WILLIAM NAVARRETE
ESPECIAL/EL NUEVO HERALD
Juan Luis Morales y Teresa Aysuo. CORTESÍA / Atelier Morales
Alrededor de un hermoso parque ordenado durante el Segundo Imperio por el barón Haussmann se extiende el barrio de Montsouris, entre la Cité Universitaire, las grandes cisternas de agua y el hospital Santa Ana de París. Durante mucho tiempo esta apacible barriada permaneció al margen de la febril actividad que ha caracterizado a la capital francesa. Muchos ignoran que las manzanas de este barrio atesoran las primeras casas del movimiento moderno francés de la segunda década del siglo XX.
En 1923, Le Corbusier construyó allí junto a Pierre Jeanneret para el pintor Amédée Ozenfant su primera obra en París. Otros arquitectos de renombre Auguste Perret, André Lurçat, Jean-Julien Lemordant, Jean Launay, entre otros concibieron residencias que consideramos hoy entre las primeras edificaciones del movimiento arquitectónico moderno a nivel mundial. En algunas vivieron Braque, Foujita, Wacker, entre los artistas y en la vecina Ciudad Universitaria el propio Le Corbusier realizó la Casa de Suiza (1933). Un arquitecto francés más conservador cumplirá, por su parte, con el pedido de la acaudalada familia cubana Abreu: erigir en ese mismo campus la llamada Casa Cuba o Fundación Rosa Abreu de Grancher (1933).
Casi ocho décadas más tarde de estos acontecimientos una pareja de arquitectos cubanos, Juan Luis Morales y Teresa Ayuso, fundadores en París desde hace más de 10 años del Atelier Morales de diseño, artes plásticas, interiores y arquitectura, se enfrenta al desafío de construir prácticamente en su totalidad una residencia privada en ese mismo barrio. El encargo los ha convertido en los primeros arquitectos cubanos en construir una casa en la ciudad de París.