Crescencio Marino Rivero, el ex jefe de prisiones de Cuba que se mudó a Miami, regresó a la isla en medio de acusaciones de que abusó de presos y una investigación federal de inmigración que podría ponerlo en la cárcel, de acuerdo con informes dados a conocer el viernes.
El periodista disidente Jorge Luis Artiles Montiel dijo que vio el martes a Rivero en su ciudad natal de Santa Clara, en una tienda de víveres cerca de donde Rivero y su esposa, Juana Ferrer, vivieron antes de dejar el país hace dos años.
Rivero dijo a los conocidos en la tienda que la pareja regresó el lunes a Cuba porque estaba muy difícil la situación en Miami, declaró Artiles a El Nuevo Herald. Rivero agregó que ellos planean pasar algún tiempo en Cuba y regresar más tarde a Miami.
Una investigación de la Policía de Inmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos sobre Rivero, de 71 años, y Ferrer podría haber llevado a su arresto y juicio si ésta mostraba que mintió en sus solicitudes juradas de visas y residencia de EEUU.
Su hija, Anabel Rivero, que vive en Miami, negó que sus padres hayan regresado a Cuba, pero declinó hacer más comentarios. El telefono de su padre en Miami se desconectó y una mujer que respondió el viernes en la puerta de su apartamento sólo dijo que ellos no estaban allí.
Santiago Alpízar, un abogado de inmigración de Miami, dijo que tenía dos fuentes confidenciales que le dijeron que Rivero estaba de regreso en Santa Clara. Artiles dijo que otro residente de la ciudad también informó haberlo visto el jueves, pero no quería ser identificado.