos se hicieron residentes en Estados Unidos el año pasado --36,000-- que en ningún otro año desde 1980. Este año, la Patrulla Fronteriza está tratando de detener más cubanos que busquen llegar a suelo estadounidense que en cualquier otra fecha de la década pasada. Lo común es que pasen un día o dos detenidos antes de que se les conceda el parole y salgan en libertad.

LA VIDA EN HIALEAH

Hialeah tiene una sofisticada estructura para facilitar la transición de los cubanos: tiendas de video donde se alquilan copias de programas de la televisión cubana, películas y dibujos animados; tiendas de productos usados que venden vestidos para fiestas de 15 y para bodas por $20, y restaurantes y negocios que mantienen sus puertas abiertas para todos los recién llegados en busca de trabajo.

L & J Video, en la calle 9 del East, donde trabaja Saavedra, alquila espectáculos del grupo humorístico Punto y Coma, del programa De cubano a cubano, y dibujos animados de Elpidio Valdés, para todos los que buscan paliar la nostalgia con una dosis de programación cubana. Nayibi Pérez, de 22 años, que vino hace cuatro meses, alquiló 10 videos en una visita reciente.

"Este es lo mejor de la televisión cubana", dijo, mostrando un video de una serie policiaca producida en la isla. "Allá no se puede ver televisión sin que te interrumpa la Mesa Redonda. Todo el mundo quiere irse. La comida está mala, no te pagan bien. Yo decía que cuando viniera iba a sacar dinero con sólo dar una patada, pero la realidad es otra".

Su novio, Elpidio Amores, de 40 años, que vino de Cuba en agosto del 2004, le dijo que lo único que asegura el éxito en Miami es trabajar duro.

Pérez y Amores pagaron los $20 del alquiler y se fueron con su pedazo de nostalgia cubana.

"Me encantan estos shows", dijo Pérez. "Me recuerdan todas las mentiras. Aquí en Miami la vida es dura, pero no es una mentira".

Lea el blog de internet de Oscar Corral 'Miami's Cuban Connection' en http://blogs.herald.com/cuban_connection/

Miércoles, 12 de Julio del 2006


miércoles, 2 de agosto de 2006

CPN RADIO 02 ago La hermana de Fidel Castro, Juanita Castro Ruz, dijo a una cadena de televisión en Miami que escuchó que el líder cubano ya no está en terapia intensiva, tras la cirugía a la que fue sometido.

"La última información que recibí es que salió de terapia intensiva y que ahora está esperando ver qué pasa. Pero ya salió de terapia intensiva", dijo Juanita Castro Ruz, quien reside en Miami desde 1964, a la cadena WTVJ

"Es una situación muy triste para mí, porque estamos separados. Estoy separada de Fidel por razones políticas", expresó.

La hermana del líder cubano también confesó que le resultó difícil ver a los exiliados cubanos en Florida celebrar que Castro había sido sometido a una compleja cirugía intestinal.

WTVJ reportó que Castro Ruz dijo que obtuvo esa información tras hablar con alguien en Cuba, pero que la misma no era un comunicado oficial del gobierno.

Juanita Castro, que es dueña de una farmacia en el barrio de Coral Gables en Miami, no es vista en Cuba como una persona con acceso a información privilegiada, dado que su enfrentamiento con el líder político lleva décadas.


01 de Agosto de 2006, 07:02pm ET
Toronto (Canadá), 1 ago (EFE).-

La comunidad cubana en Canadá está "expectante" ante las noticias sobre la enfermedad del presidente Fidel Castro, dijeron hoy sus representantes.

Ismael Sambra, presidente de la Fundación Cubano Canadiense, el principal grupo que engloba el exilio cubano en Canadá, señaló a Efe que desde que ayer, lunes, se supo de la enfermedad de Castro y de su cesión temporal del poder a su hermano Raúl, muchos cubanos les han estado llamando en busca de noticias.

Sambra, que cifra entre 30.000 y 35.000 los cubanos afincados en Canadá, con cerca de la mitad de ellos en Toronto, reconoció que en este país no se han producido las muestras públicas de alegría que sí se dieron en Miami (EEUU), donde se concentra el exilio cubano, pero dijo que los cubano-canadienses están "expectantes". El activista también indicó que, en el caso de la muerte de Castro, espera una "transición rápida". "Como decimos, con la muerte del tirano se acaba la tiranía", subrayó Sambra.

La Fundación Cubano Canadiense ha mantenido contactos con las autoridades cubanas en los últimos meses para analizar la situación en la isla y sus integrantes han pedido al Gobierno de Ottawa que cambie su política de "compromiso constructivo" por otra de "compromiso consciente". Sambra expresó su esperanza de que el nuevo gobierno conservador, que asumió este año, se muestre menos conciliador con el régimen cubano.

