Luis E. Palacios
El Nuevo Herald
La escritora cubana Zoé Valdés se inspiró en su historia para escribir Milagro en Miami, y, de verdad, Ivelín Giró cree en los milagros.
La actriz y top model cubana acaba de concluir su participación en Tierra de pasiones, que se trasmite actualmente por Telemundo, y ya empezó las grabaciones de Las dos caras de Ana, para Fonovideo, que se trasmitirá próximamente por Univisión.
Además de la televisión, tiene un proyecto en marcha para la pantalla grande, la película Category 4, con Steven Bauer, actualmente en proceso de posproducción, así que las cosas no pueden marchar mejor para Giró, que dejó su país a los 18 años para trabajar de modelo en Europa.
''Comencé estudiando actuación en Cuba'', relata. "Trabajé en televisión como animadora de La revista de la mañana. También tuve un papel muy pequeñito en Una novia para David... era tan jovencita''.
Cuando se preparaba para estudiar actuación, Giró recibió un contrato para trabajar como modelo para una agencia en Milán, Italia. ''Me sentí muy triste porque dejaba mi carrera, que apenas comenzaba'', recuerda la actriz, pero, en el fondo, sabía que era una oportunidad que quizás no se repetiría. "Mis padres me aconsejaron que me fuera; me hicieron entender que en Cuba podría tener 10 carreras, pero igual no tendría ningún futuro''.
Llegó a Milán con el fotógrafo Alberto Korda, que trabajaba en Italia en una muestra de fotos de moda de los años 60, y su esposa. ''Ellos se fueron a los tres meses y yo me quedé sola, trabajando y ayudando a mi familia desde allá'', recuerda. "Mi carrera de modelo fue bastante intensa. Hice portadas de revistas, muchos desfiles, trabajé con Naomi Campbell, Claudia Schiffer, Christy Turlington, con todas las grandes modelos. Modelé para Armani, Kenzo y Dolce & Gabanna y los grandes diseñadores. Me fue muy bien y gracias a eso pude ayudar a mi familia y, más tarde, traerla a Miami''.
Miami le pareció el lugar perfecto para ellos, así que decidió dejar Europa y mudarse a la Capital del Sol. ''Allí empezó la odisea de cómo traerlos'', cuenta Giró. "Salieron de Cuba hacia México y cruzaron a Estados Unidos por el río Matamoros, y luego hicieron el viaje a Miami, donde en 1997 finalmente se cumplió el milagro. Yo digo que fue un milagro, porque después de haber intentado todas las vías legales no conseguimos abrir las puertas de Cuba''.
Esta historia llegó a oídos de la escritora cubana Zoé Valdés, que la llamó para que le diera detalles para su novela, Milagro en Miami. ''Ella se interesó en los problemas que tenía para sacar a mi familia de Cuba'', cuenta la actriz. "Me llamó y me dijo que estaba inspirada en la historia; me pidió detalles de cuando vivía en Milán, de mi vida de modelo, qué cosas me pasaron, etc. Le di ciertos datos y ella creó esa novela que es una fantasía muy bonita. No es la historia de mi vida, sino que hubo cosas que me pasaron que la inspiraron a escribir esa historia''.
''Una vez reunida con mi familia, me dediqué a pensar en mi carrera en actuación, que siempre fue lo que me fascinó'', cuenta sobre el regreso a su principal vocación. Su primer papel fue en Baño de damas, para Venevision International, en el 2002. ''Tuve un personaje muy fuerte, una drogadicta. Era una joven que estaba un poco perdida en la vida, y fue mi primer papel profesional fuera de Cuba''. Luego trabajó en I Take Your Hand in Mine, "una historia muy linda basada en las cartas que se escribieron Anton Chejov y la actriz Olga Knipper. Yo hice de Olga, en inglés''.
Luego vinieron algunas películas independientes y finalmente hizo Bad Boys II, para Hollywood, como la terapeuta de Will Smith.
Su paso a la televisión ocurrió con Soñar no cuesta nada, para Venevisión, una telenovela grabada en Miami con Karimé Lozano y Cristián de la Fuente, y luego Telemundo la llamó para algunos episodios de Decisiones, ''un programa exitoso que se ha convertido en una alternativa para los actores locales'', dice Giró. "He protagonizado nueve historias del programa y siempre han sido papeles muy diferentes, desde un espíritu hasta una mujer en conflictos con el esposo, la matrona de una casa de citas y una presidiaria''.
De la carrera de modelo, Giró explica que extraña ''sólo los lugares que conocí, los viajes'', pero no quiere recordar la soledad que vivió en esos años. ''El modelaje es una profesión muy vacía para una persona como yo que tiene otras aspiraciones y lucha para que los milagros se hagan realidad'', asegura.