LUIS DE LA PAZ
ESPECIAL/EL NUEVO HERALD
Publicado el sábado, 06.28.14
Foto tomada de: Neo Club Press
Hay escritores que apenas necesitan presentación, uno de ellos es Matías Montes Huidobro (Sagua la Grande, 1931). Su nombre describe una carrera profesional intensa y encierra un reconocimiento a su trabajo. Dramaturgo, ensayista y narrador, Montes Huidobro es una de las figuras más importantes de las letras cubanas. En sus respuestas, va el perfil de su vida y obra.
Para el bicentenario del natalicio de Gertrudis Gómez de Avellaneda, ha escritor La Avellaneda una y otra vez, obra en la que trabaja la personalidad de la escritora en diferentes planos que usted señala como “tres Tulas”. Háblenos del propósito de esta obra y sus complejidades.
El propósito inmediato ha sido, sencillamente, aproximarme a la Avellaneda dentro del contexto de su bicentenario y de los homenajes que se le hacen, aunque no todo es un panegírico y estoy seguro que ella no está totalmente de acuerdo conmigo. Al darme cuenta de las complejidades y contradicciones de su personalidad, se me ocurrió la idea de que triplicándola y enfrentando a la una con la otra, podía lograr una dinámica teatral que la distanciara del orden cronológico tradicional y de las aproximaciones de otros dramaturgos, ya que en última instancia trabajamos con una misma biografía. Eso nos ocurre con frecuencia, cuando nos enfrentamos a algunas disyuntivas. Una parte de nosotros nos mueve en una dirección, y otras nos conducen por caminos diferentes, lo cual es en sí mismo un enfrentamiento teatral. Plantearlo de este modo, me pareció una buena idea
Desde el punto de vista formal, esta obra tiene puntos de contacto con otra pieza suya, Un objeto de deseo, donde Martí es el protagonista de un texto complejo en sus relaciones con Carmen Zayas Bazán. ¿Se puede decir que La Avellaneda una y otra vez se mueve en la misma vertiente?