Pero el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores canadiense, Réjean Beaulieu, señaló a Efe que la política hacia Cuba no va a cambiar en el futuro inmediato.Beaulieu no quiso especular sobre el papel que Ottawa podría jugar en una posible transición cubana, dadas las buenas relaciones históricas que han mantenido los dos países. Sin embargo, reafirmó la voluntad de "un diálogo abierto con los funcionarios cubanos", así como con otros representantes de la sociedad cubana. EFE

jcr/ojl/ar


PorAntonio Ruiz

SALTILLO, COAH. JULIO 1, 2006 (VANGUARDIA).-

Cubanos radicados en Saltillo esperan que al ceder Fidel Castro Ruz el poder a su hermano Raúl, traiga como consecuencia una elección democrática de autoridades que contribuya al fortalecimiento político, económico y social de la isla caribeña.

Vanguardia publicó ayer que por primera vez en cuatro décadas al frente del Gobierno cubano, el presidente Fidel Castro cedió el pasado lunes temporalmente su cargo a su hermano Raúl, tras someterse a una cirugía intestinal, hecho que lo mantendrá alejado por varias semanas de sus habituales funciones.

Los cubanos Pablo Gutiérrez y Rafael Navia coincidieron que con el enroque de los funcionarios de Gobierno de primer nivel en Cuba, podrían darse mejores condiciones de vida para los ciudadanos.

Pablo Gutiérrez dijo: "Hay mucho temor en Cuba por que se dé una transición del poder político de una manera compulsiva, porque afectaría a muchas familias de la isla caribeña, pero confiamos que esa transición sea pacífica y en beneficio de los cubanos y el propio país”.

Económicamente Cuba está un poco afectado por el bloqueo comercial que tiene Estados Unidos, pero yo lo que deseo es que se mejore y que no haya ninguna revuelta en la isla, expresó Gutiérrez, quien con José Luis Martínez atiende el restaurante “Los Guajiros”, en el que se expenden alimentos al estilo de la cocina cubana.

Consideró que habrá unos 30 cubanos, quienes han iniciado los estudios para constituir la Sociedad de Residentes de Cubanos en Saltillo.


2006-8-2
Por Carlos Manuel Estefanía.

Carlos M Estefanía:

¿En que lugar de Cuba naciste y cuando?

Carmen Gamoneda: Nací en Luyano, en la provincia La Habana, el 28 de marzo de 1929. Nací en el lado oscuro de la vida… la pobreza, pero poco a poco mi vida se ilumino, por lo que, siempre recuerdo y agradezco a todas las personas, que de una forma u otra… en las diferentes etapas vitales…. me ayudaron a salir de la oscuridad.

¿De donde eran tus padres?

Carmen Gamoneda: Mi padre nació en Luarcas Asturias y mi madre en Las Palmas Canarias. Después al pasar el tiempo, complaciendo sobre todo a mi papa obtuve la Ciudadanía Española, así que además de cubana soy española del mismo Luarca, Asturias. Esto tiene una gran importancia, es como una forma de honrar el origen de mis progenitores.




Posted by Picasa Armando Domínguez

Publicado el 08-01-2006

Por Ariel Remos
DIARIO LAS AMERICAS

Armando Domínguez, hijo, es un pintor cubano cuyo motor de vida es su pasión por la pintura. Recuerda siempre con íntima complacencia que su primera acuarela la obtuvieron sus abuelos en Cuba en intercambio con leche, arroz y huevos, cuando tenía 6 años de edad...

Pintor difícil de clasificar, tiene la suficiente versatilidad para captar el paisaje de manera convincente, la figura humana, y cuanto tema mueve su pasión. La originalidad y valor de su pintura quedaron demostrados con el reciente triunfo obtenido con su retrato de “Mr. Williams”, maestro de sus hijos en el Palmetto High. Domínguez fue escogido con ese cuadro “Mr. Williams” como uno de los 60 pintores entre 4,000 concursantes a la Exposición 2006 Outwin Boochever Portrait Competition en la Galería Nacional de Retratos del Museo Smithsonian, para figurar en esa exposición desde el primero de julio de este 2006, hasta el 18 de febrero de 2007. Y quedó incluido también entre los 10 de esos 4000 concursantes, que figuran igualmente en el Internet del Smithsonian. La razón de haber sido seleccionado ese retrato para estar en el Internet, fue la intensidad de su colorido y la expresión del rostro de Mr. Williams. Domínguez llegó de Cuba con su familia, a los 11 años y desarrolló sus facultades en el exilio, dándole todo el crédito de su éxito como pintor a su maestro Emilio Estévez. Este del Smithsonian, es sin duda un triunfo artístico de gran envergadura, tanto por el número de participantes, como por la institución convocante.

Pintar para Domínguez es una necesidad, movida por la pasión. “Sólo a través de la pasión es que puedo entender la vida. Sólo la pasión nos permite llegar al fondo de las cosas. Y es la pintura el gran vehículo...He aprendido a usar el arte no sólo como medio de expresión, sino también como ejercicio de meditación y oración, para, con observación y paciencia, alcanzar mis metas”, nos dice.

