La Habana, 18 de noviembre. A partir de este miércoles México podrá repatriar a cubanos indocumentados, bajo las nuevas reglas pactadas con Cuba, según las cuales la isla sólo aceptará a los que cumplan ciertas condiciones.
El documento firmado el mes pasado, que la embajada mexicana entregó aquí a la prensa, prevé que los cubanos repatriables se agrupan en tres categorías.
La primera es la de quienes lleguen directa e ilegalmente a territorio mexicano (como los balseros). En el segundo caso están los que, con autorización cubana vigente para estar en el exterior, queden en situación irregular en México, con excepción de los que fueron autorizados por La Habana para viajar a Estados Unidos.
En la tercera categoría entran los que lleguen directa e ilegalmente a Centroamérica y estén irregulares en México. Serán devueltos “siempre y cuando se encuentren comprendidos dentro del plazo contado desde su salida de Cuba, que será establecido por la vía diplomática”.
Fuentes que estuvieron al tanto de las negociaciones estiman que ese plazo estará en un rango de entre uno y dos meses.
Al parecer esa fue la fórmula que hallaron las partes para conciliar, por ahora, el interés mexicano por repatriar a todos los indocumentados y la política cubana de rechazar a algunos de sus propios emigrados, alegando razones de seguridad.
Según las fuentes, el gobierno cubano considera que alguno de sus emigrados ilegales en el exterior podría cometer atentados a su regreso a la isla, si durante su viaje tuvo contacto con algún grupo anticastrista.
La fórmula pactada tiende a convertirse en un filtro para reducir esa eventualidad. Ni la cancillería cubana ni la embajada de México accedieron a responder preguntas de La Jornada.
Además de ese catálogo de condiciones, en el Memorando los dos gobiernos “se reservan el derecho de no admitir devoluciones”, lo cual parece una herramienta con fuerza suficiente para anular esa parte decisiva del acuerdo.
Primer compromiso formal
De cualquier manera, el Memorando es el primer compromiso formal entre los dos gobiernos en materia migratoria y refleja el cambio de posición del gobierno cubano, que pasó de rechazar cualquier repatriación de ilegales llegados a México de terceros países, a la discusión que culminó con la admisión condicionada.
La diferencia entre ambas políticas es que antes sólo era repatriable la parte menos numerosa del flujo migratorio cubano ilegal en México, la de los balseros, y ahora ya son sujetos a la devolución la mayor parte del resto de los indocumentados.
Entre octubre de 2007 y septiembre pasado, el Instituto Nacional de Migración de México reportó la repatriación de 527 cubanos indocumentados, mientras que en el mismo periodo la oficina de Protección de Aduanas y Fronteras del Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos detuvo a 10 mil 30 cubanos sin papeles, procedentes de territorio mexicano.
Cualquier cubano que llega a Estados Unidos puede acogerse a una ley de 1966 que le otorga residencia, sin tomar en cuenta cómo entró en el país.
El Memorando prevé el intercambio de información, entre otros puntos, sobre tráfico de personas y delitos asociados, lo cual apunta directamente a las operaciones ilegales que han crecido en el sureste mexicano en los cinco años recientes.
También acuerda un “esquema eficaz de cooperación operativa” entre la Armada de México y las Tropas Guardafronteras de Cuba, para ejecutar intercepciones marinas de naves en operaciones ilícitas, detención de traficantes y devolución de indocumentados, todo lo cual implica un escalamiento en el nivel de vigilancia en el Caribe occidental.