Por Ena Curnow
Diario Las Américas
Publicado el 01-02-2010
Victoriano “Viti” Vidal, “el palmero mayor”. Arriba, María, la alcaldesa o primera dama de los palmeros.
Los palmeros no dejaron su pueblo atrás; lo trajeron consigo a Sarasota, la linda ciudad de la costa oeste del sur de la Florida donde integran un grupo considerable, no por su número (quizás sean unos cientos o un millar, no hay datos precisos) sino por el empuje, entusiasmo y deseos de forjarse una nueva vida, lo más parecida posible a la de Cuba, antes de que Fidel Castro se adueñara violentamente del poder, fecha funesta de la que este 1 de enero se cumplieron precisamente 51 años.
La llegada del 2010 fue celebrada por los palmeros de Sarasota como lo podrían haber hecho en Cuba: asando puerco (ellos le dicen macho) en púa o en caja china, un método menos trabajoso y más moderno. Y comiéndolo con congrí, tamal o yuca. Dicen los que pasaron ese día entre la milla 205 y la milla 217, que el olor a puerco asado inundaba el aire, porque precisamente en ese tramo vive la mayoría de los palmeros de Sarasota, quienes además han traído sus tradiciones, sentido de amistad y hospitalidad que los caracteriza y define...
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por su comentario. Le agradecería que facilitara una dirección de correo electrónico válida en el caso de que necesite alguna precisión. Gracias.