Sobre el cuadro premiado –por así decir--, nos dice que Mr. Williams quiso toda su vida tener un retrato que reflejara su herencia africana. “El retrato fue una labor de paciencia. Yo recreé todo detalle sencillo para captar las asombrosas tonalidades que reflejaba su piel, así como las diferentes texturas y estructura ósea de su rostro, que reflejan su espíritu. Eso como parte de su concepción del retrato. De la naturaleza, nos dice con dejo panteísta, que es para él un constante recordatorio de la presencia de Dios en nuestra vida diaria. “Y eso es lo que quiero reflejar en mis cuadros”.

En términos generales, Domínguez no concibe la vida sin color, los días sin luz ni las noches sin estrellas. “El hombre todo lo hereda, pero sólo triunfa cuando adopta el cambio como bandera”... "Cuan afortunados somos de convivir con personas que practican lo que sienten, que aman lo que hacen y que viven la pasión en su entrega”.

Sobre su Cuba natal, expresa que es una suerte conocer el verde de sus campos y el rojo carmín de su tierra, “impactos de colores que se graban como huellas digitales”.

Pero hay para Domínguez algo más importante que la pintura, independientemente de cuanto ella y la pasión por ella significan, cuando dice que “Mi obra más importante es el amor a mi familia, la pieza de arte que nunca se termina, el jardín que requiere constante cuidado”.

Domínguez fue objeto recientemente de la Proclama que le otorgara el alcalde de Miami-Dade por razón de su triunfo en el Museo Smithsonian, hecho que fue dado a conocer en la Cámara de Representantes, por la congresista Ileana Ros-Lehtinen.

Domínguez trabaja para la cadena de televisión Univisión como técnico diseñador gráfico.

Ver algunos de sus cuadros: http://www.diariolasamericas.com/news.php?nid=9915


martes, 1 de agosto de 2006

Posted on Tue, Aug. 01, 2006

GISELA SALOMON
Associated Press

Las líneas de teléfono de Radio Mambí, conocida como la voz de la comunidad cubana en Miami, colapsaron el martes con cientos de llamados de oyentes eufóricos por la presunta enfermedad de Fidel Castro. Los diarios anunciaron en inglés y en español que "Castro cede el poder" y los canales de televisión dedicaban casi la totalidad de sus noticieros a la situación en la isla y las repercusiones en el sur de la Florida.

Desoyendo los informes oficiales que llegaban desde Cuba, muchos de los oyentes radiales consideraron incluso que Castro ya ha muerto y hasta confesaron que tenían listas sus maletas para viajar a su país natal.

"No me interesa que se diga cómo murió, yo ya estoy festejando y tengo mis maletas listas para irme", expresó una mujer cubana en un llamado que salió al aire por la mañana en Radio Mambí. La oyente de Miami, que no se identificó, dijo que había faltado a su trabajo para celebrar.

"Ha comenzado el principio del fin, no importa si (Castro) está grave o ha muerto", manifestó a la AP Armando Pérez-Roura, el director de programación de Radio Mambí, ubicada en esta ciudad aledaña a Miami.

El periodista dijo que la "programación es la de siempre, pero más concentrada en Cuba" y explicó que desde el lunes en la noche recibieron cientos de llamados de cubanos eufóricos por la noticia en todo el país y desde "todo el continente americano", España, Italia y Francia.

Las nueve líneas del teléfono que tenía a su frente Lourdes D' Kendall no dejaban de titilar, a la espera de salir al aire, y la periodista no hizo más que atender un llamado tras otro durante toda la hora que duró su programa.

Si bien en el espacio se analizan diariamente temas de política local y nacional, el martes todos los oyentes querían hablar de lo mismo: su felicidad por la supuesta enfermedad de Castro y sus ansias de que se anuncie su muerte.

El diario El Nuevo Herald anunció con un gran titular en la portada que "Castro cede el poder" y "Raúl asume el mando" y su versión en inglés, The Miami Herald, utilizó el mismo titular en la primera página y dos de sus páginas interiores para abordar la sucesión del poder en la isla, la salud de Castro y los festejos en Miami.

El Nuevo Herald creó una sección especial de tres páginas llamada "Cuba, Castro cede el poder", en la que incluyó el anuncio oficial de la entrega del mando. Las notas estuvieron ilustradas por fotografías de Castro con el líder soviético Nikita Kruschev en los primeros años de la revolución y con el papa Juan Pablo II, entre otras.

El otro matutino escrito en español, el Diario las Américas tituló "Casto cede provisionalmente el poder a su hermano Raúl".

