Villahermosa— A casi un año de que fueron ejecutados, los restos incinerados de tres presuntos cubanoamericanos aún permanecen en las cámaras de refrigeración del Servicio Médico Forense (Semefo) de la Procuraduría General de Justicia del estado (PGJT).
Los cuerpos no pudieron ser identificados, ante la imposibilidad de efectuarles las pruebas del ADN, por el avanzado estado de incineración, pero cubanos radicados en Miami que buscaban a familiares desaparecidos creen que se trata de sus parientes Ernesto Cárdenas Báez, José Báez Domínguez y Ramón Nonato Martínez.
Una de las líneas de investigación de ese triple homicidio apuntan que podría tratarse de integrantes de la Mafia de Miami dedicadas al tráfico de cubanos, pero eliminados por “Los Zetas”, organización criminal que se quedó con el control total de esa actividad en el sureste.
Para el secretario de Gobierno del estado, Humberto Mayans Canabal, “en Tabasco, hemos tenido una presencia mínima de la mafia cubana”, pero lo que sí está presente es el crimen organizado en la frontera sur.
Admite que ha aparecido en el escenario de la región sur-sureste la mafia cubana, organización dedicada al tráfico de indocumentados y venta de droga, que usan los territorios de Quintana Roo, Yucatán y Campeche para sus operaciones.
La PGJT remitió copia del expediente de la averiguación previa G-III-108/2007, iniciada por esa triple ejecución, a las oficinas centrales de la Procuraduría General de la República, por los tintes de delincuencia organizada, pero es un caso aún sin resolverse.
Cuando fueron encontrados, los restos de los tres cuerpos aún ardían en llamas dentro del mismo número de tambos, el sábado 1 de septiembre pasado, en el Rancho Tequila, en la comunidad Tequila segunda sección, Jalapa.
El hallazgo lo realizó un pelotón del Ejército Mexicano y las Fuerzas Federales de Apoyo, que recorrían esa zona del municipio de Jalapa, cuando observaron que emanaba fuego de unos recipientes que estaban bajo un árbol en una loma del rancho.
Alrededor de los tambos sólo encontraron botellas con restos del diesel utilizado para rociar y prender fuego a las víctimas, cuyas edades oscilaban entre los 35 y 40 años, a quines metieron paradas dentro de cada uno de los tambos.
El avanzado estado de cremación tampoco permitió conocer la forma en que fueron asesinados previo a que fueran quemados.
El Semefo considera la posibilidad de que ahora en septiembre en que se cumpla el año la ejecución, los restos de esas tres personas se envíen los restos a la fosa común del cementerio.
Los familiares que casi cada mes han mantenido comunicación vía telefónica con las autoridades ministeriales, han dicho que sólo quieren tener la certeza si se trata de sus conocidos, pero que por temor no se llevarían los restos de sus parientes.
Según declaraciones de la señora Lucía Juliana Báez Medina, los cubanosamericanos habían partido una semana antes de Miami, en una camioneta pick up Cadilac Escalade, negra – que también desapareció-, con destino a Cancún, donde “iban a comprar una casa y a poner un negocio”.
Una autoridad consideró ilógico el que un empresario realizara un largo viaje por vía terrestre, cuando por sentido común lo idóneo en este caso es tomar un avión de Miami a Cancún.
Los desaparecidos, luego de ingresar a México, se comunicaron en tres ocasiones y la última llamada la efectuaron desde Veracruz.
De allí ya no volvieron a llamar ni contestaron sus teléfonos y fue entonces al buscaron por Internet, los familiares se enteraron que aquí habían localizado a tres personas muertas, por lo sus familiares decidieron venir a ver si se trataba de Ernesto, José y Ramón.