El Nuevo Herald
LUIS E. RANGEL
LRANGEL@ELNUEVOHERALD.COM
Publicado el viernes 17 de febrero del 2012
Apenas a dos meses y medio de haber nacido, sin tener conciencia de su existencia, Rafael Castillo enfrentó un obstáculo que muy pocas personas en el mundo ha experimentado, un reto que asegura jamás lo ha limitado.
“Para mí, en la vida no hay obstáculos. Nunca lo ha habido. Desde niño he sabido enfrentar la vida como es y en la forma en que ha tenido que ser”, señaló Castillo, un nadador de alta competencia que carece del brazo izquierdo y de la pierna del mismo lado.
Ganador de varias medallas de oro en varias competencias, entre las que se incluyen los Juegos Panamericanos para discapacitados del 2011 en Guadalajara, la vida se le trastocó por un sobresalto del destino.
“Me pusieron un suero que estaba vencido y eso condujo que me tuvieran que amputar la pierna y el brazo del mismo lado, el izquierdo”, sostuvo Castillo, quien a los tres meses debió trasladarse junto a su familia desde la oriental provincia de Las Tunas hasta La Habana para iniciar rehabilitación y tratar de regularizar una situación que no tiene nada de normal. “Ahí empecé a crecer con la dificultad que tenía, que para mí no es ninguna, al menos así lo siento yo”...
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