El lunes por la noche el canal de televisión hispano Telemundo 51 interrumpió su programación para anunciar la supuesta enfermedad del gobernante cubano. El canal transmitió ininterrumpidamente desde las 10.10 de la noche hasta las 8.30 de la mañana del martes un especial dedicado al tema de Cuba, y después del mediodía retomó su programación habitual, dijo María Cristina Barros, directora de relaciones públicas de la televisora.

El canal 23, que también interrumpió su programación en la noche del lunes, emitió un informativo especial de tres horas en la tarde del martes. Sus portavoces no respondieron los llamados telefónicos de la AP.

"Se creen que está muerto porque esto es lo que vienen esperando desde hace tiempo", manifestó a la AP D' Kendall, una periodista cubana de unos 50 años que llegó a Miami cuando tenía seis. "Creo que las personas están esperando la confirmación (de la muerte de Castro), la gente está feliz", relató después de haber escuchado el testimonio de decenas de personas durante su espacio radial.

Uno de sus oyentes, un hombre que no se identificó, le dijo que Castro "está muerto desde el domingo" y ella le respondió: "entonces aleluya".

"Nunca le he deseado la muerte a nadie", comentó una mujer al llamar a la radio. "Pero le deseo que sufra como un vegetal", dijo refiriéndose al gobernante cubano.

D' Kendall, con un hablar pausado y tranquilo, intentaba calmar los ánimos de los oyentes.

"Tenemos todo el derecho del mundo de celebrar ... pero hay que ser muy cautelosos para no cometer errores de ninguna clase", expresó mientras escuchaba atentamente a sus oyentes. "Somos muy apasionados, pero la pasión hay que ponerla aparte".



Posted by Picasa ROBERTO KOLTUN / El Nuevo Herald
Cientos de cubanos celebran la noticia de la enfermedad de Castro, el lunes en la noche frente al restaurante La Carreta, en la calle 40 con la 87 Avenida.

Posted on Tue, Aug. 01, 2006


JOAQUIM UTSET
El Nuevo Herald

Miami no durmió anoche.

Gritos de Libertad, bailes al ritmo de golpes de cazuela, bocinazos de autos y cánticos en contra del régimen castrista dominaron las calles del sur de la Florida hasta bien entrada la madrugada, en una espontánea muestra de felicidad que la noticia del traspaso de poderes en Cuba liberó tras décadas de espera.

Poco después de que se hiciera pública en la televisión cubana una misiva de Fidel Castro cediéndole el poder temporalmente a su hermano Raúl debido a una intervención quirúrgica, miles de cubanos exiliados empezaron a desfilar en automóviles y reunirse en lugares emblemáticos, como la Calle Ocho de Miami y la 49 calle de Hialeah.

La magnitud de las aglomeraciones obligó al cierre de ciertos tramos, como la calle Ocho, entre la 35 y la 37 avenida justo delante del restaurante Versailles, y el cruce de Bird Road con la 87 avenida.

La situación obligó al Condado de Miami-Dade a activar en nivel 2 su centro de emergencias, con la posibilidad de ponerse a pleno funcionamiento si el anuncio de ayer se transforma posteriormente en la noticia del fallecimiento de Castro.

Eso era lo que todo el mundo parecía desear entre los miles de cubanos que se agolparon frente al Versailles, donde se reunieron exiliados de la vieja guardia, adolescentes recién llegados y cubanoamericanos que sólo conocen a Cuba a través de lo que les han relatado sus padres, para dar rienda suelta juntos a una alegría que llevaba años reprimida por la larga duración del régimen cubano.

''Lo que está sucediendo lo llevo soñando desde que empecé a luchar contra Castro'', aseguró Jesús Roque, de 63 años, quien dijo ser miembro de la Fundación Cívica Martiana. ''Tuve que tomar agua por que me dio un dolor en el corazón. Tal vez sea cierto que uno se pueda morir de alegría'', agregó.

Yamile Nápoles no pudo contener las lágrimas cuando Lázaro Valladares, armado con unos altavoces colocados en su Jeep Wrangler, hizo sonar las notas de la canción ''ya viene llegando'' de Willy Chirino.

''Estoy llorando de alegría por que mi familia fue destrozada por este tirano'', explicó Nápoles, de 35 años, quien hasta el año pasado vivía en Cuba. "La libertad nos tiene que llegar, nos la merecemos''.

Los reunidos ondeaban banderas cubanas, mostraban carteles alusivos a Castro y entonaban cánticos como ''Cuba Sí, Raúl No'' o ''Aé, aé la Chambelona, que Fidel no tiene madre por que es hijo de una mona'', ante la mirada pasiva de los policías apresuradamente activados por las autoridades tras conocerse el inesperado traspaso de poderes en La Habana.

Un grupo de jóvenes desfilaron ante las cámaras de televisión disfrazados de balseros, mientras Nardo Fiallo y dos amigos plantaban una mesa de dominó en medio de la Calle Ocho. ''Fidel se murió, le salió el doble nueve'', aseguró Fiallo.

