MARINO MARTINEZ PERAZA
MMARTINEZ@ELNUEVOHERALD.COM
Cuba y México hacen suspirar a José Angel “Mantequilla’’ Nápoles con la misma intensidad.
En la isla nació y dio sus primeros pasos como pugilista, en tierra azteca estableció una familia y desarrolló su carrera, de ahí que ambos países ocupen un lugar especial en el corazón de esta leyenda viviente del deporte.
A sus 72 años, el santiaguero ya no posee la pegada que la hiciera famoso, pero conserva una memoria de hierro. Todavía recuerda que, con el arribo de Fidel Castro al poder, el boxeo profesional fue prohibido en 1961, por lo que –ya contaba con ocho peleas incluyendo dos triunfos en la Ciudad Deportiva de La Habana ante su compatriota Angel Robinson García– decidió partir a México en busca de fama y gloria.
“México me abrió las puertas y me trató como a un hijo. Llevo más de 50 años en este país donde alcancé mi ascenso en el boxeo y establecí una familia. Mi agradecimiento hacia esta nación es eterno’’, expresa Nápoles desde Ciudad Juárez, donde reside. “Pero también soy cubano de nacimiento, añoro a esa isla y quiero a mis compatriotas. La nostalgia, a veces, es muy fuerte’’.