El paso de las horas no disminuyó la atmósfera de carnaval que se vivía en todos los rincones de Miami-Dade, cuyas principales avenidas se encontraban atestadas de autos tocando bocinas, ondeando banderas.

Los nueve miembros de la familia Pérez, originarios de Sancti Espíritu, llenaron todos los asientos de su todoterreno para salir a expresar su alegría y esperanza, desde el abuelo de 80 años a la benjamina Jésica de cuatro años.

Las órdenes de la policía eran de darle espacio a la multitud para que exprese en orden sus sentimientos, sin cometer delitos ni excesos, explicó el alcalde de Miami, Manny Díaz.

''Estas situaciones son imposibles de anticipar cuando se producirán, pero sabíamos que podía pasar'', explicó Díaz, quien aseguró que se encontraba allí en la Calle Ocho por razones de su cargo, como por razones personales.

Como muchos otros de sus compatriotas, Díaz, hijo de un preso político, casi no pudo contener las lágrimas al tratar de explicar qué significaba lo que estaba sucediendo.

''Me cuesta hablar de esto'', reconoció.

El país donde nació hace 28 años, y donde dijo que su padre fue encarcelado, es un desconocido para Xiomara Lugo, quien llegó a Miami al primer año de nacer. Eso no impidió que vaciara una botella de champaña que llevaba 10 años guardando.

''Este es el principio del fin de este monstruo'', agregó.

La enormidad de la multitud y la inacabable alegría que parecían demostrar llevaron al alcalde de Miami-Dade, Carlos Alvarez, ha solicitar que las celebraciones se trasladen fuera de la vía pública para evitar complicaciones en el tráfico por la mañana.

''La celebración no tiene por qué ser en Bird Road, en la Calle Ocho o en la 49 calle de Hialeah, lo pueden hacer en los parqueos'', dijo Alvarez. "Tenemos que dar ejemplo''.

A primera hora de la madrugada, no se habían producido arrestos.

''Esto es sólo una muestra de lo que pasará el día que muera ese señor'', agregó la comisionada de Miami-Dade, Rebeca Sosa.


Fuente : La Segunda Internet
Martes 1 de Agosto de 2006

Es la única big band en Chile que tiene una sección de 5 músicos dedicados exclusivamente a la percusión latina.

Con un repertorio que recrea toda la fuerza y potencia del “latin jazz”, retorna al Aula Magna Magna UTFSM la “Big Band Ensamble Latino”, dirigida por el afamado pianista y arreglista cubano Juan Manuel Arranz.

El concierto se realizará el sábado 5 de agosto, a las 19:30 horas. Para la ocasión, Arranz ha seleccionado un repertorio que integra obras como Latin y Sumer Time (D.R); Plaza Echaurren, del compositor chileno Guillermo Riffo; Mix de Cha-cha-cha, de R. Egües y E. Jorrin; Blues in the Night, de Ray Charles; Love For Sale según Kate Linker, de Ttio Puente; Cerro Barón, de G. Riffo; Tristeza, de H. Lobo y Nitinho; Fever, de M. Buble, para finalizar con la conocida Manteca, de C. Pozo y D. Gillespie.

Cabe destacar que la Big Band Ensamble Latino logró un interesante éxito en su debut en el Aula Magna UTFSM, debido a la calidad musical de sus integrantes, así como también a la fuerza de las percusiones, ya que es la única big band en Chile que tiene una sección de 5 músicos dedicados exclusivamente a la percusión latina.

Esta agrupación pertenece al Instituto Profesional Escuela Moderna de Música y dirigida por el pianista y arreglador Juan Manuel Arranz. Actualmente está integrada por alumnos de las carreras de instrumento, más la participación de los profesores cubanos Reinaldo Capote y Michael Bringuez en Trompeta y Trombón respectivamente. El Coordinador de las actividades del Ensamble es el profesor cubano de Percusión Afrolatina David Ortega.

LATIN JAZZ

Esta agrupación se fundó principalmente para incentivar la interpretación de repertorio afroamericano, latin jazz; realizar práctica orquestal e interpretar composiciones y arreglos de los alumnos de la carrera de Arreglos y Composición del Instituto.

En el 2004 el Ensemble realizó diez recitales en el Teatro del Instituto, actuó en el Centro de Extensión de la Universidad Católica de Santiago y grabó dos Temas compuestos por los alumnos de la Carrera de Composición y Arreglos Juan Ignacio Mendoza y Felipe Fuentes, en el Disco anual que edita el Instituto Profesional Escuela Moderna de Música.

Durante el 2005 participó en el Segundo Festival de Jazz UC; se ha presentado en tres oportunidades en el teatro de la Escuela Moderna de Música en lo que va corrido del año, presentación en el Teatro Municipal de Maipú, en función de gala el día 15 de julio y en el primer festival de jazz en honor a Jean Michelle Basquiat de la Municipalidad de Cerro Navia, además de ser invitado oficial al festival de Jazz de Invierno de la Municipalidad de Ñuñoa el 19 de agosto y en el Segundo Festival Nacional de Big Bands, a realizado los días 20 y 21 de agosto en el Teatro Municipal de Viña del Mar.

Próximamente será el anfitrión del primer Encuentro de Big Bands Escuela Moderna de Música a realizarse en septiembre, y tres presentaciones de gala en le Teatro Municipal de Ñuñoa.


Ansa Latina
31/07/2006 15:56

MONTEVIDEO, 31 (ANSA) - Tres médicos oftalmólogos cubanos serán llevados esta semana ante un tribunal penal que los juzgará por colaborar con el gobierno uruguayo en la "Operación Milagro", que ya ha permitido recuperar su visión a un millar de pacientes del país rioplatense.

El juez Alvaro Beyhaut dispuso interrogar el jueves próximo a los profesionales cubanos Carlos Sierra Cruz, Yamila Moreno Rodríguez y Rosa Mir Cala, según informó hoy el diario La República.

En mayo último las Sociedades Anestésico Quirúrgicas, que agrupan a más de 1.500 especialistas uruguayos de diez áreas oftalmológicas, denunciaron a sus colegas cubanos porque llegaron a Uruguay para seleccionar pacientes con afecciones visuales, los que viajaron a La Habana para ser sometidos a intervenciones quirúrgicas, sin tener supuestamente la habilitación local.
El pasado 29 de junio, los médicos uruguayos ratificaron su denuncia ante la Justicia y argumentaron que los oftalmólogos caribeños no revalidaron sus títulos ante la Facultad de Medicina local y por ese motivo "no pueden ejercer la medicina" en Uruguay.

domingo, 30 de julio de 2006


Posted by Picasa El titiritero Lázaro Duyos Jordán, durante una función en Santiago de Compostela, España.

De Remedios a las Rías Baixas de Galicia. Entrevista al actor y director teatral Lázaro Duyos Jordán.

Santiago Méndez Alpízar
Madrid, viernes 28 de julio de 2006 6:00:00

Tengo recuerdos incrustados, fácilmente escogidos y localizados, de estancias en una pequeña salita de "teatro para niños", que fue y es el modo en que se empeñan en llamar al teatro con títeres, algunos ideólogos, constriñendo el repertorio natural que acopia.

Repaso que en esa pequeña salita de pueblo de provincia representaban obras de Federico García Lorca, Fidel Galbán, Aquiles Nazoa, y otras muchas adaptaciones del repertorio cubano. Además de uno propio.

Como (y digo sólo "como") si coexistieren al margen de la parafernalia "castrorrevolucionaria", los teatros de Remedios (de provincia) se convertían a finales de los setenta y hasta principios de los noventa en "respiraderos naturales" del vecindario.

Espacios controlados por un "Sectorial de Cultura" (así es como le llaman) herrumbroso y limitado, dirigido con razonamientos castristas, que veían (ven) "los problemas ideológicos" en cualquier discurso donde constaran palabras como hambre, tirano, o cualquiera otra análoga al comandante.

Con dirigentes incultos y nada eficaces, controladores programados que resultaban satisfechos en garantizar que el autor del texto a representar "estaba limpio". No es sorprendente entonces que, hoy en día, una ingente cantidad de titiriteros cubanos estén disgregados por el mundo. No es fortuito.

Como el de los poetas, actores y actrices, los músicos y el teatro mismo, los titiriteros de la Isla (hasta Alelé de Ulises García se piró) son "más universales que nunca". Pero, obviando lo imposible (al verdadero protagonista de esta historia no le va mucho la política), el teatro con títeres encontró en la Isla a auténticos maestros y descompresionó el agobio a infinitud de familias. A infinidad de niños.

Formado en el Teatro Guiñol Rabindranath Tagore por el maestro Fidel Galbán Ramírez, director y dramaturgo (sea uno de los más importantes dramaturgos de teatro infantil), Lázaro Duyos Jordán comenzó su carrera en el año 1983, con sólo 16 abriles.

Después de siete años y un "asustón definitivo" (enseguida nos aclara el término) es fichado por el Teatro Guiñol Nacional de Cuba, en La Habana. Trabaja en una veintena de montajes y participa de unas siete giras internacionales con directores de la talla de Raúl Guerra Mir, Roberto Fernández, Armando Morales, Eddy Socorro, entre otros.

Muchacho inquieto donde los haya, crea Títeres Cascanueces (su compañía) en el año 1995. Proyecto que fue seleccionado para participar el año siguiente en la Feria del Libro de Guadalajara, México. Pero es al año siguiente cuando Lázaro Duyos va a dar un cambio no sólo a su vida, sino también a su teatro.

En 1997 llega a Galicia (creo que debo decir Galiza. Por solidaridad), donde paradójicamente encuentra lugar y posibilidades Títeres Cascanueces.

Títirititánicamente se acopló al medio y sus exigencias. Ante la "normativa inexcluible" de falar galego [hablar el idioma gallego], adaptó obras del repertorio latinoamericano (La República del caballo muerto, Un cuento viejo vuelto a contar, Redoblante y Meñique, Ikú & Eleguá…) y fue constatando que su trabajo no sólo era diferente: era aceptado por niños y adultos.

A día de hoy, y después de casi una década en "terras galegas", es el director de UNIMA GALIZA (Unión de Marionetistas Gallegos) y participa con sus proyectos en muchos de los festivales importantes de la península y sus islas adyacentes.

Con Lázaro Duyos Jordán he conversado sobre su vida y sobre cómo un güajiro de Remedios ha llegado con sus títeres, su teatro, a las más recónditas aldeas de las "Rías Baixas", entre otros asuntos.

¿Cómo empezó todo?

Siempre quise ser titiritero. Nací en el pueblo idóneo para ello. San Juan de Los Remedios podría ser por mucho el Macondo cubano. Una tragicómica historia, un potente bestiario y sus pintorescos hijos avalan lo que digo.

Empecé con los títeres ya en el colegio, de la mano del amigo Rogelio Curiel, un instructor de teatro noble y tenaz. Y cuando tuve edad para escoger si ser titiritero o zapatero, tuve la inmensa suerte de que el maestro Fidel Galbán Ramírez, director del Teatro de Títeres Rabindranath Tagore, me diese una oportunidad en su grupo (hablo del primer lustro de los ochenta).

El Rabindranath Tagore es uno de esos grupos cubanos con identidad propia. Eso se debe a que Fidel Galbán es un gran dramaturgo infantil y ha logrado que de su teatro de muñecos emane una cosa cada vez más perdida y necesaria, la ternura. Con él aprendí a librar todos los días esa batalla.

Recuerdos de esa época tengo muchos y ellos son los culpables de que muchas veces me ría a solas. Era verdaderamente mágico hacer títeres en un pueblo como Remedios con todo ese caudal de leyendas y personajes, que van desde la cueva del Boquerón hasta la leyenda del Palomar. Desde Alejandro García Caturla hasta al Güije.

Recuerdo especial guardo de una obra que se llama Lalarí-Lalaré, mi primer trabajo como profesional. En la obra un sapo verde se escondía en un pozo y hacía creer a todos que aquel agujero concedía deseos si se le echaban regalos. Luego, cuando marché a La Habana, "capital del ruido y del bullicio", el encantamiento de lo tierno me sirvió como andamio del lenguaje escénico que ya buscaba. Creo que por eso hice tantos niños en el Teatro Nacional de Guiñol.

Uno de los detonantes para su urgente partida hacia La Habana (Guiñol Nacional) en el año 1987 fue el "asustón" que le da la Seguridad del Estado por leer un libro de una escritora venezolana de izquierdas (Ana María Reyes), 'La rebelión del poder joven', tanto que le expulsan del Guiñol donde trabajaba: ¿Cómo suceden los hechos y cómo usted llega al Guiñol Nacional?

Lo del libro, si no hubiera sido porque perdí el empleo, nunca hubiera pasado de anécdota. Nunca he podido terminar de leer el dichoso libro, pero puedo decirte que hasta la mitad, que sería lo que pude leer, no decía nada inquietante. Pero no estaba publicado en Cuba y eso fue lo que provocó que se pidiera mi expulsión de las artes escénicas en Villa Clara. Tenía 20 años.

Cuando me quedé sin trabajo el pueblo empezó a encogerse y un tipo empezó a seguirme, y yo me sentí —cito textual de una amiga—: 'Un principito principiante, en su asteroide diminuto con la bufanda enredá en el único farol apagao de la galaxia…'. Y me ahogaba (una mitad por esto y otra por el asma) y por la peste a estiércol que de pronto contraje, ya que muchos pasaron a evitarme.

Casi nunca hablo de esto y cuando lo hago intento buscar cosas positivas. Así agradezco de toda esta historia la obligación de formarme como titiritero solista. Entonces decidí meter los muñecos en la maleta y partir hacia la "Poma" a buscar trabajo, como antes había hecho mi padre (que regresó enfermo) y mi madre (que regresó igual), y así, con el miedo familiar al fantasma de la tuberculosis y los bolsillos por estrenar, me las di.

Llegué a La Habana en julio de 1987 y como todavía quería ser titiritero me dije: 'Para empezar voy a probar fortuna en el Guiñol Nacional de Cuba'. Y allá me fui. Y casi me da un infarto cuando me dicen que sí, que estaban buscando un actor de mis características y que en dos semanas me harían una prueba.

El 2 de septiembre de 1987 fue mi primer ensayo en el Teatro Nacional de Guiñol de Cuba. Así hasta 1997. Por eso siempre digo que la historia del libro de lo que más peca es de provinciana.

En el Guiñol Nacional usted trabaja con los mejores directores del medio. Viaja al extranjero y comienza una parte importante como actor. Hace televisión…

Todo era distinto. Todo sonaba diferente. Recuerdo que tuve que luchar contra mi acento villaclareño a brazo partío. Contra aquella costumbre innata de aguajirar cuanto personaje me diesen. Hasta que un día me creí de allí y resultó que se trataba de eso.

La primera obra en la que trabajé (Historia del muy noble caballero don Chicote Mula Manca y su fiel compañero Ze Chupanza), resultó todo un éxito de público y de crítica, con incontables premios y muchas invitaciones a festivales dentro y fuera del país. Comprendí la radio y casi también la televisión. Tuve la posibilidad de ver casi todas las producciones nacionales y comprobar que el trabajo titiritero cubano en el extranjero gozaba de un reconocimiento positivo.

Ya en 1989 las cosas se pusieron bravas y lo de viajar con grandes elencos se hizo muy difícil. Entonces es que surge la semilla de lo que más tarde sería Títeres Cascanueces, el proyecto unipersonal titiritero que hasta la fecha me da de comer.

¿Qué le hace plantear la posibilidad, primero, la certeza a continuación, de establecerse en Santiago de Compostela?

Santiago de Compostela es una ciudad de esas que aparecen en los sueños. Toda ella es mágica y misteriosa, culta y húmeda. Como una mujer. Cuando llegué a España uno de los primeros "bolos" que tuve fue en Galicia. Y así conocí Santiago. Reconozco que este sitio me enamoró a la primera. Luego comprobé que aquí el trabajo era probable y la vida apacible, la certeza de que siempre habrá camino por delante…, eso, unido a la tradición titiritera que desde el inicio de los andares amamanta a Santiago como final del camino, hizo que me detuviera aquí.

¿No le importó que fuera imprescindible tener la obra montada en idioma galego? Esto puede restar soltura, fluidez cuando se dice el texto. Además, no es lo mismo improvisar en galego…

Falar un galego fluido es una de mis asignaturas pendientes. Pero la maravilla de la traducción y comprobar cuánto se agradece hasta el más mínimo esfuerzo por salvar esta lengua que a veces dolorosamente parece muerta, fue motivo suficiente para que todo el repertorio pasara por este —vamos a llamarlo— tamiz lusófono-sonoro con el songo y el sorongo…

Personalmente estoy profundamente agradecido por la acogida que este disparatado proyecto ha tenido en estos nueve años. Así, el repertorio de Títeres Cascanueces va desde los clásicos como Laboulaye o Martí hasta los patakies escénicos de René Fernández o la creación propia, todo amalgamado en galego, que al final no es más que otra lengua madre.

¿Cómo reciben los niños gallegos y los gallegos todos los patakies yorubas nuestros?

Cuba tiene como riqueza mayor su tradición oral. Todos sabemos que esa es la verdadera mansión de la soberanía nacional. Y ese tesoro es universal porque proviene de África, que es como decir origen. Por eso nuestros cuentos, nuestras leyendas, nuestras historias —¡qué son miles!—, son perfectamente entendidas en cualquier latitud. ¡Qué privilegio —Ebbó de la purísima alegría— oír a los niños y niñas gallegos salir de las funciones de Ikú e Elegguá cantando "Elegguá, Elegguá, Asukere Keremeyé…"!

Que no saben qué cantan es seguro, como seguro es que se sienten identificados con el negrito bullanguero dicharachero y saben que cantan algo bueno.

¿Qué tal la salud del Teatro Guiñol en Cuba en comparación con Europa? Háblenos del futuro del títere y de los titiriteros…

Las comparaciones son todas vomitivas. Creo que el modo de hacer arte en Cuba es único e irrepetible, como lo es el de cualquier otro sitio. Lo digo por las condiciones, lo digo por la geografía. Lo digo por las confluencias. En estos momentos todo lo que tenga sello cubano gusta y es consumible. La música, la plástica, la danza, el teatro…, por lo que me atrevo a asegurar que todas nuestras condicionantes han forjado una estética y un discurso plausibles. Los títeres también gozan de este privilegio. Así lo demuestran las innumerables participaciones de colectivos cubanos en festivales internacionales.

En cuanto al teatro de figuras en general, creo que su salud es envidiable. El número de representaciones con títeres es superior a las actorales. Los espectáculos duran casi todos cinco años en cartel —lo que para la mayoría de los grupos de teatro en vivo es impensable—. Casi todos los grupos titiriteros mantienen más de cuatro piezas activas a la vez… se me ocurren muchas más, pero prefiero resumirlo todo en aquella frase del maestro Porras que sentenciaba: 'Los títeres son tan antiguos como la humanidad y tan eternos como la sonrisa infantil'.

Los titiriteros sólo necesitamos público y camino. Camino para aprender historias y público que quiera sentirlas. Y eso nunca nos va a faltar.


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